Publicado en El Nuevo Diario, edición 2159 del sábado 30 de agosto de 2025
Daniel Di Lorenzo y Mario Gardella, herederos de una tradición peluquera.
Este martes (26-08-2025) se celebró El día del
peluquero y El Nuevo Diario reunió a dos referentes del rubro: los
Gardella y los Di Lorenzo.
A Daniel Di Lorenzo y Mario Gardella los une el afecto prolongado a través de
generaciones y el mismo amor por el oficio. Pero representan distintos estilos.
Mientras los Di Lorenzo fueron los iniciadores
de la peluquería moderna en San Juan que, además de cortar el cabello y darle
forma a la barba brindan un servicio integral que pasa por la tintura, o la
manicura, acompañado por un café o un whisky, los Gardella gustan hablar del
“estilo Gardella”, utilizando desde la tijera a la navaja o la máquina en sus
cortes y modelado.
Mario y Daniel hablaron del oficio. “Cambian
las modas, cambian los tiempos pero siempre se vuelve a lo tradicional”.
Desde la experiencia que les da haber
trabajado desde niños en una peluquería no dudaron en afirmar que respetan a
quienes toman el oficio como una salida laboral “pero es mucho más que eso, hay
que estudiar al cliente, buscarle su corte, manejar todas las herramientas y
eso lleva años”.
Una profesión en la que se debe ser “un poco
psicólogo, saber escuchar y no hablar de lo que no se debe y en la que se paga
con la salud y el cuerpo el paso de los años”.
Pero por encima de la charla están las
historias de estas dos familias que llevan un siglo cortando el pelo a los
sanjuaninos.
El primer Di Lorenzo en San Juan fue el abuelo Giuseppe,
un inmigrante italiano que arribó en 1924. Su hijo Arquímedes Di Lorenzo heredó
su talento y revolucionó con su novedoso corte a navaja. La tercera generación
se completó con Daniel Di Lorenzo, hijo de Arquímedes, que sigue con la
tradición familiar.
Giuseppe, oriundo de Sicilia, nació en 1894. El hombre llegó a Argentina acompañado por su mujer, Concepción Psaila, y
su pequeña hija Adelina, de dos años. Arribaron en 1924 y en ese entonces
ya estaba radicado en San Juan el suegro de Giuseppe, Carmelo Psaila.
En la
provincia Giuseppe tuvo a sus otros tres hijos: Aída, Arquímedes y
Arturo y comenzó a trabajar como peluquero. Lla primer peluquería que
abrió estaba ubicada en Mitre y Mendoza y que más tarde se trasladó a Mendoza,
antes de llegar a Santa Fe. Él no solo era peluquero, también trabajaba como
relojero, dentista, además tenía cuatro taxis y una bomba de nafta.
Con el terremoto de 1944
Giuseppe perdió todo. Tras la catástrofe, junto a los hermanos Luis y César
Gardella y Juan Bronzetti, instaló una carpa en el Parque de Mayo. Después se
unió a los Gardella y juntos abrieron un local en Libertador y Urquiza, donde
estuvieron entre 1947 y 1955.
En esa época, ya
comenzaba a incursionar como peluquero el tercer hijo de Giuseppe, Arquímedes.
Él hizo sus primeros cortes cuando tenía quince años en el Hogar Club, donde se
atendían los estudiantes universitarios. Luego de estar allí se unió al hijo de
Luis Gardella, Hugo e instalaron una peluquería en Salta y Mitre.
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En 1955 los Gardella y Di
Lorenzo se dividen y cada uno se une a su padre. Ahí fue cuando Don Giuseppe
compró el local ubicado en Salta e Ignacio de la Roza, el que mantienen hasta la
actualidad.
Aunque Giuseppe y
Arquímedes se unieron, cada uno tenía su estilo y su clientela. El padre
ocupaba la esquina del negocio y, al lado, su hijo abrió un salón más moderno y
en los 60 comenzó a revolucionar con una nueva tendencia para la época, el
corte modelado a la navaja. Además, empezó a hacer lavados de cabeza a
caballeros, algo que resultaba atípico en ese tiempo.
En esa época, como no
había tanta oferta, un corte de pelo era algo costoso, a veces más caro que
pagar una consulta de médico.
Mientras crecía en su
profesión Arquímedes formó su familia. Se casó con Marina García, y fueron
padres de Marina, Daniel e Ivanna.
Prácticamente desde 1970,
después de que su padre sufriera un accidente, Arquímedes quedó a cargo del
negocio y en los ochenta se unieron a él su hijo varón y su esposa.
Daniel Di Lorenzo tuvo su
primer cliente a los nueve años. Aunque su padre le prohibió cortar el pelo,
mientras estudiaba en la Boero, les arreglaba el cabello a sus compañeros a
cambio de cigarrillos. Así, fueron sus primeras incursiones. Cuando terminó el
secundario, en 1982, se sumó al negocio familiar.
Arquímedes murió en 2010. En los más de cien años
que tiene la peluquería, ésta vio pasar diferentes personajes de la vida
pública de San Juan, entre ellos varios políticos, también deportistas. Ahí se
cortaba el pelo Jorge Estornell, que brindaba algunos de sus consejos a
Arquímedes, también Severino Di Stéfano, que era amigo de la familia, Santos
Álvarez y alguna vez allí se encontraron Leopoldo Bravo y Jorge Escobar.
Daniel festejó el año pasado los cien años de los
Di Lorenzo peluqueros en San Juan.
Contar la historia de los Gardella es hablar de
peluqueros, es recordar algunas de las anécdotas de la época en que cortarse el
pelo o afeitarse era todo un ritual de caballeros. Desde que llegaron de Italia
y hasta la actualidad, ya son tres las generaciones de Gardella que se han
dedicado al trabajo de peluquería.
Los orígenes de la familia están en la comuna italiana de Rapallo, dentro de la
provincia de Génova. Allí vivía Antonio Gardella, un marino y comerciante que
siendo joven visitó Argentina. Después se casó con Margarita Norero y tuvo a
sus seis hijos: los mellizos César y Giovanni, Asunta, Carolina, Ángela y
Anita.
La mayor de las mujeres, Asunta, se casó con un peluquero, Settimmio Bronzetti.
Fue él quien les enseñó el oficio a los mellizos César y Giovanni, que fueron
los primeros Gardella peluqueros. Además fue Settimmio quien, después de la
Primera Guerra Mundial, convenció a la familia para que se vinieran a
Argentina. Antonio, que ya conocía el país, les dijo: “la gente es muy buena y
nunca desprecien el mate”.
Antonio, su esposa, sus hijos y su yerno se embarcaron en el barco Princesa
Mafalda y llegaron a Buenos Aires un 3 de febrero de 1931, luego de varios días
de viaje. Cuando arribaron, los mellizos César y Giovanni tenían diecisiete
años y se anotaron con la profesión de peluqueros. Además, a Giovanni
comenzaron a llamarlo Luis. La familia casi completa se instaló en San Juan
porque aquí vivía un amigo de Settimmio.
Apenas llegaron a San Juan, los mellizos Gardella
comenzaron a trabajar en lo que sabían. Sus comienzos fueron en la Peluquería
Moyano y poco después tuvieron su propio local sobre General Acha, entre
Rivadavia y Laprida. Era un lugar que todos conocían como “el cabildo” porque
su fachada era muy similar a la del edificio en Buenos Aires. Ellos hacían cortes
solo a los caballeros y su cuñado, Settimmio, tenía una peluquería para
damas.Giovanni,
al que llamaron Luis en la Argentina, fue el primer Gardella que llegó como peluquero
desde Italia.
Poco después de haber empezado, la catástrofe terminó con lo que César y Luis
habían logrado construir. El terremoto de 1944 destruyó el local que tenían y
durante un tiempo tuvieron que trabajar en el Parque de Mayo, como también lo
hizo Giuseppe Di Lorenzo.
Fue un periodo muy duro para los hermanos, que se unieron a Di Lorenzo para
volver a tener su negocio. Tuvieron que pasar por varios locales hasta que
definitivamente se instalaron en la esquina de Libertador y Urquiza. Eran los
años cuarenta y en esa época el servicio que ofrecía la peluquería era
sumamente completo, hacían afeitado y cortes de barba y pelo. Era común que los
hombres fueran a atenderse tres veces a la semana, en general los días martes,
jueves y sábado.
Lo que hacía el peluquero era un trabajo muy artesanal. Con una máquina que
producía vapor esterilizaba las herramientas e impregnaba toallas para ablandar
la barba de los clientes. Después de afeitarlos les colocaba loción Aqua Velva,
luego les pasaba una piedra de alumbre que dejaba la piel muy suave e incluso
les arreglaba las cejas. Y eso no era todo, el caballero se iba peinado con
gomina y brillantina.
En 1954 entró en el rubro la segunda generación de los Gardella con Nicolás,
hijo de Luis y Ernestina Liza. A pesar de que lo inscribieron como Nicolás, su
padre siempre lo llamó Hugo porque le gustaba más ese nombre
Hugo comenzó trabajando en su propio negocio hasta
que en 1957, cuando tenía diecisiete, su padre lo llamó para que trabajaran
juntos. Ese mismo año Luis se separó de su hermano mellizo César, que desde
entonces se puso un local con su hijo.
Padre e hijo trabajaron juntos hasta 1980 y en esa época Luis empezó a cortar
el pelo en su casa, hasta que falleció en 1985. En esa década se sumó la
tercera generación Gardella con Mario, el hijo de Hugo.
Además de peluquero, Hugo fue un destacado jugador
de water polo. Jugó en el equipo de Obras Sanitarias y hasta llegó a integrar
la selección sanjuanina.
Mario ya se está preparando para festejar el 2028
los cien años de los Gardela peluqueros en San Juan.