Hace unos días una noticia nos impactó
personalmente.
Decía que el papa Francisco autorizó la beatificación del
cardenal argentino Eduardo Pironio, creador de las Jornadas Mundiales de la
Juventud. De esta forma –decía la información-, el Vaticano le reconoció un
milagro ocurrido en 2006, cuando el entonces bebé de 15 meses Juan Manuel
Franco salió de un cuadro de coma profundo luego de que sus padres rezaran a la
figura del futuro beato.
La noticia se dio luego de que el Papa autorizara al
prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, el italiano Marcello
Semeraro, a publicar el decreto con el que la Santa Sede reconoce la curación
sin explicación científica del beato.
Y decía que la noticia me impactó personalmente porque recordé el paso por la corresponsalía de Clarín en Roma y la Santa Sede cuando las reuniones con Pironio eran frecuentes. Reuniones en las que no hablábamos de religión precisamente sino de la marcha de la mediación de la Iglesia en el conflicto con Chile por el Beagle.
En esos días Pironio era uno de los hombres más cercanos a Juan Pablo II y su oficina, como la del cardenal Samoré, eran fuente de noticia permanente para Argentina.
De aquellos días, precisamente, es esta foto de Pironio con un entonces joven periodista sin barba tomada un mes de diciembre de 1980 en Roma.
A veces el periodismo es un anticipo de la historia.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición 836 del 17 de noviembre de 2023