El invierno de 1839 marcó un punto crucial en la sociedad sanjuanina con dos eventos significativos: la aparición del periódico El Zonda y la inauguración del Colegio de Señoritas Santa Rosa de América. Estos sucesos no fueron casuales, sino que reflejaron el espíritu de renovación que caracterizaba a un grupo de jóvenes intelectuales influenciados por el romanticismo y las ideas de Esteban Echeverría, plasmadas en El Dogma Socialista. Entre ellos se encontraban figuras destacadas como Domingo F. Sarmiento, Antonino Aberastain, los hermanos Guillermo y Franklin Rawson, e Indalecio Cortínez, quienes se unieron alrededor de Manuel J. Quiroga Rosas, quien, al regresar de Buenos Aires en 1838, trajo consigo un fervor renovador que abarcaba esferas políticas, sociales, culturales y morales.
Este grupo de jóvenes, conscientes de la situación desfavorable de las mujeres en la sociedad, identificaron la educación como la clave para su empoderamiento. Esto los llevó a fundar el Colegio de Pensionistas Santa Rosa de Lima, inaugurado el 9 de julio de 1839 en un acto público presidido por el gobernador Benavidez. Durante la inauguración, se produjo un hecho histórico: por primera vez, una mujer, Doña Tránsito de Oro de Rodríguez, hermana de Fray Justo y primera rectora del colegio, tomó la palabra en un acto público, destacando la importancia de la educación en la emancipación de la mujer.
Sus palabras reflejaron la esperanza de estos jóvenes en un futuro donde la educación permitiría a las mujeres desarrollar sus talentos, adquirir independencia y ocupar un lugar destacado en la sociedad. Subrayó que la falta de educación limitaba las capacidades de las mujeres para enfrentar la vida, y que solo a través de la educación se podría cambiar su destino, dándoles la libertad y las herramientas necesarias para elevarse y contribuir plenamente al desarrollo de la nación.
Fuente: nota publicada en Diario de Cuyo el 7 de marzo del 2018.