De topónimos y autódromos…

 Nuestro San Juan ha  estrenado  el Circuito San Juan  Villicum!!! No puede faltar entonces, una mirada lingüística que recorra el circuito del topónimo aborigen Villicum.
Dentro de la toponimia regional aborigen ya  advertimos, con mi Maestro, el recordado lingüista sanjuanino César Quiroga Salcedo, una inquietante variedad formal en los topónimos según sean de acentuación oxítona o paroxítona (aguda o llana), respectivamente. De un lado tenemos una abundante lista de topónimos oxítonos como:

En -um: Puchuzum, Tulum, Villicum,Tudcum, Cuyum.

En -al: Tontal, Catantal, Fical.

En -án : Hualilán, Tunuyán, Malimán, Pacapán, Asilán.

En -ás: Guayaguás, Yalguarás/Yalguaraz.

En -il: Huañizuil, Pituil, Niquivil, Ambil, Conguasil, Colangüil.
En -í: Jocolí, Tupelí, Nogolí, Chalvelí (histórico).

Dentro de estas seis series, que no pretenden ser exhaustivas, hay aspectos que deben destacarse. Como Cuyo proviene seguramente de Cuyum (con acento agudo), es conveniente pensar que no siempre el español respetó el acento originario de las palabras o, en otro sentido completamente distinto, que en el momento de su arribo al territorio, ya exista una cierta ambigüedad de uso y pronunciación de la que se contagió el español, o una manera particular en el habla aborigen que era oída ambiguamente por el oído hispano. Finalmente, pudiera ocurrir que un dialecto huarpe pronunciara [kúyum] y otro dialecto [kuyúm] y que el español haya conservado solamente una sola forma, a su experiencia la más lícita o probable, y haya desechado la otra, quizá de uso más restringido.

Los lugares aludidos se hallan próximos a cursos de agua, pero la identificación parece desmoronarse con el ejemplo  de villicum ''cerro''. Pese a que esto tiene el apoyo de larga tradición, es decir, la identificación del topónimo Villicum con un cerro, las extensiones abiertas hacia el oriente del cerro que conocemos como Villicum se hallan cerradas hacia el naciente por Pie de Palo y Famacoa; al sudeste por Angaco; y al sud por el Albardón. Podríamos reflexionar entonces, que si conectamos esta descripción con el hecho de que para los pobladores aborígenes pre-hispanos la importancia de los valles resultó vital, debiéramos aceptar un predominio del concepto de ''valle'' sobre el de ''cerro'', o más precisamente, de ''valle habitado o habitable'' frente al de las alturas.

En efecto, posiblemente la palabra villicum se refiera a un valle o planicie, antes que al cerro que hoy ostenta ese nombre. Misterios lingüísticos toponímicos que siguen su curso con nuevas investigaciones y así continuar con todos los circuitos posibles en paralelismo con el Autódromo Villicum.

(*) Aida Elisa González de Ortiz, directora del Instituto de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de la UNSJ.

Publicado en La Pericana, edición 141 que integra la edición de El Nuevo Diario del 1 de febrero de 2019

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Autódromo San Juan Villicum
Autódromo San Juan Villicum