El 9 de julio de 1.810 San Juan eligió su primer diputado nacional.
El Cabildo y el vecindario se reunieron en asamblea para ese efecto. Lo hicieron a las 8 de la mañana, “al primer toque de campana”. Los mandatarios reales y capitulares ocuparon desde temprano los altos del Cabildo pero el resto de la gente comenzó a entrar un poco más tarde.
No era fácil la elección debían responder a la Junta de Gobierno que necesitaba la incorporación del interior a la causa de la emancipación.
Y más de uno, en esta aldea alejada del mundo habrá pensado:
—¿Y quién nos asegura que la causa revolucionaria triunfará?
El caso es que llegó el momento de votar, lo que se hizo a través de unas papeletas en las que se colocó el voto del elegido.
La mayoría la obtuvo José Ignacio Fernández de Maradona, con 33 votos, seguido por José Ignacio de la Roza, con 24, Juan Manuel de Castro y Carreño, con 17 y de Pedro del Carril, José Godoy y el fraile Manuel Flores con un voto cada uno.
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Conocido el resultado de la votación, don Fernández de Maradona solicitó su relevo “por la escasez de sus talentos y su debilidad” pero los asambleístas insistieron en su postura, le otorgaron los poderes y convocaron a una nueva sesión para fijarle una dieta.
El día 10 se fijó la dieta en 3 mil pesos anuales, a lo que se agregó el gasto de traslado (sería el viático actual).