Oratorio Santa Ana: un rinconcito de devoción en el camino de fe



    En la tranquila localidad de El Rincón, en Caucete, San Juan, se encuentra el Oratorio Santa Ana, un espacio que guarda no solo la fe de la familia que lo construyó, sino también la historia y las tradiciones de toda una comunidad. Este oratorio fue edificado en 1942 por la familia Landa, quienes, en su finca Santa Ana, levantaron un espacio sagrado que hoy es Patrimonio Histórico y Cultural de Caucete. Con el paso de los años, el Oratorio Santa Ana se ha convertido en una de las paradas significativas del "Camino de Fe", un circuito turístico-religioso que invita a descubrir los lugares de devoción en la provincia de San Juan.
Oratorios Familiares: Santuarios de Fe en el Hogar
   En tiempos en los que las iglesias se encontraban lejos de las áreas rurales, muchas familias optaron por construir sus propios oratorios. Así, estos pequeños templos de fe surgieron como respuesta a la necesidad de un espacio de oración accesible. El oratorio de la familia Landa no fue la excepción, siendo un pequeño y resistente refugio espiritual que, gracias a sus cimientos de piedra, ha logrado resistir los embates de los terremotos que afectaron la región en 1944, 1977 y 2021. Aunque el campanario no sobrevivió al terremoto de 1977, la estructura principal se mantuvo firme, mostrando la solidez con la que fue construido.
La Iconografía y los Detalles Arquitectónicos del Oratorio 
El Oratorio Santa Ana se caracteriza por una estética simple pero cargada de significado. En su altar principal destaca una imponente figura del Sagrado Corazón de Jesús, de más de un metro y medio de altura. Esta imagen, que sobrevivió al temblor de 1977 girándose 90° sin caer, se ha convertido en un símbolo de resiliencia y protección. También en el altar se encuentran pequeñas figuras de santos y vírgenes, junto a fotografías de los miembros de la familia Landa, un recordatorio de las generaciones que han mantenido viva esta tradición de fe.
La luz que baña el interior del oratorio proviene de una amplia ventana de vitral en la pared posterior, un detalle arquitectónico que invita a la introspección y añade un aire místico al espacio. Las demás paredes están decoradas con documentos y recuerdos preciados, entre ellos, el diploma que conmemora las Bodas de Plata de la "Santa Misión Finca Santa Ana" (1930-1955) y un homenaje a las damas que formaron el Primer Consejo Diocesano de la Asociación de Mujeres de la Acción Católica de San Juan, presidido por María Carolina Echegaray de Landa.  


    Un Espacio de Fe y Servicio ComunitarioPara María Carolina Echegaray de Landa, el oratorio no era solo un lugar de oración, sino un verdadero apostolado. Ella comenzó a enseñar catequesis en 1930 a los hijos de sus empleados, y esta misión personal la llevó a construir la capilla en 1942. Su propósito era acercar la fe católica a los pobladores de la zona, quienes no contaban con iglesias cercanas, y durante muchos años, el oratorio fue el único lugar donde se celebraban bautismos y casamientos en la comunidad.
Un Legado que Perdura en el Tiempo   Aunque el oratorio es una propiedad privada que hoy pertenece a la familia Huerta, se mantiene abierto a los visitantes y forma parte del "Camino de Fe", el nuevo circuito turístico que ha creado la Municipalidad de Caucete para promover la riqueza cultural y religiosa de la región. Para los descendientes de María Carolina, como Ana Cristina, Carlos Ernesto, María Inés y María Eugenia, el oratorio representa un valioso patrimonio familiar y un testimonio de la dedicación de su abuela al servicio de la comunidad. Su legado se mantiene vivo, inspirando tanto a los habitantes de Caucete como a los turistas que visitan este rincón de devoción y paz.

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Capilla Santa Ana
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