El colegio que comenzó solo con cuatro aulas y hoy se brinda en todos los turnos con una matrícula que supera los 2600 alumnos.
En el año 1988, el padre Ricardo Báez Laspiur, junto con el apoyo del entonces Arzobispo de San Juan de Cuyo, Monseñor Ítalo Severino Distéfano, sumado a la ayuda de la comunidad chimbera, puso en marcha uno de sus anhelos, una institución educativa, hoy una de las más conocidas de Chimbas, como lo es el Colegio Parroquial Nuestra Señora del Rosario de Andacollo.
El mismo, en sus inicios funcionó en los salones de la casa parroquial, hasta que se terminaran las obras del edificio propio, que año a año seguía en construcción por la demanda de más aulas. Inicialmente disponía de dos salitas para el pre-jardín y dos para jardines de infantes, además de un primer grado de nivel primario con lo que este sueño comenzó.
En ese entonces, esta pequeña institución fue creada en un cien por ciento bajo colaboración. Tal es así que las docentes, Mariana Battezzati, Ana Ferreyra, Rosa Carrizo y Fanny Romero, quienes con amor por la iglesia y por los niños, trabajaron con dedicación durante todo ese año sin recibir remuneración.
Pasado un año, en 1989, asume su primera directora, la señora Norma de Navas. En ese año la institución agregó dos grados más a los que ya tenía. Pero en esta oportunidad se inauguraran dos primeros grados, que estuvieron a cargo de las docentes, Ana Garrido y Silvia Arce de Zagarra.
Terminado ese ciclo lectivo se pensó en que sería oportuno que el colegio tuviera su propio espacio, para poder sumar nuevas aulas y más sanitarios.
Así fue como el padre Báez, siempre pensando a lo grande, decidió comprar un terreno adjunto al que ya tenía el colegio y que ampliaba mucho la superficie existente. El mismo fue adquirido en 1993 a Héctor Rodríguez, quien tenía en ese espacio un lugar bailable, “El Gigante de Chimbas”, incorporando un nuevo acceso por calle San Martín, al ya existente por calle Mendoza.
De esta manera, y con terreno propio más amplio, el padre Báez comenzó a edificar lo que hoy es el gran Colegio Nuestra Señora del Rosario de Andacollo de Chimbas. Que de empezar a tener dos aulas hoy (2018) dispone de más de 45 y posee una importante matrícula que superan los 2600 alumnos entre los cinco niveles que lo componen; Nivel Inicial con 16 salas -8 de jardín de 4 años y 8 de jardín de 5 años- y que asisten en horario de mañana y tarde; Nivel Primario con 36 grados -12 en turno mañana 5tos y 6tos grados y 24 en turno tarde, primer ciclo y 4tos. grados; Secundario Técnico con 30 cursos en turno mañana; Secundario Orientado con 14 divisiones en turno tarde y Secundario Para Jóvenes y Adultos con 8 divisiones en horario nocturno.
Una vez tenido el terreno, no solo que se siguió con nivel inicial y primario, sino que el párroco apostó por más y terminó incorporando la educación secundaria al colegio parroquia, esto ocurrió en abril del año 1990.
De esta manera y pasado los años la matrícula fue creciendo al igual que en número de maestros y profesores.
En la actualidad este colegio abre sus puertas en la mañana -7.30 hs.- y las cierra en horario de noche -23.40 hs. En dos turnos funcionan el Nivel Inicial y el Nivel Primario, mientras que la oferta educativa del Nivel Secundario se da en la mañana, tarde y noche con tres propuestas diferentes, superando con su matrícula total los 2600 alumnos.
Terminado el colegio y un largo caminar del padre fundador y representante legal, el primer párroco de la comunidad de Chimbas se jubiló a los 75 años. En su reemplazo el Arzobispo, Mons. Alfonso Delgado envió al cura párroco José “Pepe” Fuentes -15 de marzo de 2004- quien continuó, durante sus 8 años de párroco, con grandes mejoras al edificio escolar, brindando mayor comodidad y bienestar para los aprendizajes de los alumnos hasta su traslado a otra parroquia y comunidad. Cumplido su periodo lo siguió el tercer párroco, Pbro. José Roberto Casasola –desde abril de 2012 hasta la fecha, y el que ha continuado y profundizado las mejoras a esta gran institución educativa del Departamento de Chimbas, siguiendo el designio de sus dos predecesores.