Domingo Faustino Sarmiento fundó en San Juan el Colegio de Pensionistas de Santa Rosa de América en 1839.
El 9 de julio de 1839 Domingo Faustino Sarmiento fundó en San Juan el Colegio
de Pensionistas de Santa Rosa de América, destinado a señoritas, cumpliendo un proyecto de Fray Justo Santa María de Oro y Albarracín,
su tío segundo.
Como maestras a Vicenta Bienvenida
Sarmiento, Procesa del Carmen Sarmiento de Lenoir y María del Rosario Sarmiento,
hermanas de Domingo Faustino
El Fray había participado en el Congreso de Tucumán (1816), por lo cual la
fecha de inauguración del Colegio, conmemoró la declaración de nuestra
Independencia.
Participó de esta iniciativa un grupo de jóvenes intelectuales, que él también
integraba, del movimiento romántico y renovador promovido por Esteban Echeverría, y cuyas bases
ideológicas habían quedado establecidas en “El Dogma Socialista”, de su
autoría.
Formaban parte de este grupo también Antonio
Aberastain, los hermanos Rawson e Indalecio Cortínez entre otros, además de
Manuel José Quiroga Rosas, que en
1838 regresó de Buenos Aires imbuido de ideas de regeneración política,
económica, social, cultural, literaria y moral.
El objetivo del flamante colegio era subsanar la carencia de establecimientos
dedicados a la educación de la mujer, factor que consideraban de vital
importancia para reformar la sociedad.
La inauguración se llevó a cabo en un acto público
presidido por el gobernador Nazario
Benavidez. Durante el acto Domingo
F. Sarmiento pronunció un discurso, y en lo sucesivo tomaron la palabra Manuel José Quiroga Rosas, Antonio
Aberastain, Indalecio Cortínez, y Doña Tránsito de Oro de Rodríguez,
hermana de Fray Justo Santa María de Oro, flamante rectora del colegio.
Sus discursos fueron publicados por el periódico El Zonda en sus dos primeras
ediciones.
“Algunos años después, yo emprendí con doña Tránsito de
Oro, hermana del obispo, y digno vástago de aquella familia tan altamente
dotada de capacidad creadora, la realización de una parte del vasto plan de
Fray Justo, aprovechando los claustros concluidos, para fundar el colegio de
Pensionistas de Santa Rosa, advocación patriótica dada por él al monasterio y
que cuidamos de perpetuar nosotros. Hija única de doña Tránsito y de uno de mis
maestros, era una niña que desde su más tierna infancia revelaba altas dotes
intelectuales. Fray Justo, habiéndome conocido en Chile en 1827, y gustado
mucho de hallarme mui instruido en geografía i otras materias de enseñanza,
escribió más tarde a su hermana que me confiase la educación de su hija, y de
mi aceptación y de los resultados obtenidos, salió entero el programa de
educación, y el intento del colegio de pensionistas de Santa Rosa, que abrimos
el 9 de julio de 1839, para conmemorar la declaración de la independencia, en
que Fray Justo había tenido parte, y hacer de los exámenes públicos del colegio
una fiesta cívica provincial, puesto que Laprida, el presidente del congreso de
Tucumán, era nuestro compatriota y aun deudo mío” (Recuerdos
de Provincia, Obras Completas, Volumen III, p. 72).
Fuente: Museo Histórico Sarmiento -
museosarmiento.cultura.gob.ar