Se apagaron los fogones
las guitarras no palpitan,
y enlutado todo cuyo
hoy te llora Zabalita.
Sabe Dios porqué el destino
te llevó por su sendero,
apagando los latidos
de tu pulso guitarrero.
((Estribillo))
Te cantan las tonaderas
un adiós en sus cogollos,
por las cuerdas va bratando
la tristeza de un sollozo,
se hace oración tu cueca
para cantarte en responso.
Cuenta que en noches de luna
a trasluz se ve tu sombra,
sigilosa transparente
allá por la Calle Angosta.
Cuenta que llegas pulsando
tu guitarra trasnochada,
y te vuelves serenata
al pie de cada ventana.
((Estribillo))
Y me han dicho tus hermanos
guitarreros que te nombran,
que no es cierto que te has ido
que rondando ven tu sombra,
desvelado tras la luna
allá por la Calle Angosta.
Letra y Música: Roberto Palmer y Ernesto Villavicencio
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