Con una trayectoria de casi 30 años y luego de afrontar críticas por su posición frente a la Ley del Matrimonio Igualitario, considera que a veces no se acepta el debate por miedo a no poder sostener con argumentos las ideas que se intentan defender.
Como conductora, productora o gerente de Canal 4, la vida de Adriana Luluaga transcurre desde hace casi de 30 años en un set de televisión. Trabajó en Buenos Aires,La Rioja y Mendoza; condujo noticieros y programas propios, hasta que en el 2000 enfrentó el desafío de llevar adelante “Jesús TV”, hoy Canal 4.
Desde hace 4 años es también la coordinadora de la Comisión de Reinas de la Fiesta Nacional del Sol, cargo que, confiesa, dudó.
El año pasado enfrentó duras críticas, inclusive de colegas, al hacer pública su posición en contra de la ley de Matrimonio Civil Igualitario; actitud que vincula hoy, de cara a la campaña electoral, con la de los candidatos políticos al sostener que “da la impresión que no estamos preparados para el disenso respetuoso”.
-Al comenzar tu carrera en el mundo de la comunicación, ¿alguna vez soñaste con conducir un canal de televisión?
-Pasé de conducir un programa en Canal 8 a producirlo y luego a formar una agencia en la que éramos tres socios. Aceptar la propuesta de Canal 4 fue la decisión de hacernos cargo de una nada: Sólo había una señal, una planta trasmisora, cuyo equipamiento había sido donado por Alemania a la Iglesia; y una licencia en camino. Era pesadito hacerse cargo. Estábamos los tres socios por cumplir 40 años de nuestras vidas y en un momento de decir: “Me quedo cómodamente donde estoy o intento hacer algo más”.
-Y decidieron “intentar algo más”.
-Algo más era hacerse cargo de un canal de televisión muy especial porque es de carácter institucional. Si bien no es confesional, porque fue lo que Monseñor Delgado nos pidió, sí nos solicitó que fuera un canal que tuviera un valor agregado; que cuidáramos mucho el respeto, la ética, qué se dice y cómo se dice. No era fácil, como tampoco fue armar la parte comercial, porque la mayoría de los programas enlatados, que son los más comerciales, tienen algunos mensajes de antivalor que no queremos sostener.
-Tenés la cualidad de ejercer el poder “con pollera”, de mantener tu femineidad, ¿Cuánto te costó ingresar en el mundo gerencial, en el que abunda una mayoría masculina?
- Nunca lo medí en función de mi sexo. Creo que se dio naturalmente porque soy una apasionada de lo que hago. En el canal, la Gerencia Administrativa está a cargo de otra mujer, Nelly Vizcaíno. Somos tres gerentes y dos somos mujeres; del equipo de periodistas, la mayoría somos mujeres. Considero que al ser mujer te escuchan de otra manera. Hay más empatía, más sensibilidad en lo que decís.
-¿Qué fue lo más pesado de remontar?
-Sentí que la falta de una formación estrictamente académica, se paga y caro. Pero lo que la vida nos dio en el ejercicio diario de nuestra profesión es nuestra experiencia, que es lo más importante que tenemos. Somos sólidas en muchos sentidos. Aprendimos con prueba y error y hubo cosas que aprendimos a costa de la salud. Por suerte, formamos un buen equipo humano.
-Hablando de equipo. Tenés un equipo numeroso de familia: un esposo y tres hijos ¿Cómo fue, desde tu rol de esposa y madre, llevar adelante este desafío?
-No podría realizar esta tarea si no fuera por el apoyo de mi marido y después mis hijos, que van creciendo. Supongo que en algún momento alguna factura me sacarán a relucir, aunque uno crea que está todo bien (risas) Sobre todo alguna factura de ausencias y es lógico que así sea. Sí trato de estar en aquellos momentos en los que faltar, es grave. Pasé momentos muy duros de salud con mis hijos, por eso digo que hay que discernir cuando te requiere tu familia por encima de tu trabajo.
-¿Qué temas te cuestan más frente a la cámara?
-Me cuesta la diplomacia, en términos de suavizar lo que siento y lo que pienso; trasmitir la información tal cual es me cuesta mucho. En eso hago un mea culpa porque como comunicador uno debiera ser bastante objetivo. La objetividad no es mi fuerte. Se me nota mucho lo que siento y pienso en cada tema.
-Eso pasó cuando asumiste una postura crítica frente a la Ley de Matrimonio Civil Igualitario.
-Muchos criticaron la postura que adopté frente a esa ley. Inclusive muchos colegas fueron muy crueles con los mensajes que me mandaban a mi correo electrónico, pero tampoco puedo no hacer conocer a la gente mi postura. Trato de no incursionar en esto de es “La opinión” y es “La verdad”; intento ser respetuosa en eso. Es mi opinión y mi verdad y el televidente, que es un grupo muy heterogéneo de gente, tendrá la suya.
-¿Qué sentiste en ese momento, cuando eras criticada pero sincera?
-Es difícil porque siempre me gustaría causar en la gente un buen parecer, que tuviera un buen concepto de esta conductora, que cuando abra el correo no hubiera algo adverso; alguien que me escribe de manera hasta violenta. Me encantaría que la gente estuviera de acuerdo, que me mandara siempre flores.
-¿No te parece que es mejor imagen ser honesta y consecuente con tus creencias, mientras ofrezcas como comunicadora un espacio en el que todos tengan la posibilidad de expresarse?
-Da la impresión que no estamos preparados para el disenso respetuoso; tomado como la gran oportunidad de sumar otras opiniones que me puedan generar algún cambio en las que sostuve durante mucho tiempo..
-Para eso hay que estar abierto al diálogo.
-En la vida se puede tener inflexibilidad en muchas cosas, como en mandamientos que son esenciales para uno, pero fuera de eso, hay muchas tonalidades. Hubo casos que me conmovieron a favor de la ley, pero también vi agresión y falta de pluralismo. Vi en muchos defensores de la ley, la misma postura que siempre criticamos. Nos falta todavía una vuelta de tuerca a los argentinos para tener la posibilidad del disenso respetuoso.
-La política es justamente un ámbito en el que cuesta el disenso respetuoso ¿cómo te preparás para afrontar esta campaña electoral?
-Nunca pude lograr el debate de candidatos principales porque siempre hay uno que te dice: “Si está fulano no voy”. Me da la impresión de que esto es de una pobreza enorme. Un objetivo a alcanzar sería escuchar a dos candidatos disentir respetuosamente. Darle a la tele audiencia la posibilidad de escuchar a todos y no a algunos y que luego decida. Creo que, en el fondo, el gran temor es no tener una argumentación sólida para sostener las ideas que queremos defender.
-¿Qué tenés en cuenta a la hora de entrevistar a los candidatos?
-Es un ejercicio abrir los micrófonos, para que todos puedan escuchar las propuestas, pero también estar atenta a que no aprovechen un medio para canalizar cosas que no debieran. Hay que reconocer quién es quién; hasta dónde será sincero y cuál es su objetivo final. En esto hay que tener mucho de instinto y algo de razón, pero mucho de intuición.
- Expresaste tu posición en el tema del matrimonio igualitario ¿Cómo actúas en el tema político?
-Soy más permisiva conmigo misma cuando hablo desde mis creencias, pero en política no me lo permito porque considero que un paso en falso puede ocasionar daños tremendos para el medio. Dentro de la política, como en ningún otro tema, no todo es blanco y no todo es negro. Pienso que en esos aspectos hay mucha ambivalencia y como comunicadora quiero que esa brecha quede reducida a lo menos posible.
-El espectador verá entonces a una Adriana más incisiva, porque a pesar de que decís las cosas con una sonrisa o con cierto eufemismo, no te callás nada y tenés una disciplina casi prusiana.
-Me siento muy comprometida con la comunicación, Siento que se puede hacer mucho daño o mucho bien y depende de esos segundos para que el comunicador sepa cómo lo dice y argumente lo que dice. Esa es una de mis preocupaciones, como así también que la gente tenga la posibilidad de dilucidar la información, de saber quién es quien.
-Cuando el Gobierno te convocó para ser la coordinadora de la Comisión de Reinas de la Fiesta Nacional del Sol ¿Dudaste en aceptar el cargo?
-Si. Dudé del papel que debía representar porque obviamente trabajar para la gran Fiesta Nacional del Sol se puede interpretar como trabajar para un gobierno. Fue complicado porque pertenezco a la gerencia de un medio de comunicación. Eso fue para mí una tortura de varias noches hasta que alguien me dijo que en la vida hay que tomar decisiones que valgan la pena, siempre y cuando el objetivo sea loable.
-¿Cuál fue ese objetivo?
-Revertir este esquema de linda pero tonta, o como dicen ahora los chicos y perdón por la palabra: linda, pero trola. Todos los concursos de belleza te llevan a ser la chica Tinelli, entonces trato de revertir esa imagen. Las mujeres pueden ser lindas e inteligentes, tener buen contenido, aprovechar la belleza para hacer una vía de comunicación distinta al resto. Ese es el gran desafío y fue más fuerte que lo que la gente pudiera pensar. Al cabo de 4 años, creo que algo del objetivo se está cumpliendo.
-¿Sentís que ese cambio se empieza a notar?
-Antes la elección se hacia con chicas que representaban al departamento pero no eran oriundas de él, sino que les decían a cuál debían representar. En este caso, son chicas que no tendrían oportunidad de estar si no las eligieran a través de esta instancia departamental. Esta experiencia va más allá de tener un mes de capacitación y de recibir regalos. Para todos, la posibilidad de sentirse únicos en algún momento de su vida puede significar un click importante para el futuro.
-¿Se dan cuentan las candidatas de esta oportunidad?
-Tengo la experiencia de una candidata que era empleada doméstica, como su abuela y su madre y más allá del noble gesto de servir; lo comento porque ella lo tenía como un mandato. No había descubierto por sí misma que tenía otras posibilidades de trabajo y que habiendo conocido otras posibilidades, tenía la oportunidad de elegir seguir siendo empleada doméstica. En la reunión previa a la elección, nos decía: “Les agradezco esta posibilidad de elegir en mi vida qué quiero ser. No me había dado cuenta hasta hoy que puedo tener elecciones”. Ese es el objetivo. No sé si toda la gente lo sabe o lo entiende.
-En la Comisión de Reinas trabajan periodistas de varios medios ¿hay competencias profesionales o buena convivencia?
-Hasta ahora el trabajo fue fabuloso. La competencia es todo un tema. Hubo momentos en que hubo que privilegiar cosas, frente a asistir a un medio u otro o decidir cómo dar una información. Tuvimos inclusive que congeniar en reglas para las entrevistas con las candidatas. Yo soy gerente de un medio, pero quienes trabajan para otros canales, tuvieron que ponerse por encima de su trabajo periodístico frente las reglas de la comisión. Hoy siento que conseguimos cierto respeto en las medidas adoptadas.
PERFIL:
Nombre completo: “El nombre completo es con Inés, pero como no me gusta soy sólo Adriana Luluaga”.
Estado civil: “Casada con Adrián Berbari desde hace 23 años, más 7 de novia; hace 30 años que estamos juntos con el Turco”
Hijos: “Tres: Milena de 21, Micaela de 19 y Martín de 14. Micaela está estudiando periodismo. Fue una grata sorpresa. Siempre les trasmití la pasión por la profesión, cualquiera sea la que elijan”.
Qué te gusta leer: “Novelas históricas. Me encantan. Profundizan desde lo humano algo que el manual no logra. Hablando del blanco y negro, logra hacer notar que no todo lo que se imprime en los libros de historia es la realidad, que hay que aprender a mirar los protagonistas”
Qué te gusta mirar: “Me van a matar, porque siempre me dicen que no diga que no veo televisión, pero voy a ser sincera: Soy cinera. Me encanta ver cine en el cine, cualquier película; elijo por las críticas. Voy casi todas las semanas”.
Qué te gusta escuchar: “Cuando voy en el auto, escucho radio que tenga mucha música y algo de información, si no tengo varios sobres con Cd’s y me gusta escuchar música instrumental, que me deje pensar”.
¿Cocinas?: “Me gusta mucho. Cocino cuando tengo tiempo y estoy inspirada y no porque tenga que hacerlo. En vacaciones y los fines de semana cocino mucho. No es mi fuerte la repostería. Me gusta la cocina porque es creativa”.
Tu plato preferido: “Asado con chinchulines, mollejas, todo a full”.
¿Cómo se gustaría que te recuerden?: “Como una hacedora, como una persona que abrió caminos para que otros pudieran corregirlos o superarlos. Hacedora sería un título que me gustaría tener en mi lápida”.
FUENTE: El Nuevo Diario. Edición 1473