No fue el primer Graffigna en llegar a esa tierra. Corría
1862 cuando llegó a San Juan José Graffigna, un aventurero italiano que luego
de mucho recorrer, encontró aquí una tierra con las características ideales
para el cultivo de la vid.
El hombre sabía trabajar la tierra y compró una propiedad
con viña en Concepción. Tres años más tarde llegó un hermano de José, Juan
Graffigna, quien se enamoró inmediatamente del lugar y comenzó a trabajar en
sociedad. En 1869, Juan Graffigna, continuando la tradición familiar, comenzó
modestamente las actividades de la bodega con la compra de una propiedad en
Desamparados.
Para los historiadores de la vitivinicultura fueron estos
hermanos auténticos pioneros que incorporaron a la producción excelentes
variedades de uvas europeas e incluso en el caso de Juan hizo importantes
aportes con sus conocimientos de la industria italiana del vino.
Pero lejos estaba entonces de ser una empresa. Esto ocurrió años más tarde cuando ante las
excelentes posibilidades que ya demostraba el negocio, Juan pide a su sobrino,
Santiago Graffigna, que se encontraba en Italia, que lo viniera a ayudar. Es
así como don Santiago, seducido por la descripción de estas tierras, decidió
embarcarse para América en busca de su porvenir.
Ahí sí, Santiago Graffigna fue quien, verdaderamente, dio
comienzo a la gran empresa.
Oriundo de un pequeño pueblo llamado Zolezzi,
perteneciente a la comuna de Borzonasca, en Italia, luego de un largo viaje a
bordo del “Cristóbal Colón”, arribó al país en 1876 y, siendo muy joven,
comenzó a trabajar con su tío. Fue precisamente el barco que lo trajo a
América, el que dio el nombre a la primera marca de su futura bodega: Colón.
Santiago era hijo de Luis Graffigna Cánepa y Luisa
Longuinotti. En la Argentina Santiago se casó en 1888 con Catalina Del Bono,
hija de Juan Bautista Del Bono y María Briano y por lo tanto hermana de
Bartolomé Del Bono. El matrimonio tuvo 12 hijos.]
El 27 de junio de 1922 murió doña Catalina Del Bono. Para
aliviar su pena, don Santiago viajó a Chiavari, Italia, a ver a su madre.
Sorpresivamente, enfermó y muere el 4 de diciembre de 1923 en Italia.
Cumpliendo con su deseo, fue enterrado en San Juan.
Aunque la bodega cambió de dueños el apellido sigue
ligado a la industria vitivinícola como sinónimo del vino sanjuanino.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición
1045 del 4 de noviembre de 2024
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