Cada
1 de marzo se conmemora el Día del trabajador ferroviario. Se celebra en esta
fecha en recuerdo del traspaso de los ferrocarriles ingleses al Estado
argentino, que tuvo lugar el 1 de marzo de 1948.
En San Juan, lamentablemente, el tren de pasajeros es un triste recuerdo desde 1994.
Eran los años en que todo lo estatal era mala palabra. Y –hay que decirlo-, en realidad los trenes funcionaban mal, producían grandes déficits, nunca llegaban a horario y tenía tres veces más empleados de los que necesitaban.
Pero el dilema no pasaba porque fueran estatal o privado sino porque constituyeran un medio de transporte eficiente, rápido, no contaminante y barato. La falta de visión de nuestros gobernantes prefirió eliminarlos y San Juan se quedó sin trenes.
Por eso, la celebración de hoy sólo es un recordatorio de que vivimos en un país en retroceso y que con los trenes de alta velocidad, la puntualidad, el confort y sus contínuos adelantos el mundo nos está diciendo que el ferrocarril es el transporte de cargas y pasajeros del futuro.
Un
futuro que, al menos por ahora, sólo miramos desde el andén.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición 878
del 1 de marzo de 2024