El 5 de septiembre de 1972, Villaflor iba a tener su prueba de
fuego al defender su título de campeón frente al argentino Víctor Federico Echegaray. El combate se realizó en Honolulu y el
sanjuanino Echegaray le dio al filipino una verdadera lección de boxeo,
dejándole el rostro tumefacto. Sin embargo, y como la pelea terminó en los 15
rounds estipulados, se fue a la tarjeta de los jurados, parciales desde todo
punto de vista, porque dieron un empate que le permitió a Villaflor retener su
cinturón como titular de los ligeros juniors. Un verdadero robo. Echegaray fue
un digno representante argentino que cumplió una destacada campaña con 101
combates, de los cuales ganó 67 (31 antes del límite) con 17 derrotas y 17
empates.
Fuente: Publicado en Nuevo Mundo, edición
1121 del 31 de marzo de 2025
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