Con
la llegada de familias provenientes de diferentes países de Europa, San Juan
vivió hace un siglo una época muy particular donde no sólo surgieron grandes
empresas. Aquellos inmigrantes traían sueños de grandeza que se vieron
reflejadas en la vida social, política, cultural y en algunas edificaciones
importantes.
Francisco
Campodónico junto con Del Bono, Graffigna, Langlois y quienes se fueron sumando
dejaron algunos chalets representativos de esa época.
Lo
que se conoce como el chalet Campodónico comenzó a ser construido en 1920 por
orden de Francisco Campodónico y se terminó en 1923. El diseño de la vivienda
fue realizado por Juan Buschiazzo, con la idea de mantener el estilo
arquitectónico de Genova, lugar de origen del propietario.
La
casa consta de dos plantas. En la parte superior, se encuentran 5 habitaciones,
una cocina, un gran comedor, un hall de entrada y galerías en la parte trasera
de la vivienda. En la parte inferior, se ubicaban depósitos, dormitorios,
cocina, servicio y espacio para establos.
La
estructura del edificio, que soportó el terremoto de 1944, se compone de
ladrillo y piedra del Pie de Palo y el piso se hizo de granito. Las telas que
revestían las paredes fueron importadas de Venecia.
Bajo
el piso inferior, se instalaron las instalaciones cloacales, con tuberías
importadas de Inglaterra, al igual que el tanque de agua.
El
chalet perteneció a la familia hasta la década del 50, cuando la familia Lopez
Sabattini lo adquirió y lo prestó a la escuela 41. Posteriormente, fue
abandonado y usurpado.
En
el año 2004 la Municipalidad de Angaco lo
declaró “Patrimonio arquitectónico y cultural municipal”
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo,
edición 827 del 6 de noviembre de 2023