Francisco Martín, más conocido como “Paquito”, es uno de los sacerdotes de mayor edad de la curia local. Fue panadero, jugador de básquet, construyó parroquias, escuelas y hasta pasó por la TV. De frases filosas, habla de todo y de todos. En la actualidad es el párroco de la Parroquia Divino Salvador, en Rivadavia. La siguiente nota fue publicada en El Nuevo Diario, edición 2016 de 8 de julio de 2022
- ¿Cómo es el día a día del padre Paquito?
-Sigo siendo muy activo, por supuesto con mis limitaciones. Ya no corro como antes ni tengo las mismas actividades. Pero siempre estoy haciendo algo. Todavía no se me ocurre retirarme, voy a seguir hasta que la gente lo considere. Pienso que sirvo y uno como sacerdote debe continuar mientras pueda servir a la comunidad.
-Una de sus características fue la cercanía con la gente, e incluso lo llegaron a llamar el “cura villero” ¿Cómo forjó esa faceta?
-En los ’80, el Papa Juan Pablo II habló de una nueva evangelización. Nos dijo que le habláramos a la gente desde arriba de los techos si era necesario. Pero yo siempre tuve un perfil de la calle, cercano a la gente, me gustaba andar por el barrio, la villa, embarrarme los pies. Eso no me costó. Incluso usé hasta el deporte para estar cerca y no dudé en comer un choripán o tomar un vaso de vino si era necesario después de un partido. Ese es un modo de estar cerca, de evangelizar “desde los techos”. Y fue entonces cuando también entendí que la educación y los medios de comunicación podían servirme de herramienta para esto.
-Armó un canal de tv y una radio ¿Extraña estar delante de la pantalla de tv?
-El obispo me sacó hace dos años, si extraño. Porque fui el autor intelectual y material de Canal 4 y Radio Virgen María. El Arzobispado no puso ni un centavo. A la señal, por decreto, se la dieron al Arzobispado y la Radio a la Parroquia, pero desapareció. Mejor no hablar de eso.
Pero si me sirvió para llegar a la gente, igual que todas las escuelas que armé. Esas fueron las herramientas más importantes que armé para evangelizar.
- ¿Qué piensa del Papa Francisco y sus declaraciones políticas en relación a este país?
-Lo que hizo Bergoglio en Buenos Aires, lo llevó al Vaticano y ahora su forma llega a nivel mundial. Es una Iglesia de la periferia, cerca de los pobres, con la gente humilde. Insta a una Iglesia donde se practique la cercanía y el encuentro. No me corresponde juzgarlo por su opinión política.
- ¿Cómo se lleva con el arzobispo Jorge Lozano?
-Me llevo bien. Es un hombre sencillo, humilde, sabe de la tarea en la calle. Recorrió lugares inhóspitos y conoce la miseria. Es amigo del Papa Francisco, por lo que prácticamente tienen la misma forma de actuar.
-¿Cómo ve la crisis por la que atraviesa el país?
-Con un poco de impotencia porque no es un problema económico. Es político. La falencia está en la política y en quienes nos dirigen. Este país es rico, pero la corrupción lo está destruyendo. Me pregunto hasta cuándo y es difícil pensar en qué solución pueda ser la mejor para salir de este pozo. Eso da bronca.
Infancia en la pobreza, convicción religiosa y compromiso sin tapujos
Su infancia no fue fácil. Pobreza y exilio, aprender a enfrentar caos políticos y económicos, pero siempre sostenido por una familia que supo guiar todos sus pasos. El padre Paquito nació en España el 7 de julio de 1943. Y llegó a San Juan cuando todavía era un niño.
Fue en 1959 cuando llegó a Argentina junto a sus padres, escapando de la extrema pobreza de Nerja. Su papá también se llamaba Francisco y era panadero. Su mamá, Magdalena, era ama de casa. Cuando Paquito tenía 7 años, llegaron sus hermanos mellizos, Miguel y Charito. En alguna oportunidad, el sacerdote contó que estando en España, les llegaba ocasionalmente, el trigo que enviaba Perón desde Argentina. Como también recuerda la fuerte tormenta que azotó el barco que los trajo desde el viejo continente y en el que estuvieron a bordo durante 20 días interminables.
Estudió en una escuela de Rawson y de la mano del padre Carlos Crubellier, que era párroco de Villa Krause, se embarcó en su vocación religiosa. Fue ordenado sacerdote por monseñor Sansierra y su primer destino fue la iglesia de Angaco.
Pero su corazón siempre estuvo en Rawson. Desde 1972 al 2004 estuvo en el departamento que lo vio crecer. Ahora está en la parroquia Divino Salvador, Rivadavia.
Entre templos y escuelas
Corría el 1970, el padre Paquito tenía apenas 27 años y su primer destino como sacerdote fue Angaco. De aquellas épocas recuerda la dureza del lugar, con pocos habitantes y muchas necesidades. Entonces se compró una moto para poder recorrer las escuelas del departamento. Al templo angaquero lo acondicionó pidiendo puertas, poniéndole el techo y hasta colocando el piso.
Luego, en 1975 fue trasladado a Rawson. Contó que el traslado se debió a la falta de sacerdotes en aquella época y no porque él tuviese una larga carrera como sacerdote como para hacerse cargo de un templo tan importante.
Allí también se encontró con la precariedad. Una iglesia con piso de tierra, sin techo, y una escuela con algunas aulas que tenían techo de caña y paredes de barro. Así fue que comenzó la “pesca de fieles”, andando por los barrios, caminando las villas y participando hasta en campeonatos de fútbol que se jugaban en el club Unión y en Trinidad.
Así fue que el sacerdote se apoyó en la evangelización a través de la educación y más tarde lo hizo mediante los medios de comunicación para llevar su mensaje, sobre todo a los sectores más vulnerables.
En la época de su estadía de Rawson ejecutó la construcción de los colegios parroquiales Marcos Zapata; Niño Jesús y Juan Pablo Segundo. También el de Santa Teresita en el barrio Güemes y gestionó la construcción de varias parroquias. A esto se sumó la construcción del Hogar Niño Jesús, para pequeños carenciados donde almorzaban, hacían los deberes y hasta merendaban, para luego irse a sus casas.
Un apasionado por los deportes
Deportista de raza, apasionado por todas las disciplinas, pero su amor más potente fue por el básquet. Y la altura le ayudó al padre Paquito. Flaco, alto, ideal para este deporte en el que se destacó jugando en el Club Unión de Rawson. Contó que por 1974, o 1975, hasta llegaron a salir campeones, cuando en los torneos estaban incluidos Lanteri y el club Sportin Estrella.
Compañero de cancha del Payo Matecebach, el padre Paquito dijo que era famoso por las “patadas” que pegaba cuando jugaba al fútbol. Y que hasta los árbitros tenían que decir la verdad cuando este les consultaba por alguna falta, porque se sentían intimidados por su envestidura.
“La Iglesia tiene que estar en la calle”, dijo el padre, y fue eso lo que lo llevó a la práctica de deportes tan populares que le permitieron acercarse a la gente desde otra perspectiva. El sacerdote vivió todos los rituales deportivos. Desde la pasión en la tribuna, hasta el café en la plaza con los hinchas, o el choripán y el vaso de vino después de cada partido.
“Me ofrecieron, en la época de Monseñor Di Stéfano, seguir el camino del obispado, pero no me interesó. Yo soy descontracturado, y me gusta comer choripán después de un partido de San Martín”, dijo.
Sin embargo, reconoce que los deportes le dejaron secuelas en sus rodillas, por lo que tuvo que alejarse hace algunos años de estas prácticas. Ahora hace natación y, un poco a disgusto, comenzó a cuidarse con las comidas.
El cura más mediático
Hablarle a la gente desde los techos, si es necesario. Esa fue la recomendación que dio Juan Pablo II, para hablar de una nueva evangelización. Y el padre Paquito lo tomó al pie de la letra. Pero en vez de subirse al techo, usó las cámaras y los micrófonos.
Así fue que gestó el Canal 4 y FM 412 Virgen María. “Todo legal, con todos los papeles”, dijo el sacerdote. Incluso contó que también hizo el aporte material porque en ese momento, monseñor Di Stéfano le dijo no había plata para un canal. Así fue que montó una antena en el exhospital Español y compró todos los equipos en Córdoba. Se lanzó el canal y empezaron los trámites para su autorización. Hay que señalar que el decreto presidencial del funcionamiento del canal LRJ 518, estaba firmado por el presidente Carlos Menem.
Hace dos años, desde el Arzobispado, según contó el sacerdote, le pidieron retirarse del canal. Ahora este depende del Arzobispado. Y contó que la radio pasó a la Parroquia.
El padre Paquito en frases
»» "En mi vida pasé muchos momentos complicados. Uno de alto riesgo fue en donde hoy está el barrio La Estación, cuando estaban las vías del ferrocarril todavía. Hubo un enfrentamiento con Gendarmería y yo me puse entre ellos y la gente. Me quisieron sacar por la fuerza. Fue un momento de tensión".
»» "En la época de la dictadura me hice amigo de dos guerrilleras rosarinas. Tuvimos largas charlas y las tuve que proteger. Para mí fue usual hacer eso en aquella época del proceso. Y también me tenían fichado".
»» "Lo que contó José Luis Gioja es verdad. Durante la dictadura lo asistí a él y su familia en mi parroquia. Éramos todos de Rawson y sus padres siempre iban a Fátima. Allí los conocí. En ese momento duro le aconsejé que se fuera".
»» "Creo que los dichos políticos del Papa Francisco se sacan de contexto. Una frase puede dar para todo. Hay que tener mucho cuidado y yo soy quién para opinar".
»» "En la Iglesia hay caso de abusos, pero no podemos caer todos en la misma bolsa. Siempre hay que hacer la denuncia si un sacerdote faltó a su misión o cometió un delito. Son cosas que no se pueden callar".
»» "En el caso del sacerdote sanjuanino que se convirtió al anglicanismo, creo que no se puede juzgar. Tuvo un problema y lo resolvió de esa manera. La Iglesia Católica debería estar más cerca de los sacerdotes, más diálogo porque todos pasamos momentos difíciles, de soledad y duda. Recomiendo que cuando esto pase, pidan ayuda. Pero falta mucho que trabajar al respecto".
»» "Cuando era chico robé papas para comer. Entonces era frecuente hacer eso. Salíamos de una guerra y la miseria era mucha. Mis amigos de 8 o 9 años no tenían qué comer, y en solíamos entrar a fincas y sacábamos papa o algún camote".
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