Ofelia Zúccoli
Fidanza, nació el primero de abril de 1913 en Calingasta. Hija de Livio
Zúccoli, natural de Roma, Italia, y de Úrsula Tinto,
natural de Chianti, Piamonte; casada en 1941 en Calingasta con el ingeniero Amílcar
Fidanza, porteño. Es más conocida por su nombre literario, Ofelia
Zúccoli Fidanza.
Ofelia vivió hasta los 17 años en Calingasta, cuando partió para seguir sus
estudios en Buenos Aires.
Allí
se casó con el ingeniero Amilcar Fidanza
y nacieron sus tres hijos. Mantuvo contacto con escritores y pensadores como
Arturo Jauretche,
Leopoldo Marechal, León Benarós, Julia Prilutzky, Enrique Santos Disépolo,
Homero Manzi entre muchos otros.
Ocupó un lugar en la Sociedad Argentina de Escritores (SADE)
y fue presidenta de la Asociación de Periodistas de la Televisión y Radiofonía
Argentinas (APTRA). Colaboró Además,
con diarios como Clarín, Correo de la tarde y la revista Folklore.
Buenos Aires fue su última morada, allí falleció con 93 años y sus restos
fueron trasladados a su amada Calingasta, el lugar que la vio nacer.
Ofelia fue quien propuso realizar el Jardín de los Poetas dentro del Escudo
Provincial, en la Quebrada de Zonda, San Juan.
Pertenecen a su autoría las letras de las canciones “Ya viene soplando el Zonda”, “Madre
yuyera”, “Canción para Quinquela Martín” y “Pobrecita la Deolinda”, que
fueran musicalizadas por Hermes Vieyra
e interpretadas por cantores populares como Antonio Tormo, Julia Elena Dávalos y José Larralde, entre otros.
Fue autora de ocho libros de poemas: “Llegando al Camino”
(1936), “Estas coplas de mujer” (1946), “Lecho de Tierra” (1948), “Pasión de
viña” (1953), “Lagar de mi sangre” (1961), “Digo su nombre, Calingasta” (1974),
“Rostro de tierra” (1981) y “Corazón encendido” (1986).
Letras de Ofelia Zúccoli Fidanza
Ya viene soplando
el Zonda
Cuando el Villicum se enciende
las calandrias se ahogan
cuando la sed de la acequia enloquece a las palomas
Dicen que murió de sed
iba en busca de algarroba
su cachorro la seguía
amamantao de sombras.
Pobrecita la Deolinda
qué amargo fue su destino,
los arrieros la encontraron
dormidita en el camino.
Pie de Palo la custodia,
el Vallecito la guarda,
y pa’ todos los paisanos
la dijunta es una santa.
Recitado
La patria diba al galope
entre lanzas y tacuaras
y más allá de la Rioja
la montonera bramaba.
No hay caminante en la huella
que no le peida un consuelo
a la dijunta Correa
patrona de los arrieros.
Cantado
Pobrecita la Deolinda
qué amargo fue su destino,
los arrieros la encontraron
dormidita en el camino.
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