Entre 1920 y 1943 vivieron en San Juan
pintores reconocidos mundialmente. Su paso no fue inadvertido en la provincia
por el impacto que, con el correr del tiempo produjeron.
Entre ellos se pueden mencionar Lino Spilimbergo, Pedro Antonio, Graciana
Subirants, Carlos Raballo, Giovanni Zampolini, Bibi Zogbe, Antonio Casazza
Panizza y José Lorda.
Lino Spilimbergo. A fines de 1921 Lino Spilimbergo llegó a San Juan. Tenía 24 años, un asma crónica y la recomendación médica de buscar un clima adecuado para preservar su salud. Spilimbergo se instaló en la histórica localidad de Desamparados, al oeste de la ciudad de San Juan. En ese sitio retirado se concentró en los campesinos, en el paisaje que lo rodeaba y en la experimentación de nuevos procedimientos pictóricos, dibujos y monocopias. Pero nunca perdió contacto con sus compañeros artistas de Buenos Aires, muchos de los cuales habían partido ya a París.
Un capítulo fundamental de su obra tiene anclaje en la geografía sanjuanina, que habitó durante dos estadías; una previa y otra posterior al viaje a Europa, que realizó entre 1925 y 1928. De aquellos años son “Vieja puyutana”, “El ciego” y “Paisaje andino”, tres obras de un naturalismo social que presentó en el Salón Nacional de 1925 y que le permitieron ganar el Premio Unico al Mejor Conjunto. Reconocimiento que le llegó después de que “Seres humildes I”, la obra que presentó en el Salón Nacional de 1923, obtuviera el tercer premio.
Pedro Antonio. Pintor español distinguido con el gran premio Roma en el viejo continente. Llegó a San Juan en el marco de una gira a principios de 1935.
Atraído por el clima y la cordialidad del ambiente, semejante a su natal Almería, luego de culminar su gira argentina, se radicó por más de cuatro meses en la provincia. Frecuentó y pintó en los talleres de sus colegas, dejando una huella imborrable en los artistas locales, tanto por su maestría como por su generosidad artística.
En 1936, en una nueva muestra en el Club Social de San Juan, se despidió de la provincia dejando un legado de cinco cuadros de damas sanjuaninas.
Así fue que estos años no tuvieron precedente en materia de arte. El movimiento artístico en San Juan se fue consolidando y se apreció así la estética de la pintura con la presencia de pintores y expositores de artistas nacionales.
En esos tiempos llegó a San Juan Graciana Subirats, compañera del plástico español Ramón Subirats. También se llevó a cabo una exposición de pintores húngaros en septiembre de 1940. Por otro lado, también llegó Carlos Raballo que expuso en Casa España en septiembre de 1940 dando muestra de su original expresión y su sensibilidad. Así pudo poner en escena sus composiciones “Ojos tentadores”, “Desnudo” y “La esclava”.
Por otro lado tenemos a Giovanni Sampolini invitado por la colectividad italiana que estuvo en San Juan también en 1940. Este célebre escritor, pintor y músico italiano que ofreció una muestra de pintura en el Museo de Bellas Artes coincidiendo las críticas en calificarlo entre los mejores impresionistas de la época su presencia causó sensación entre los intelectuales y los artistas locales.
Bibi Zogbé, desembarcó en la provincia 12 de febrero de 1943 cuando se registraba la apertura de la exposición pictórica de flores en la Sala Museo Provincial. La artista que presidía la muestra venía precedida de un notable dossier de exposiciones nacionales e internacionales valorizando artísticamente una visión de pintura temática con excelente cromatismo.
Antonio Casazza Panizza. La muestra del pintor realizada en el Club Social despertó grandes expectativas. La misma se llevó a cabo en agosto de 1943 y estuvo compuesta por 35 obras. Fue celebrada por los jóvenes paisajistas sanjuaninos de la época.
José Lorda. Español, discípulo de Mateo y Nurria en Madrid. Con estudios en París se había trasladado a Argentina en 1920 habiendo obtenido distinciones en Salones de la Plata en 1929 y Salón Nacional en 1930. Para 1940 Lorda se encontraba radicado en San Juan como docente de la Escuela de Minas Industrial. Así este escultor presentaba un artístico medallón en piedra en homenaje y agradecimiento al establecimiento.