Uno ve el edificio
cerrado y es difícil disimular la tristeza que le produce. Ocurre que uno
conoció lo que era ese lugar en otros tiempos. Durante casi 90 años, Cinzano
fue un símbolo de un San Juan vitivinícola.
La bodega Cinzano abrió
en 1923 y se convirtió en la destiladora más grande de Sudamérica, elaborando
vermouth y cognac de reconocidas marcas.
Sus propietarios no eran
sanjuaninos pero para cada uno de los habitantes de esta provincia era parte
del ADN lugareño. Cinzano era San Juan y, como tal, creimos que sería
eternamente así.
Los Cinzano eran una
familia italiana de maestros licoreros.
Uno de sus descendientes,
Francesco Cinzano, en 1859 comenzó a hacerla conocer en el mundo.
En 1910 se constituyó en
la Argentina la sociedad anónima "Importadora Productos Cinzano” y un año
después, la familia Marone explotaba el establecimiento "Francesco Cinzano
y Cía” en Buenos Aires.
El 14 de diciembre de
1923 compraron en San Juan la bodega "La Asturiana" a Rogelio
Fernández Vilamil. La llamaron Establecimiento Vitivinícola "Santa
Victoria", en honor a su homónima en la zona de Piamonte, "Santa
Victoria D’Alba", Italia.
En 1933, la Casa Otard Dupuy & Cía, de Francia, y Cinzano firmaron un
convenio, por el cual la primera aportaba maquinarias, toneles y técnicos; y la
segunda, materia prima, operarios e infraestructura. Ese año empezaron la
elaboración y la primera partida salió en 1935, con un reparto de 2.200 cajas
de cognac producido en San Juan.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición
993 del 21 de agosto de 2024