La reserva privada Los Morrillos, en el departamento Calingasta, muestran una faceta invaluable de Barreal para conocer los orígenes de la provincia de San Juan. Esta reserva contiene formaciones pétreas que sobresalen de la pampa circundante, cuyas cuevas dieron albergue a varias civilizaciones indígenas autóctonas de la provincia.
En la cara norte del Morrillo Chato existen aleros y cuevas que atestiguan la presencia de asentamientos de las tres culturas más antiguas que habitaron San Juan: Fortuna, Morrillos y Ansilta. Allí se encontraron vestigios arqueológicos de ellas, como pinturas rupestres, morteros agrupados o en piedras individuales, puntas de proyectil, raspadores y otros objetos.
Varias décadas antes de la creación de la reserva, esta región era ampliamente conocida por su riqueza y abundancia de sus yacimientos arqueológicos. Según varias fuentes, los primeros habitantes de la región pertenecerían a la cultura de la Fortuna (8.000 al 6.500 a.C.), que dio lugar a la cultura los Morrillos (6.000 al 2.000 a.C.), sucedida por la cultura de Ansilta (2.000 a.C. al 500 d. C.), que a su vez sería la antecesora inmediata de los Huarpes.
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La Fortuna, los primeros en Morrillos
La Fortuna constituye la población humana más antigua localizada en lo que hoy es San Juan. Sus restos fueron hallados en las zonas de La Fortuna y Los Morillos. También se los ubicó en las actuales localidades de Bauchaceta, San Guillermo, Gualcamayo, Talacasto, Ullum, Cerro de Valdivia y La Huerta, entre otras.
Vivían de la recolección de frutos de algarrobo, semillas y raíces de cactus, así como de huevos de ñandú. Cazaban guanacos y avestruces, que fabricaban para ello puntas de dardos y lanza, cuchillos y otros instrumentos de piedra.
No vivían en un lugar fijo, sino que se movían estacionalmente, de acuerdo con los movimientos de sus presas de caza, por los valles cordilleranos y las márgenes de grandes lagos que ocupaban por entonces algunos de los valles precordilleranos. Alrededor del año 6.200 a.C. cambiaron las condiciones climáticas, los grandes lagos precordilleranos comenzaron a evaporarse y estos grupos humanos debieron buscar otro lugar donde instalarse, siguiendo su avance hacia el sur.
Los Morrillos, cazadores nómades
Las investigaciones arqueológicas han permitido conocer sobre la presencia humana en Los Morrillos desde hace más de 8.000 años. Los primeros hombres fueron cazadores nómades de guanacos y suris. Hacia el año 6.000 a.C. se instalaron en esta zona los cazadores de la Cultura Morrillos, que ocuparon las cuevas del Morrillo Chato como viviendas. Allí dejaron abundantes indicios de su actividad cotidiana, como pinturas rupestres y restos de fogones.
Hay registro de que la cultura Los Morrillos se desarrolló en esta zona hasta el año 2000 a.C. Ésta fue sucedida en el tiempo por grupos que se iniciaron en el cultivo de tierra y en la cría de animales, como los pertenecientes a la cultura Ansilta.
Ansilta, antecesores de culturas
De este último grupo se han encontrado vestigios del uso de las cuevas como graneros, así como momias en muy buen estado de conservación, depositadas en las cuevas de la zona. En los yacimientos arqueológicos que pueden visitarse de la cultura Ansilta destacan las cavernas cuyas paredes decoraban con dibujos abstractos. Este grupo realizó agricultura mediante la irrigación de terrazas de cultivo.
De ellos se han encontrado momias en muy buen estado de conservación, depositadas en las cuevas de la zona. Los vestigios de este grupo llegan hasta el año 500 d.C., y se cree que sus miembros se fusionaron con las culturas posteriores, como la Huarpe.
Fuente: nota publicada en Diario Móvil.