Los cambiantes caudales del Río San Juan

El siguiente artículo fue publicado en La Pericana, edición número 15 del 17 de junio de 2016 e integró la edición 1725 de El Nuevo Diario

 El río San Juan es el mayor y más importante curso de agua de la provincia de San Juan y es un elemento fundamental en su estructura económica, ya que de él dependen las posibilidades de riego para la agricultura.
Hoy su cauce está controlado por obras hidráulicas de gran envergadura de reciente construcción, pero no siempre fue así.

En tiempos pasados este río torrencial pocas veces ha tenido un caudal regular, oscilando entre grandes crecientes y períodos de sequía. Las previsiones que se podían tomar eran necesariamente provisorias a falta de verdaderas obras que lo controlaran. Las periódicas inundaciones del río provocaban enormes daños a la ciudad de San Juan y a las zonas de cultivo cercanas.

Recién a mediados del siglo XIX comenzaron a construirse obras de defensa definitivas. Hacia 1844 se inició la construcción de un gran murallón (que daría origen al Dique San Emiliano), que protegía la ciudad por el norte.
Esta obra fue la única defensa permanente durante varios años por lo que el gobierno y el pueblo de San Juan debían estar en constante alerta sobre el estado del río.

Si bien las obras de defensa se realizaban casi todos los años con diferente grado de urgencia, en 1870 se reunió una serie de circunstancias que posibilitaron la realización de obras de mayor envergadura. En 1869 fue elegido gobernador de la provincia José María del Carril que representaba la corriente política de Domingo F. Sarmiento, por entonces Presidente de la Nación. A esto se le agregó la relativa calma interna de la provincia por falta de un partido opositor fuerte y el apoyo mayoritario de la población hacia el nuevo gobierno.

El gobernador encaró la realización de un vasto plan de obras, que incluía los trabajos de defensa tantas veces postergados. Para ello obtuvo de la legislatura local una ley que le permitía solicitar un empréstito, que fue colocado inmediatamente ante el gobierno nacional.
El fin de estos fondos sería para las obras de defensa indicadas por el ingeniero francés Octavio Nicour, técnico en topografía e hidráulica.

Luego de varios años de crecientes, el río San Juan se presentaba en 1870 muy amenazante, teniendo en cuenta las alarmantes noticias sobre la cantidad de nieve existente en la cordillera.
Para comprobarlo se envió una comisión a inspeccionar la acumulación nívea. Esta comisión partió el 26 de octubre de 1870 en dirección a las nacientes del río.

Primero inspeccionaron los ríos Los Patos y Volcán, constatando una gran existencia de nieve, luego recorrieron las zonas cercanas a los ríos Colorados, Blanco y Castaño en las que también encontraron abundante nieve. Esto los llevó a afirmar que la crecida del río sería notablemente superior a la de los años anteriores.

Otra comisión había inspeccionado, en el mes de agosto, el estado del río desde la entrada al Valle de Zonda hasta Caucete, determinando que los puntos más vulnerables se encontraban en la margen sur: uno frente a la toma de Zonda y otro en la IIamada Puntilla de la Cruz (actual Dique Partidor Ignacio de la Roza). En este último punto se desprendía la antigua toma del canal Pocito, que abastecía de agua a todos los departamentos de la margen derecha del río. Con anterioridad se había concluido que ese lugar era el más apropiado para realizar un comparto o dique nivelador en el río, ya que se encontraba a cubierto de las crecientes.

Basado en éstos y otros estudios realizados, el ingeniero Nicour propuso dos obras: una en la quebrada de Zonda para controlar las crecientes de Los Colorados que, provenientes de la entrada de la misma, amenazaba por oeste a la ciudad y sus alrededores; la segunda obra proyectada fue la construcción de un comparto en La Puntilla.

Para la realización de estas obras era obligatorio que todos los departamentos amenazados contribuyeran en forma proporcional a la cantidad de terreno empadronado que se encontraba bajo riego. La proporción determinada era repartida a su vez entre los propietarios empadronados de cada departamento. Las encargadas de esta función eran las Juntas de Irrigación departamentales quienes establecían la cantidad de tareas (días de trabajo de un peón) y de cargas de monte (material utilizado para la construcción de las defensas) que el propietario debía enviar a la obra.

En el caso de Pocito, por ejemplo, la proporción que se usó fue de un peón y siete cargas de monte por cada grado de agua (unidad utilizada para medir el agua de riego) que recibía el propietario. Los peones debían concurrir al lugar y fecha indicados por el Director de la Obra provistos de azadón, canasta y, en algunos casos, pico y hacha.

Las juntas eran responsables ante el Inspector General de Irrigación (máxima autoridad en el ramo) sobre el cumplimiento de los propietarios y tenían el poder de exigirlo si fuera necesario.

Así los llamados Departamentos del Sur (Ciudad, Desamparados, Trinidad, Concepción, Santa Lucía y Pocito), con un total de 12.145 cuadras de terreno empadronado, contribuían con 944 tareas y 2.166 cargas de monte. Los Departamentos del Norte (Albardón, Angaco Norte, Angaco Sur -hoy 25 de Mayo-) con 16.428 cuadras regadas contribuían con 1.317 tareas y 2.960 cargas de monte.

Según lo proyectado se construyó en la quebrada de Zonda un pequeño dique a 700 metros de la entrada de la quebrada, en una estrecha angostura de apenas 20 metros de ancho. El dique era de forma de trapecio ejecutado enteramente en mampostería y tenía 8 metros de altura. Estaba provisto de una abertura que permitía el paso del caudal normal del Estero de Zonda, cuyas aguas iban a engrosar el caudal del Canal de Pocito.
Esta obra, conocida con posterioridad como “Monolito Nicour”, prestó grandes servicios a pesar de sus defectos, ya que tenía cimientos escasos y era de poca altura. Fue demolido en 1895 cuando aún era de gran utilidad.

Del dique nivelador en La Puntilla sólo se concretó un pequeño muro de dos metros de altura de mampostería, que sería destruido por completo por las sucesivas inundaciones. Pero la idea subsistió ya que el lugar elegido era el más conveniente para un comparto.
Tanto es así que en ese lugar se construyó en 1894 el Dique Nivelador conocido como Dique Cipolletti, en honor a su constructor, que sería reemplazado años después por el actual Dique Partidor.


Fuentes:
-- Videla, H. Historia de San Juan. t.V. Buenos Aires, Academia de la Plata, 1976.
-- Soldano, F.A. La irrigación en la Argentina. Buenos Aires, Pedro García, 1923.
-- Guerrero, C. Alternativas funestas del Río San Juan. (En: Boletín de la Junta Provincial de Historia, a VI, n. 10 y 11 San Juan, 1947.)
-- Archivo de la Dirección de Geodesia y Catastro de San Juan.
-- Archivo del Departamento de Hidráulica de San Juan.
-- Archivo Histórico y Administrativo de San Juan.
Los primeros empedrados.

 

 

GALERIA MULTIMEDIA
1935 - Compartos del Dique La Puntilla o Nivelador / Esta foto fue tomada en los años 30 y nos muestra las compuertas de distribución del Dique La Puntilla o Nivelador. Tiene la función de encausar el caudal hacia el río y hacia el canal matriz que, tras recorrer dos kilómetros, llega al partidor San Emiliano, que distribuye el agua a los cuatro puntos cardinales de San Juan. El dique Nivelador fue construido bajo la dirección técnica del ingeniero César Cipolletti e inaugurado el 2 de diciembre de 1895, con la presencia del ministro de Gobierno Segundino Navarro. (Foto de la colección Machiavello)
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