Ernesto Picot fue dueño de las marquesinas deportivas mucho
tiempo. Se dijo que fue el anticipo de Pelé, por su juego, por su color y por
su entrega. Hizo una gira con eI Santos de Brasil. Sus últimas pinceladas las
brindó en el Independiente de Trinidad y luego se dedicó a la producción de
futbolistas.
Ernesto Mauricio Picot recaló en San Juan para
entregar toda su sabiduría recogida en el mundo. Hijo de Ernesto
Idelfonso Picot, con abuelo francés y de Cora Duarte, uruguaya,
de quien heredó su piel morena, nació en Avellaneda el 1 de enero de 1927.
Criado en Villa Urquiza, cerca de la vieja cancha de River Plate, la de Alvear
y Tagle.
Fue ídolo en San Lorenzo, Luego llegó la huelga del 48 y mató
una generación de futbolistas. Se produjo el desbande a Colombia y fue la
ruina. Después de 10 años en Boedo, un empresario lo quiso llevar a Racing de
Marsella, Francia. San Lorenzo no quiso. El Santos de Brasil lo llevó en una gira
por todo el y cuando lo quisieron contratar, San Lorenzo también dijo que no.
Recién en 1955 lo transfirieron a Newells. Tras su paso por
Rosario se fue a Méjico. Allí jugó en Toluca é Irapuato; después a Guatemala,
en el Municipal. Allí ganaba buena plata, pero la guerrilla y los problemas
políticos lo hicieron regresar. No quería ser baleado.
Estando en calle Corrientes, un mendocino le
pide que venga a Leonardo Murialdo. Era el año 1963 y agarró viaje. Estuvo un
año y Polo Montañez lo trajo a Independiente de Trinidad donde
terminó su carrera futbolística y pasó a ser técnico hasta que se fue cuando le
quisieron armar el equipo.
Ernesto Mauricio Picot se quedó en San Juan, junto a su mujer, Luisa Victorio, que
conoció en Rosario y crió a sus hijos: Daniel Hugo, Ildefonso Ernesto y
Nidia Luisa,
El negro Picot, aquel de los memorables goles al mítico
arquero de River Amadeo Carrizo, el jugador al que quiso el Santos antes que
jugara Pelé, falleció en San Juan en la noche del domingo 6 de abril de 2014 a
los 88 años.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición
1024 del 3 de octubre de 2024