Voley
Armoa Morel. La familia que respira vóley
Los Armoa Morel se instalaron hace años en San Juan, cuando UPCN contrató a Fabián Armoa para que armara el súper equipo de la Liga Argentina. Y ahora ya empiezan a verse los frutos de la nueva generación con la medalla de bronce conseguida por Manuel en el mundial de Túnez sub19.
La selección argentina de vóley se quedó con el tercer puesto en el campeonato mundial U19, disputado en Túnez. En el partido que definió ese lugar, venció a Egipto 3—1 y dos sanjuaninos lograron colgarse la medalla de bronce: Lucas Ibazeta y Manuel Armoa Morel.
Con esta medalla, Manu comienza a escribir su propia historia en un deporte que viene en su ADN. Hijo de Carla Morel –jugó en la selección argentina de vóley entre 1985 y 1990 antes de partir por 10 años a jugar en Italia y terminar su carrera jugando un año más en Brasil— y de Fabián Armoa –tras su carrera como voleibolista, dirigió la selección nacional entre 2003 y 2005 con participación incluida en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004. Además, pilar fundamental en la historia de UPCN con 7 títulos de campeones de Liga Nacional y podio en mundiales de clubes—. La madre de Carla y los hijos del primer matrimonio de Fabián también jugaron al vóley.
Tenía seis o siete años y Manuel ya era uno de los alcanza pelotas de UPCN. Hoy, con sus 197 centímetros, busca ganarse un lugar en el equipo gremial que, desde San Juan, ganó todo a nivel local y tuvo grandes actuaciones a nivel mundial.
Los Armoa Morel son una familia que vive y respira vóley. Es el tema principal de conversación a donde van. Incluso, Carla tiene un grupo grande de alumnas de mosaiquismo y la mayoría de ellas se han hecho fanáticas del gremial, incluso yendo a la cancha y alentando bajo la batuta de la esposa del técnico.
Fabián agrega “Cualquier cosa puede ocurrir en casa, desde el mosaiquismo hasta un entrenador renombrado, pasa gente y gente”.
Manuel corrobora esto al asegurar que “todo el día en casa es vóley, hablamos permanentemente de vóley”. Y de paso, con una amplia sonrisa, pone sus quejas por la actividad de Carla: “El mosaiquismo está en todos lados en mi casa, sólo falta que la almohada sea con mosaiquismo”.
Los tres estuvieron en La Ventana y Fabián opinó de Manu como jugador:
—Lo que tiene Manu es que se ha hecho desde muy chico. No en las técnicas de vóley, que las hace muy bien porque siempre jugó al vóley. Me refiero a esos 10 años en el banquito secando y pasando las pelotas, desde niño escucha las charlas técnicas de los equipos y participa de las charlas familiares que tengo con Carla. Esto hace que no haya que explicarle cosas, secretos del juego, cómo encarar los entrenamientos, cómo cuidarse, cómo atacar. Más allá de esto, ahora en el rol de entrenador sigo corrigiéndole cosas”.
Manuel afirma que todavía no cae del logro del mundial de Túnez, aunque ya está enfocado en lo que se viene:
—Fuimos al mundial para ver qué pasaba y se fue dando partido a partido. Resolvimos las diferencias entre jugadores y entrenador y conseguimos este logro tan importante, ser el tercer mejor seleccionado del mundo es mucho. Ahora, espero seguir profesionalmente en UPCN y si alguna vez toca irse, bienvenido. Hoy toda la energía está puesta en el equipo y espero estar varios años.
Fabián le pide también que tenga en claro que “hoy tiene otra prioridad que es el colegio”.
Y la madre va más allá:
—Yo como mamá tengo otra prioridad. Manuel tiene 16 años y hay que respetárselos, que salga, se ría, se divierta. Hace meses que se la pasa estudiando, entrenando teniendo en vista el mundial y necesita vivir sus 16 años. Yo a los 28 estaba agotada del vóley, saturada y no quiero que le pase eso.
Fabián jugó en Vélez y Manu es hincha del club de Liniers. Incluso los dos cuando pueden juegan al fútbol.
Manu afirma que admira más que nada a los jugadores cubanos como Simón, Leal, León, Fontarena. Y aclara Fabián: “La cosa cubana tira. Su sangre y parte de su familia están en Cuba. Ahora viene un cubano en el equipo y antes de llegar ya se hizo amigo de Manuel. Su espejo está más en Cuba que en Rusia, los negros juegan diferente que los blancos”. Incluso hace unos años, los tres viajaron a Cuba para que Manu pudiera conocer a sus abuelos por parte de su padre biológico.
Si bien Fabián y Carla son de Buenos Aires, eligieron a San Juan para vivir y lo disfrutan:
—Medallas de bronce hay pocas en Argentina y por esas cosas de la vida hay tres y no es casualidad. Y esto lo pudimos hacer por estar en San Juan. Si no nos hubiésemos ido de Buenos Aires quizás no hubiésemos seguido como familia. Y por eso estamos tan orgullosos de San Juan, es la provincia que nos permitió llegar hasta acá. Estamos en una provincia que se vive el vóley con pasión y una muestra son las finales en el Estadio Cantoni que queda chico— afirma el técnico multi campeón con UPCN.
Los Armoa ya tienen nuevos desafíos. Fabián busca armar un UPCN que vuelva a ser campeón y que este año incluye a Manu en sus primeros pasos. Carla acompañando a todos lados y con sus clases de mosaiquismo que comparte en redes sociales. Y siempre con el vóley como eje central de sus vidas.
Fuente: La Pericana, edición 173 del 13 de septiembre de 2019, que integra la edición de El Nuevo Diario número 1882
