Para el 29 de
septiembre se celebraba la Fiesta de San Arcángel y eran diez días de fiesta. Nos
comentó: “El sacerdote venía de Mendoza en avión solo para esa fecha. Entonces
se aprovechaba y se celebraban los bautismos, casamientos, de todo”.
Nos relató
también que viajaban más a San Luis y San Juan porque era más fácil, ya que
Mendoza les quedaba más lejos.” En el pueblo había tres caciques que eran
dueños de todo: GUAQUINCHAY, TALQUENCA y JOFRÉ, “pero no eran todos de la misma
raza”.” Los caciques no eran sanjuaninos, eran mendocinos. Guaquinchay era uno
de los caciques, “el que yo conocía se llamaba Juan Guaquinchay y la esposa
Aurora Cabrera, y tenía una pinta de india, andaba en chancleta (a nosotros mi
mamá no nos dejaba andar en chancletas). Era petisita, flaquita pero muy
guapa.”. Los “Jofreses” criaban ovejas, el negro Jofré era petiso”. Su abuelo
era morocho, grandote y tenía aspecto de indígena. Entendía mucho de caballos
de carrera y cuidaba y curaba a todos los animales, “Era como un brujo y no
había estudiado”.Los padres de su abuela habían sido españoles, “mi bisabuela
había sido rubia, muy bonita , yo me acuerdo”. Los campos nunca se vendieron
“como eran antes, no había escritura”. Siempre ratificó que ella no escuchó
hablar en huarpe “porque había mucha gente “renovada”. “A poco de estar
conversando, uno se daba cuenta”.
Amada Talquenca
nos contó que quería venirse a San Juan, porque cuando niña siempre venían a
Caucete, Villa Independencia a la casa de sus tíos para las cosechas y los
carnavales.”Sus abuelos venían a trabajar a los Yanzones en Caucete para
cosechar. Pasaban dos o tres meses. Les daban un lugar para quedarse y Alesio
Talquenca, hermano de su madre Barbarita cuidaba los caballos, era peticero de
Polo. En Pozo de los Algarrobos estaban Los Maurín que eran muy amigos de su
abuelo. A Caucete traían las maderas, el carbón y el trigo. Al Molino (no se
acuerda dónde estaba) el abuelo traía el trigo, lo molían y le daba la primera
harina y también el afrecho para los chanchos. Viajaban en los carros, “que
eran como carretelas, pero mejores y tiradas de mulas”.
(*) Directora del Instituto de
Investigaciones Lingüísticas y Filológicas Manuel Alvar (INILFI) de la FFHA de
la UNSJ. Miembro de la Academia Argentina de Letras
Fuente: Publicado en La Pericana,
edición del 1 de septiembre de 2024