El
matrimonio Polenta, compuesto por Angelo
Antonio Polenta y Palma Carola Spinsanti se embarcó desde Italia hacia la
Argentina en octubre de 1902. Los Polenta llegaron a Buenos Aires y pasaron
allí 2 días, hospedándose en el Hotel de los Inmigrantes. Después de la corta
estada en la Capital, partieron hacia Mendoza. Sólo con llegar al país, su
nombre había cambiado: Polenta se había
transformado en Pulenta.
En un primer
momento se asentaron en Mendoza, donde nacieron otros hijos: María, Darío,
Augusto, Casimira y Rosa. Los Pulenta trabajaron como contratistas y después de
un tiempo pusieron un almacén de ramos generales.
Pero el
verdadero crecimiento se hizo esperar hasta el traslado a San Juan. En marzo de
1912, Angelo Antonio viajó en tren con su familia, contratado por La Germania,
empresa de Germán Wiedenburg, para instalarse en San Isidro, Angaco Sur, actual
departamento de San Martín. La zona era desértica y tenían como labor mejorar
esos terrenos.
Angelo
Antonio trabajó arduamente en La Germania y, en mayo de 1914, compró las
primeras tierras propias. En San Juan nacieron Adelina, Angela, Antonio y
Alfredo. Los Pulenta levantaron su casa y una pequeña bodega en el terreno
adquirido, inaugurando su camino en la vitivinicultura. Se iniciaba una empresa
familiar que ya no dejaría de crecer.
En esta foto
aparecen Quinto, la “Nona” María Magdalena Filomena Giaccaglia, Darío, Palma
(Palmina) Carola Spinsanti con su hijo Augusto en brazos, Angelo Antonio
Pulenta y María. (Fuente: Álbum “Nuestra familia”).
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición
933 del 23 de mayo de 2024