Mirándote a los ojos adivino
donde nace el perfume de las flores,
como los campos tejen sus colores
y cuando el ala se convierte en trino.
Mirándote a los ojos adivino,
mirándote a los ojos se ve el pino,
que diluyen en la tarde sus olores,
de el amor que no vive sin amores
y del morir del día en el camino.
Mirándote a los ojos adivino
y por ellos descubro en ti la niña,
que despierta y alienta mis antojo
con tu tierna mirada tan sencilla,
enmarcada al rubor de tu sonrojo
y comprendo porque mi alma se arrodilla,
cuando miro el brillo de tus ojos.
Letra y Música: Pepe Lloveras
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