-¿De dónde viene el apellido Zabrodski
-De Jáchal, mi madre era jachallera y mi padre era polaco, lo trajeron de pequeño. Digamos que el apellido es polaco.
-Y el Iván es un Juan
-El Iván es un Juan, fue una disputa entre mi viejo y mi vieja, uno me quería poner Juan; el otro, otro nombre así llegaron a ponerme Iván intermedio.
-Pero Iván es ruso
-Creo que sí, igual en esa época eran países que estaban muy mimetizados así que es lo mismo.
-Todos sintetizábamos; estaban los turcos, los gallegos, los tanos y los rusos. Todos eran rusos. ¿Tu padre en que época vino?
-Tengo entendido que mis abuelitos vinieron escapando de la guerra. Mi padre llegó con su hermano gemelo de pequeñito a Berisso.
-¿Eran judíos?
-No, polacos cristianos.
-Polonia tiene muchos católicos...
-Es un país muy creyente, igual es como que no están definidos si es católico o judío. Me han dicho que tengo rasgos y características judías y no me molesta me da igual.
-Pareces más un yogui más que otra cosa...
-Ojalá llegara a ese estado del alma.
-Iván, contame un poco qué hacía don Zabrodski, a que se dedicaba
-MI padre era pintor paisajista, trabajaba mucho el plumín y hacia fotos, de hecho yo crecí alimentándome de las fotos de mi viejo. De otra época, fotos blanco y negro pintadas al óleo, pintadas con los cotones de algodón.
-No había casa que no tuviera una foto coloreada por un pintor. Pasaban después por la finca vendiendo la foto y al año volvían
-Todo eso lo viví de pequeño.
-¿Y tu padre se dedicaba a eso?
-Se dedicaba a eso. Ahí di mis primeros pasos por la fotografía, de muy pequeño le preparaba los químicos para revelar, después revelaba las fotos en blanco y negro que no es un proceso muy complejo, me daba mis chirolas. Como que mamé esto de la fotografía de pequeño.
-¿Y cómo viene Zabrodski a San Juan?
-Es una historia muy bonita, cuando mi padre se va de Berisso, de La Plata, comienza a trabajar en Mendoza como guía de turismo. Iba con un amigo en el tren y no sé si venían para acá, lo concreto es que hicieron una apuesta: que mi padre salía a tomar algo con mi madre que venía sola en el tren.
-Recordemos que era jachallera...
- Y bueno salió bien la apuesta, tanto es así que se casaron y mi viejo se vino para acá y se instaló con mi madre. Es un poco más larga pero en síntesis es eso. Si, a mí me causa mucho agrado cuando la recuerdo.
-Volvamos a la fotografía. Era otro tipo de fotografía. El que no sabía laboratorio no era buen fotógrafo
-Era otra cosa, no había muchos laboratorios blanco y negro, después aparecieron. Cuando empecé a dedicarme a la fotografía ya había algunos laboratorios en color. Acá de hecho se hacían los trabajos sociales en color pero también se seguían haciendo en blanco y negro. Y siempre fue mechando esto de la pintura con la fotografía.
-Yo recuerdo cuando era joven que en mi casa instalé un laboratorio blanco y negro, por supuesto, pero quien hacia fotos tenía que aprender a revelar.
-Era obligado. Eran dos partes del juego, como lo veo yo que soy fotógrafo, el juego de la toma y el juego del revelado, las dos partes hacia modificaciones. Es muy parecido hoy en día con la toma digital en la camara y en la post producción en fotoshop.
-Los chicos jóvenes de hoy tienen un teléfono que toma fotos, a lo mejor con 12 megapíxeles. El fotógrafo antes tenía que regular todo.
-Los autos, la información, la foto, la música todo es más vertiginoso.
-Yo veo fotos antiguas y veo fotos de hoy y no sé si es mejor ahora que antes con toda la tecnología de hoy.
-Ahora se ha masificado y recibimos de todo, recibimos cosas buenas por los medios y recibimos mucha cosa que no sirve para nada y se ha establecido algo así como que si está publicado es bueno. Y a veces no es así. Esa es una cosa que yo le digo a mis alumnos: no todo lo que está publicado es bueno, tienen que aprender a discernir, a diferenciar y acá entramos en una cuestión más personal, en una cuestión de energía. La energía que depositaban en el trabajo era distinta me parece.
-Pero fíjate que las grandes marcas no llegaron a adaptarse a los cambios. Por ejemplo mi padre tenía una máquina Voigtländer, hoy desaparecida. Incluso hasta el señor Kodak desapareció y aparecen nombres nuevos muchos japoneses.
-No sé, ahí mezclamos mercado con fotografía y para mí son como el agua y el aceite. Sí son vicisitudes del mercado creo yo y a veces la visión de los propios dueños de las empresas. Otros se adaptaron y evolucionaron. Nikon creció, Leica creció, Cannon creció, se adaptaron y creo que es como nosotros. O sea, si no nos adaptamos y evolucionamos, retrocedemos. Pasa en la misma naturaleza, hasta el bichito que no evoluciona se muere, desaparece. El sistema si no evolucionas te expulsa.
-¿Ante eso qué haces?
-Yo estoy en ese proceso natural de actualizarme constantemente porque en las generaciones nuevas hay muchos chicos muy talentosos, para mantenerme vigente digamos.
-El tema es si es necesario tanta velocidad de cambio, si algún día vamos a pensar que el que camina más lento también viene junto a nosotros.
-Yo creo que haría falta ir un poco más lento, pero no va parar. Esta todo armado para que siga cada vez mas rápido, así que creo que uno tiene que parar y decir me engancho en ese tren o no me subo. Yo prefiero no subirme pero me subo igual porque hay que pagar las cuentas a fin de mes.
-Iván ¿siempre viviste en San Juan o un día te fuiste?
-Hice mi escuela primaria y secundaria acá en San Juan. La primeria la hice en la Fonseca, la 154 en la calle del Bono, una escuela muy bonita y tengo lindos recuerdos de los docentes. Y la secundaria la hice en el Central Universitario y también me dejó cosas muy lindas ese colegio.
-¡Qué de gente que se destacó en los campos artísticos y sociales ha dado el Central!
-Me han hecho ese comentario. Yo veo que la escuela, la dirección y los docentes de ahí son realmente, no sé en qué pero creo que ponen amor en lo que hacen.
-No solo amor, tuvo una gran directora que marcó una línea que se ha respetado hasta ahora.
-Sí y se sigue trabajando, de hecho los directores siguientes han sido ex alumnos de la escuela u otros docentes que han seguido esa línea. Sigue siendo un colegio muy prestigioso a pesar de no ser privado.
-Yo me eduqué en la escuela pública y en la universidad pública y era un sector de igualación. Era, además, un ascensor social que te hacia subir o bajar. Hoy en día eso está un poco de lado.
-Yo veo muy perjudicial el tema de las escuelas privadas porque no te entrenan para sobrevivir. A mí me entrenaron para sobrevivir. Si eras medio tímido tenías que salir adelante porque te pasaban por arriba. Ese entrenamiento por ahí los pibes lo tienen, pero lo tienen en idioma, informática, en cosas que le van a ayudar para producir pero a la hora de vivir tienen que empezar a aprender.
-Lo bueno es que uno vuelve a encontrarse con compañeros ya viejos, que siguieron otros rumbos en la vida, a los que les fue mejor o les fue peor pero son compañeros.
-Sí, hay amistad, ha quedado cariño en el camino.
-Los grupos se distinguen más por los deportes que practican...
-Sí, para mí todavía el fenómeno de las escuelas privadas es muy nuevo. No hay generaciones viejas como la nuestra, vamos a ver si dentro de 15 años se siguen juntando como nos juntamos nosotros.
-¿Practicabas algún deporte?
- En el secundario jugué al básquet. Me gustaba el básquet y llegué al seleccionado en el colegio; fue un logro. Entrenaba mucho. Lo disfrute mucho, pero no era lo mío evidentemente sino hubiera seguido.
-¿Y cuándo empezaste a vivir de la fotografía?
-En el año 87 me fui a Trelew a estudiar biología marina. Por algún extraño motivo de la vida quería ser biólogo, no fotógrafo. Tenía que comer, tenía que vivir y empecé a hacer unos pesos con la fotografía. De todas formas no duré mucho y al año me volví. A los pocos meses partí para Mar del Plata, debe haber sido en el año 88-89 y ahí si me quedé casi 12 años viviendo a pleno de la fotografía.
-¿Alguna vez te casaste?
-No, no he sido muy responsable en ese tema.
-Pero habrás tenido tus amores...
- Si, obvio que sí, he tenido mucha suerte porque no soy muy agraciado
-Uno de nuestros entrevistados dijo que tenía una gran capacidad para enamorarse y desenamorarse...
-Lo mío no fue así. He sido bastante bobo en ese aspecto. Me he enamorado mucho, no se han dado las cosas y he seguido adelante. Yo creo que tengo la capacidad de curarme rápido, soy resiliente. Es bravo el tema del amor.
-¿Cuando volviste a San Juan?
-Debo haber vuelto en el año 99. Empecé a trabajar acá en la fotografía. Es más, los primeros trabajos que hice público fue con ustedes, con El Nuevo Diario, siempre tengo muy presente eso.
-Hoy sos casi como un fotógrafo de culto. Al que se recurre para tener determinadas fotos.
-Claro, pero no todos recurrían a mí, salvo ustedes. Yo siempre en alguna que otra charla he dicho que en algún punto ustedes están siempre un paso adelante. Cosas que nosotros hicimos en El Nuevo Diario sucedieron después en otros medios.
-Creo que en buena hora que se marque un camino.
-Sí, yo creo que sí.
-Pero evidentemente lo tuyo es más una foto artística que una foto periodística.
-Sí, apunto a hacer lo que me gusta, no estoy buscando el billete atrás y tampoco soy un contador de historias. Hay fotógrafos que relatan cuentos e historias.
-Sí, un caso es Roberto Ruiz por ejemplo, un gran contador de historias.
-Es un poeta y un cuentista al mismo tiempo.
-Lo tuyo es otra cosa.
-Sí, yo te diría que sería pretencioso si lo comparase así pero si nos vamos a la literatura a mí me gustaría ser un poeta con la fotografía. Creo que aspiro más a ser un poeta que a un cuentista o un relator de historias.
- ¡Qué curiosa es la vida! Cuando uno aprende algunas cosas ya casi están golpeando las manos para indicarnos que terminó el juego.
-Es así. Nos lleva una vida descubrirnos y quizás cuando estamos llegando ahí nos dicen, bueno chicos recreo... y nos llaman al patio a jugar.
-Dicen que el ser humano está cambiando mucho, que el hombre del futuro va a ser miope porque están concentrado su visión en una tablet, notebook o cualquier cosa así y perdió el horizonte que es algo que en tu paisaje tiene que estar presente siempre.
-Estoy descubriendo que todo lo que hacemos se refleja en la vida diaria y en la personalidad. Voy a seguir con los paisajes porque no quisiera quedarme en ese lugar, es bastante razonable lo que me comentas.
-Yo veo por ahí esos edificios monstruosos donde uno vive en una ventanita en el piso 48 y alguien criado acá en espacios abiertos se vuelve loco.
-Vos sabes que eso lo viví en Mar del Plata. Ir por Avenida Colon, que son dos tremendos gigantes paredones de edificio, muy altos para mí y cada tanto una ventanita, estoy hablando en invierno que hay poca gente. Recuerdo que pensaba exactamente lo mismo que vos decís. Para mi eran palomares pero después viví en ellos y no se pasa tan mal, uno se adapta.
-Todos nos vamos adaptando a los cambios.
-Sí, es la capacidad de supervivencia. Sino lo hiciéramos nos morimos.
-¿Como fue tu evolución dentro de la fotografía?
-Yo empecé con los paisajes en Mar del Plata. Empecé persiguiendo gaviotas, me gustaban las gaviotas y las olas y el mar como a todo sanjuanino salido del desierto que se cautiva tres veces más que cualquier otra persona con el agua. Y después empecé a trabajar en sociales y me gustó. Empecé a perfeccionar el tema de los sociales, eran sociales distintos a los que se hacen ahora, íbamos con rollo, teníamos 100 fotos para sacar y tenías que pegarle en 80 y 20 de descartes a lo sumo.
- ¿Y después?
-Después de esa época me vine a San Juan y San Juan me dio una oportunidad muy grande. Yo creo que crecí fotográficamente acá en San Juan. En un 80% de lo que hoy soy lo hice acá. No sé si es mucho o poco porque primero yo siempre digo que el sanjuanino está muy atado a su tierra, tiene raíces muy fuertes que se va y termina volviendo y si no vuelve vive extrañando. Me reencontré con eso, me reencontré con un clima que yo me fui casi odiando. No me gustaba la tierra pero empecé a extrañar el zonda, los afectos, la calidez de la gente. Suena a "speech" pero es verdad. Acá empecé con las fotos de vino, que fue lo que más me atrajo, desnudos, modelos, hago moda sobre todo comercialmente que es lo que hacía de moda y los paisajes que vos conoces el trabajo de Ischigualasto, que ese fue el que más me apasiono.
-¿Y hoy?
-En la última etapa estoy transitando la danza, sigo con la figura humana. Creo que las dos grandes inspiraciones del creativo son la figura humana y la naturaleza así históricamente y me quede anclado ahí.
-Uno ve un desnudo fotografiado por vos y lo primero que le llama la atención son las mujeres delgadas, sin pecho casi.
-Es por una cuestión de delicadeza, yo trato de deserotizar el desnudo, trato de dejar la cuota de sensualidad quizás pero no esa carga que la sociedad le ha atribuido al desnudo. Fíjate que esta corrompido el desnudo socialmente.
-A pesar que les atrae a todos. Hay un doble discurso.
-Claro, siempre está la libido detrás pero uno tiene que ver como mira y en qué momento mira.
-Pero uno ve un David y no piensa ponerle un calzoncillo.
-Y no, imposible, pero sí creo que es la manera que nos han educado.
-Lo que debe haber cambiado mucho es la disponibilidad de las modelos...
-Sí, San Juan ha crecido muchísimo desde los primeros tiempos que yo me vine. La mujer y el hombre están mucho más abiertos a ese tipo de fotografía. Quizás debe ser uno de los poco y grandes beneficios de la globalización. El hecho de conectarnos con el mundo nos ha hecho ponernos en contacto con otras culturas..
-¿Como es tu relación con tus alumnos? Nosotros antes estábamos ligados a nuestros trabajos, a empresas y hoy es mucho más independiente. El chico, no sé si para bien o para mal, pero es otro sujeto.
-Con mis alumnos normalmente son cursos cortos. A mí me interesa que aprendan a mirar y sobre todo mirarse a sí mismos para saber qué quieren fotografiar. El equipo se lo aprende a manejar en un pestañeo con buena voluntad pero lo lindo de esto es saber cómo ve uno el mundo. Es un descubriendo. Yo hoy en día sigo viendo mis fotos y tengo algún chispazo de lucidez, digo "mira cómo veo esto...". Es un descubrimiento y sigue siendo un descubrimiento el exterior y del interior.
-O sea que a través de una foto vos sabes cómo es el fotógrafo también.
-Podés saber algunas cosas, no sé si podes saber todo pero le pescás alguna ficha. Tampoco toda mi vida pasa por ese tema de la fotografía. Yo soy intuitivo y de las fotos también intuyo, trato de ejercitar esa parte mía.
-¿Alguna vez preparas alguna foto?
-Preparo los aspectos básicos, digamos que acomodo algunas situaciones que yo sé que tienen que ser así y después dejo librado al momento a la modelo, a las luces y al evento en sí para ver qué sale.
-Recién hablabas de la figura humana y del movimiento, que son dos cosas que te atraen. ¿Pero el movimiento no lo reflejarías mejor en un video?
-La foto perdura, el video sigue siendo efímero pero puede repetir. El baile, el gran salto bailarín, es efímero y yo quiero hacer que perdure esa maravilla. Eso es hacer que dure un poco más.
-¿Por qué la fotografía siempre es mirada como un arte menor respecto a la plástica?
-Quizás porque se vale de otros medios técnicos, en su momento empezó a valerse de productos químicos, de papeles preparados, de un aparato mecánico.
-Está bien pero tiene que estar el ojo atrás...
-Sí, pero eso son prejuicios que están en algunos lados, en otros lados dicen que no están pero siguen estando. A mí personalmente no me preocupa demasiado que la consideren o no un arte, es lo que es. Es un arte.
-Hay gente que se niega a la foto, dicen que es robarle el alma
-Si pero eso es mito de las películas de Hollywood
-Es un mito pero algo tiene que ver porque el artista busca capturar algo más que un físico
-Si, en cierta manera, si pero hay gente que le encanta exponerse.
-Y a parte de la fotografía qué otra cosa te atrae en la vida
-En este momento estoy con las plantitas, tener el jardín bien verde onda selvático. Eso de extrañar el verde de otros lugares donde he vivido me hizo convertir en su momento el fondo en una pequeña selva y hace unos años con mi pareja pusimos un pequeño negocio, un vivero. Y le puso mucha pila la flaca. Y de un negocio minúsculo que mide 9 x 3 metros hizo algo gigante, es un lugar bellísimo y la gente llega y se va feliz.
-La verdad es que hemos pasado mucha parte de nuestra vida criando flores de plástico
-Una metáfora fuerte esa.
-Cuántas cosas dejamos de lado por pagar cuotas de cosas que ya no usamos y cuánto tiempo entregado. Todo se paga con tiempo.
-Sí, es tal cual lo decís. Decime qué haces en tu tiempo libre y cuándo no estás trabajando y no tengo una línea divisoria, es lo mismo.
-¿Te acompaña la música cuando estás trabajando?
-Sí, la música es fundamental, capaz de cambiar un estado de ánimo adverso pero en un ratito.
-¿Pensaste en tener hijos alguna vez?
-Me cruzó por la cabeza porque todos mis amigos están fascinados con sus niños y es el fin último del hombre parece. Pero no quiero. No deseo hijos. No me veo como padre, no me imagino como padre y gracias a Dios con mi flaca pensamos parecido.
-¿Y pensaste que tu fin era quedarte en San Juan siempre?
-Sí, quiero quedarme en San Juan, tengo oportunidades de irme pero no quiero. Se vive bien acá. Mi primer viaje largo fue a Latinoamérica no fue a Europa. Quería ver en dónde estábamos y cuando vos ves Latinoamérica advertís que realmente tenemos un país hermoso. Pero vivimos mirando Europa, vivimos mirando Estados Unidos, Miami, Hollywood, las playas blancas del Caribe. No, ¡vean la gente que está a la par de nosotros a ver cómo estamos! Y ahí me di cuenta que realmente somos muy afortunados y no lo vemos.
-Te he visto andando en bicicleta...
-Los otros días pensaba lo que cambiaron los celulares en menos de diez años. ¿Te acordás hace diez años que andábamos con ladrillos? Fíjate ahora, son pequeñas computadoras. El celular de mi novia es más potente que mi computadora. Y los autos siguen andando a explosión y contaminando como hace 200 años.
-Bueno, habría que tener un buen transporte público.
-Eso es fundamental. Y acostumbrar a la gente que tome el transporte público.
-Con todos los cambios y el deseo de mucha gente de hacer plata rápida, de figurar, de salir en la política, encontrar un bicho como vos que le guste la fotografía, que le guste captar el paisaje, el interior de las personas y que además tenga un vivero y que le gusta eso es casi como sacarse la lotería.
-Es tener mucha suerte.
-¿Crees en la religión?
-Creo en un ser superior que creó todo, esto no se hace por casualidad y tengo mucha fe en el flaco, en Cristo. Yo le digo el barba cuando me pongo a charlar con él, le digo barba ayúdame. Sí, tengo mucha fe.
-Esto se llama Qué hiciste con tu vida y la pregunta obligada es si has sido feliz, si estás conforme.
-Hoy estoy contento. Me gustaría que no fuera de otra manera pero también tiene que ver con que veo el hoy, trato de no anclarme en cosas del pasado. Tu productor me pedía una foto de la infancia mía y no tengo.
-¿Por qué?
-Me deshice de todo, quiero vivir hoy.
-Pero recuerdos malos tendrás...
-No recuerdo los momentos malos porque no los necesito. Las cosas buenas a veces vienen, pero no necesito fotos con esto de andar pululando de departamento en departamento en Mar del Plata, de mudanza en mudanza, no menos de 20 veces, me hice una cultura de andar liviano.
-¿No estas apegado a nada?
-Trato que no, trato de vivir hoy y hoy es muy bonito
-Con qué tema musical terminaríamos esta charla
-Y podría ser algo de Malcoiffe, algo de Yanni. Me gusta la música instrumental, no quiero ser tan dramático de pedirte a Wagner porque no vas a cerrar con Wagner.
-¿Por qué no?
- Tannhäuser, Cabalgatas de las Valquirias, aunque sería demasiado histriónico para mi forma de ser.
El mayor de los logros de Iván es haber sabido desprenderse de las cosas que apasionan y atormentan al hombre común.
Su vida no pasa por las posesiones ni los manuales de usos y costumbres.
Y es así como, queriéndolo o no, representa un genuino lenguaje distinto.
Desde su rotunda flacura se ríe del amor con papeles, de hijos con legado, de empresas con empleados, de relojes con horarios, de vacaciones pagadas en cómodas cuotas.
Le alcanza con sus pies, su bicicleta, su cámara fotográfica, su sentido de la estética y sus plantas.
Lo demás es arte y oficio.
JCB
El perfil psicografológico de Iván Zabrodski
Por Elizabeth Martinez, grafóloga
* Utiliza un tipo de letra que es imprenta mayúscula, lo cual representa el máximo nivel de ocultación. Por lo tanto se trata de una persona que tiende a mantener su vida personal a resguardo de los demás. Trata de mostrar lo mínimo de su interioridad, dejando esta faceta para su fuero familiar más íntimo.
* Habrían situaciones o personas de su pasado que lo habrían marcado (aunque posiblemente no tenga conciencia de ello y considere que eso es parte del “pasado”, ya).
* Se detectan rasgos de abundante reflexión. Se trata de una persona con importante vida interior que necesitaría de actividades que lo nutran desde ese lugar. Es decir, si bien es una persona sociable, también requeriría de sus espacios de silencio y soledad temporal, para encontrarse consigo mismo.
* Puede dar la impresión a simple vista de ser una persona simple, con poca energía a veces, incluso decaído o cansado. Sin embargo es todo lo opuesto, su verdadero estado anímico (aunque no todos pueden visualizarlo) es de profundo optimismo, marca fuerza, motivación, entusiasmo, tiende al éxito.
* La presión que imprime sobre la hoja al escribir es fuerte y traspasa el dorso de la misma, denotando un prominente caudal de energía, volcado a nivel personal y laboral.
Nota publicada en La Pericana el viernes 3 de agosto de 2018 en la edición Nº 119