El Padre Paquito: "En la ruta se controla el ingreso de una manzana pero no de la droga"

Trabaja en zonas marginales, colegios privados y sectores de diferente conformación, lo cual le permite tener un contacto directo con la realidad social. Para el sacerdote la droga es un problema grave y afirma que el consumo crece porque la policía no actúa por miedo.

—La droga va ganando terreno en diferentes sectores sociales ¿Cómo ve este fenómeno?
—Es sorprendente lo que ha crecido en relación a lo que veíamos hace 5 o 6 años atrás. Hay una gran cantidad de familias afectadas. Las madres vienen asustadas, contándome que el hijo o la hija de 15 ó 17 años, están en la droga. Pero ¿qué hacemos? La droga  entra a San Juan. Pero hay que preguntarse ¿por dónde ingresa? ¿Quién lo permite? ¿Quiénes la venden? A veces pretendemos sancionar al que se droga, que es la víctima de un comercio infernal, pero creo que se tiene que apuntar a una investigación muy inteligente en las villas y en lugares donde todos saben quién es el que vende.

—¿Quién debe hacerlo?
—Esto es  responsabilidad primaria del Estado, de la policía y también de la sociedad que denuncia porque es víctima de esos chicos, que a veces terminan cometiendo delitos bajo los efectos de las drogas. Los padres son responsables pero no saben qué hacer y yo creo que en San Juan es urgente abocarse a esto, que está destruyendo la mente de nuestros jóvenes…

—¿Usted cree que la policía no actúa como debe?
— El mundo de la droga es un ámbito muy difícil para meterse a investigar. Una prueba es que en San Juan hemos tenido varios atentados, como revancha. En varios barrios y villas la policía hace lo que puede, sin un respaldo legal. El policía que hoy actúa, haciendo un allanamiento o deteniendo a chicos que están drogados, tiene que cuidarse además porque si ese chico se cae, se quiebra o tiene un moretón por el forcejeo, ese policía puede perder el trabajo. El resultado es que ese uniformado no actúa por  miedo a quedarse en la calle. A veces se hacen controles pero no sobre lo peligroso.

—¿Hacen la vista gorda?
—En el control policial al ingresar a San Juan debí dejar una manzana. Y después pregunté ¿y la droga? ¿se controla? En algunos autos y micros se huele marihuana. Uno mismo advierte que algunas personas llevan marihuana porque tiene un olor muy característico. Pero no se hace nada.

— ¿El policía tiene respaldo de la institución?
—No y las leyes tampoco respaldan a la institución. Acá lo que hay que hacer es buscar gente capaz de cambiar leyes. Si no lo hacemos todo va a seguir igual. Los jueces en un turno reciben más de mil y pico de causas, es imposible humanamente que puedan resolverlas con la premura del caso. Habría que buscar un mecanismo más rápido. Yo espero que se deje de hablar de política y hablemos en serio de qué necesita la gente y qué es lo que la gente sanjuanina está esperando de los que quieren gobernar San Juan.

—Las gratificaciones por denuncia que se anunciaron ¿serán efectivas?
—No, eso no sirve. Me recuerda al far west, se acuerda, se busca al “Padre Paquito, 1000 dólares”.No, la gente no va a hacer denuncias.

—¿Por qué?
—Es un retroceso. Los vecinos viven su mundo, nadie es solidario con nadie, nadie sabe sobre la vida del otro en serio. Conoce los chimentos al derecho y el revés… Te doy un ejemplo: hablaba con la  comunidad de Rivadavia, estaban asustados y no sabían que hacer para ayudar a unos ancianos que viven solos. Les  sugerí  a los que viven en esta cuadra que los cuidaran, que toquen bocina para saber que ya llegó o se llamen por teléfono haciendo una cadena ante una sospecha de riesgo. La comunidad no se compromete por miedo,  quién va a ser testigo si los delincuentes  a los diez días salen. Creo que esto de la recompensa es una ridiculez, aquí hay que comprometer a la comunidad. La sociedad sanjuanina tiene que percibir y conocer un proyecto serio de seguridad. Puede haberlo, pero yo no lo conozco. Estamos viviendo situaciones difíciles y la política no puede tapar esta problemática.

—¿Estos temas usted considera que no se abordan por quienes tienen poder de decisión?
—Con esto de las elecciones hay temas que no aparecen en el discurso de los políticos Se pelean por los lugares, por estar,  pero no se ocupan de los grandes problemas que afectan a la gente a la que le están pidiendo el voto. No están los tres temas  que para mí son prioritarios: la droga, la pobreza y la inseguridad. Quieren ocultar estas realidades que golpean tanto a la sociedad sanjuanina. Creo que si el gobierno se pone al frente,  consulta, llama a las ONG, se puede hacer algo.  Acá hay gente muy inteligente que pueden aportar ideas para tener un San Juan más seguro, sin droga, y  donde la pobreza vaya desapareciendo.

—¿Pero hay planes sociales?
— No hay que dar dádivas o planes sociales, porque al final no hace bien esto, mucha gente se conforma y no sale a trabajar. Se que Desarrollo Humano tiene proyectos, pero no es suficiente.

—Lo cambio de  tema. Hay gente que dice la Iglesia está olvidando sus preceptos y se aleja de los fieles permitiendo que avancen otros cultos
— El sacerdote tiene que forjar los grupos, tener comunidades, pero cada católico es responsable de que la palabra de Dios, llegue a la familia y todos los ámbitos.

—¿Pero no percibe que no están llegando como otros sectores que hoy llenan estadios o compran espacios en los medios?
—Hay que ser muy cuidadosos. Nosotros no podemos mentir a la gente y prometerle milagros instantáneos, ni riquezas. No podemos hacer milagros por dinero.  Todo el mundo hoy quiere soluciones mágicas, soluciones ya. Hay grupos que  llegaron de afuera, que son realmente unos genios y con  mentiras les sacan la plata a la gente. Nuestro mayor compromiso es la inserción en las comunidades, para formar líderes religiosos.

¿Pero no le falta un discurso más “llegador”, que contenga las necesidades de la gente?
—La fe es una propuesta. Nosotros no te obligamos a vos a creer. Nosotros ofrecemos la salvación que se da por la  fe en Cristo. El fiel dice acepto, no acepto. Si acepta a Jesucristo, tiene un proceso para conocerlo, amarlo y comprometerse. Hay fieles que lo han descubierto al final de sus vidas, están enamorados de Jesucristo, sienten alegría y paz. Los sacerdotes tenemos que ser el rostro de cristo, representarlo y hacer las veces de Jesucristo en la comunidad. Lamentablemente no siempre somos lo que cristo quiere de nosotros. Por eso la comunidad tiene que corregir, participar, todos somos iglesia. Ante las carencias, la pobreza, mucha gente se va a lo mágico. Creen que mientras más plata dan, más bendiciones, más sanaciones y  más trabajo van  a tener. Eso es cuento, es mentira.

—El alejamiento de los sacerdotes  carismáticos y vocacionistas, no los distancia más de la gente.
—No puedo contestar esto porque es un tema del Obispo. No juzgo yo porque no me corresponde y sería deshonesto darte una respuesta. Por fidelidad a la iglesia y respeto al obispo no puedo hablar. Eso fue un tema exclusivamente del obispo y de la comunidad. Los fieles tienen todo el derecho a peticionar. Tiene que haber una apertura para que la comunidad tenga espacio para decir  “padre, esto anda bien, esto no y hay que corregirlo”.

—El presidente de Paraguay reconoció que tuvo un hijo mientras era obispo ¿Esto  puede afectar la imagen de la Iglesia?
—No. En la iglesia también hay pecadores. No está formada por ángeles. En la iglesia hay personas consagradas y fieles. Si se acepta libremente el sacerdocio, se compromete a ser célibe de por vida. Es una entrega total a Dios, a la comunidad y es amor universal hacia todos,  por eso en el seminario los capacitan. Las tentaciones son innumerables pero si el sacerdote tiene sus afectos en Cristo y se es prudente, sabe donde está el peligro. Si deja de  lado la oración, entonces sufre las debilidades.

—¿Entonces?
—Lugo cometió un error, un pecado y lo reconoció. No lo juzgo. Lo que sí me pareció es que cuando pidió la licencia para no ejercer el ministerio episcopal, porque se iba  a dedicar a la política, ahí lo tendría que haber dicho. La gente lo votó como un referente de la ética, de lo moral, de algo nuevo que aparece después de tantos años de corrupción en ese país. Aparecía él con una nueva propuesta política y esto puede molestar a las personas que se pueden sentir engañadas, defraudadas. Esto no empaña a la Iglesia sino a la imagen de Lugo. Yo espero que nunca deje en su interior de orar y de amar a Dios. Que haga una buena presidencia por ese pueblo que le brindó su confianza.

¿El celibato debe continuar o que deberían autorizarlos a contraer matrimonio como en otras religiones?
—Los obispos ortodoxos han declarado que los problemas que tienen con los casados son  tremendos, reconocen que es un error. El celibato es una disciplina que exige la Iglesia y está fundamentada. Lo importante es que quien elige este camino esté convencido y conciente de que su amor y su vida están para servir al señor. Es parte de la vocación.

—¿Qué espera de San Juan?
—Un San Juan más seguro, más integrado, no confrontativo, que participe de las decisiones del gobierno. Una oposición que sume proyectos a quien tenga la responsabilidad de gobernar. Un San Juan que siga progresando. Ha avanzado mucho. El gobernador ha hecho mucho. Lo conozco desde hace más de cuarenta años. Pero aún quedan temas que resolver y lo puede hacer.


Nota publicada el 17 de abril de 2009 en El Nuevo Diario.

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El padre Paquito sostiene que estamos viviendo situaciones difíciles y la política no puede taparla.