La localidad jachallera se encuentra camino a Huaco. Es dueña de paisajes impactantes y por ello se transformó en el destino ideal para los amantes de la naturaleza.
No hay señal de celular, pero eso poco importa porque el canto de
los pájaros de distintas especies, es suficiente para acaparar toda la
atención. Por momentos da la sensación de ingresar a otro planeta con formas
extrañas, colores llamativos, vegetación abundante, cascadas que sorprenden.
Así es La Ciénaga, el paraje
jachallero que se encuentra a 25 kilómetros de San José de Jáchal y a 179
kilómetros de la ciudad sanjuanina.
La Ciénaga
es escenario de cerros multicolores, cuevas naturales, tesoros geológicos y
tiene al río Huaco como guía. Se la conoce como el paraíso para los amantes de
la geología y la paleonotología.
Además, es como un aula a cielo abierto para investigadores y estudiantes,
porque convergen en su paisaje formaciones geológicas en las que pueden
admirarse todos los procesos que dieron origen al planeta.
Por otro lado, en La Ciénaga encontraron huellas de una manada de titanosaurios
del período cretácico.
Las formaciones rocosas son tan llamativas que la gente del lugar
hasta les puso nombre y se convirtieron en la atracción de los visitantes. Así,
se puede ver a simple vista se puede ver “el
sillón del gigante” o “el gusano”.
Este lugar es ideal para hacer caminatas y paseos en bicicleta.
Los senderos están bien señalizados y hay circuitos para todos los gustos.
Desde Turismo también organizan especies de excursiones porque es el escenario
apto para realizar avistajes de aves. Hay un camping y en los últimos tiempos
también comenzó a verse emprendimientos inmobiliarios destinados al turismo.
Los senderos de trekking están marcados y por ellos se atraviesa
varias veces el río. Uno de los parajes más impactantes es el llamado “Colinas Nevadas”, sitio elegido para
la foto de rigor.
Por otro lado, el sitio también tiene su contenido histórico y cuenta
con cartelería que da más información.
Está la vieja escuela que data de 1909. Años después, en la década del 1960, el edificio se
construyó sobre la ex Ruta Nacional 40. La Capilla Nuestra Señora del
Carmen fue construida en la década de los ‘60 tras con piedras traídas desde la
Cuesta de Huaco y de la cantera Agua de los Burros.
La primera misa la dio el Padre Illanes, quien originalmente tenía en un altar
de su casa la imagen de la Virgen del Carmen.
Cómo llegar
Se puede llegar a La Ciénaga desde San José de Jáchal, llegando a
la intersección de Ruta 40 y 456, dirigirse a la localidad de La Falda, tomando
Ruta 59. Se pasa por el dique Cauquenes, por Boca de la Quebrada y se llega al
paraje. También se puede ir desde Huaco, cuesta arriba.
Zona
protegida
Por el peligro de depredación y hasta la caza furtiva es que se
declaró al lugar Área Protegida. Este sector abarca una superficie de 9600
hectáreas. Esto es porque la zona reúne valores destacables desde el punto de
vista paisajístico y particular riqueza geológica. De este modo, la Ley
provincial Nº 7640 del año 2005 que estableció la protección del área,
destaca la necesidad de preservar el ecosistema de toda acción humana que
resulte un riesgo potencial para el patrimonio natural de la región.
Por ello, en este lugar hay un destacamento de guardaparques que
depende de la Secretaría de Ambiente de la provincia.
Mucho más que rocas
La conformación del lugar permite que la observación y el estudio
de sus características geológicas se realicen con relativa facilidad. Por este
motivo, algunas publicaciones califican a la región de La Ciénaga como "un
aula a cielo abierto".
En alguna medida, la formación tiene características similares a
Ischigualasto, reunidas en una superficie de menor tamaño.
El sitio muestra formaciones expuestas de rocas sedimentarias y
otros estratos cuya antigüedad parte del paleozoico inferior. Por otro lado, en
algunos sitios, se han encontrado fósiles de helechos y moluscos del período
ordovícico, datados en 400 millones de años.
Concierto de sonidos
Los pobladores de la zona la consideran un "santuario de
aves" por su riqueza ornitológica. Por ello, el avistaje es una de las
actividades que caracterizan el lugar en el que abundan el biguá, el jote
cabeza colorada. Además, hay cinco variedades de patos, habita allí el picaflor
cometa.
Así, los pequeños pájaros cantores están ampliamente
representados. Se ha registrado la presencia de ejemplares de cortarramas,
suirirí amarillo, zorzal chiguanco, benteveo común, verdón y pepitero de
collar, entre muchos otros.
Las aves de la libertad
Además del avistaje que pueden realizar los visitantes, este sitio
se transformó en el elegido para realizar rehabilitación de especies que
estuvieron en cautiverio para su posterior liberación. Por lo que es moneda
corriente que en el llamado Mirador de Huaco, se realicen liberaciones de hasta
cóndores.
Las aves son rehabilitadas en la “jaula voladora” que la
Secretaría de Ambiente posee en el área protegida. Esta jaula posee el espacio
suficiente para que las aves ejerciten sus alas; una vez ahí, reciben alimento
balanceado a base de semillas y vitaminas.
Después de cierto tiempo, cuando el ave recupera la fuerza en sus
alas, su plumaje y tiene una recuperación general, se encuentra en condiciones
de ser liberada.
En San Juan la captura y caza de animales de la
fauna autóctona está prohibida por el Código de Faltas y la Ley 606-L,
considerando a la misma como un delito.
Fuente:
artículo publicado en El Nuevo Diario, edición 2069 del 11 de agosto de 2023