Son varios los Gómez que viven en la provincia. Una de estas familias sanjuaninas vino desde Andalucía, con una importante trayectoria en gastronomía. Estos fueron Antonio Gómez, su esposa Remedios García y sus hijos. Se instalaron en la provincia a mediados del siglo pasado y se hicieron populares por cocinar tradicionales platos españoles y en especial por su paella. Además de ser maestros paelleros, todos los hijos de Antonio jugaron al hockey sobre patines en el Club Olimpia y uno de ellos, Miguel, llevó a la selección argentina a ganar varios campeonatos del mundo.
La última llegada importante de españoles al país fue en la década del cincuenta, cuando España estaba bajo la dictadura de Francisco Franco. En esa época llegó la familia Gómez García. El primero que viajó, alrededor de 1953, fue Antonio Gómez Criado. Un año más tarde vino su esposa, Remedios García, junto a los tres hijos que tenían en ese momento: Francisca, Obdulia y Miguel.
Antonio era oriundo de Andalucía. Junto a sus padres, Miguel Gómez y Francisca Criado y sus cinco hermanos: Manuel, Rafael, José, Francisca y Gertrudis, vivió en la ciudad de Nerja. Allí, su familia fue muy conocida por su trabajo en el rubro gastronómico. Miguel y Francisca tenían una tradicional fonda, un lugar para almorzar o cenar las comidas del lugar. También otros parientes de la familia trabajaron con bares y restaurantes. Uno ellos fue el primer dueño de un bar muy típico de la zona, El Molino, que todavía existe.
Después de que llegaron a San Juan, Antonio y Remedios tuvieron a sus otros cuatro hijos: Juan Carlos, Rocío, Máximo y Antonio. En Europa, el padre de la familia había trabajado en la fonda de la familia y en el ferrocarril español y en San Juan tuvo varios empleos. Fue empleado de la Cervecería San Juan, limpió cocinas, fue mozo y también chofer.
Antonio y Remedios fueron prácticamente los únicos de sus familias que vinieron a Argentina. Acá sólo vivían algunos parientes de Antonio, los Ramírez Criado pero si había varios paisanos. Se hicieron muy amigos de otro matrimonio español, Máximo Oviedo y Josefa Romero (la conocida Pepita de Triana). Fueron muy cercanos e incluso vivieron juntos durante un tiempo. Compartían las juergas y recibieron en su casa a importantes artistas españoles, entre ellos a Esteban de Sanlúcar, Paco de Lucía, Juanito Valderrama y Dolores Abril.
Antonio y Máximo Oviedo fueron los socios creadores del restaurante hoy conocido como Antonio Gómez e hijos. Armaron el local en 1962, en el mismo lugar donde sigue ubicado en la actualidad y le pusieron el nombre “Pepita de Triana”. La idea de los españoles era hacer un negocio de copas, algo muy típico de España, donde la gente pudiera “salir de tapas”, pedir una manzanilla, una cerveza, picar unos cornalitos o unas anchoas.
Desde los comienzos, nutrido por la experiencia de su familia, Antonio empezó a hacer paella en una pequeña sartén, a la vista del público y para unas veinte porciones. Hoy, para el almuerzo de domingo, sus hijos preparan el plato español hasta para mil porciones. El negocio fue uno de los primeros, en San Juan, en cocinar el ahora conocido arroz con bichos y también en ofrecer comida para llevar.
Después de que su amigo y socio falleció, Antonio quedó a cargo del restaurante, que pasó a llamarse Antonio Gómez e hijos. El negocio siguió creciendo y al lado del español, también cocinaba a veces su esposa, Remedios, y junto a ellos, sus hijos aprendieron a hacer el plato principal del local.
Por el local pasaron importantes personalidades de la provincia, incluso los Gómez han cocinado el plato en grandes comidas a las que asistieron destacadas figuras del país.
Antonio y Miguel, los hijos de Antonio que hoy se ocupan del restaurante, dicen que cada paellero tiene sus secretos a la hora de cocinar. Ellos primero “morean”, fríen, el pollo; después echan la verdura, el caldo, el azafrán y el arroz. El desafío más grande es lograr que éste último quede en el punto justo. Esta paella es diferente a la que hacen los valencianos, que sellan el arroz. Ellos en lugar de freírlo lo cocinan en el caldo y, una vez que el plato está listo, hay que comerlo inmediatamente para que no se pase.
Más allá de la forma en la que se preparan los ingredientes, el cómo y el orden en el que se colocan en la paellera, los hermanos dicen que hay otro elemento fundamental en la receta. Para ellos lo más importante es el cariño del cocinero, el amor a lo que están haciendo y el esfuerzo por lograr que los comensales disfruten la comida.
Antonio trabaja en el restaurante desde los 17 años y en la década de 1980, Miguel también se sumó al negocio de su padre. Este falleció en 1987 y ellos son quiénes se ocupan del local, donde también trabajan algunos de sus hijos y sobrinos. En 2001 crearon el pulpo con patines que identifica el negocio y que aúna dos pasiones de la familia, primero la cocina y en segundo lugar el hockey sobre patines, ya que los cuatro hijos de Antonio jugaron en el Club Olimpia.
* Francisca se ha dedicado a la gastronomía y tiene tres hijos: José Antonio Fernández, que es chef; Andrés Fernández; que tiene negocio de gastronomía, y Alfredo Fernández, que se dedica a la metalurgia.
* Obdulia tiene dos hijos: Daniel Mut, que es contador, y Mauricio Mut, que es bioquímico.
* Miguel tenía cuatro años cuando sus padres vinieron a San Juan. Se ha dedicado al hockey y a la gastronomía. Fue dueño del restaurante Los Faroles y desde los ochenta trabaja junto a su hermano Antonio en el negocio de la familia. Mientras trabajaba en los negocios, desarrolló su carrera como jugador y técnico de hockey sobre patines. Aprendió y jugó en el Club Olimpia. Luego fue técnico de UVT, de Olimpia y en un equipo de las Islas Canarias. También dirigió la selección argentina, con la que alcanzó tres campeonatos del mundo. Tiene cuatro hijos: Miguel Ángel, que es abogado y gastronómico; Cristina, que es maestra jardinera; Gerardo, que trabaja en el restaurante de la familia, y Marcela, que es médica y vive en Córdoba.
* Antonio: trabaja en el negocio de su padre junto a su hermano Miguel. Ha sido jugador, técnico y presidente del Club Olimpia. Tiene cuatro hijos: María Ximena, Gonzalo, que trabaja en el negocio de la familia y juega al hockey sobre patines en el Sindicato Empleados de Comercio; Gastón, que trabaja en el restaurante, y María Victoria.
* Juan Carlos es comerciante y tiene tres hijos: Daniela, mecánica dental; Emilse, abogada martillera, y Juan.
* Rocío, la menor de las mujeres, tiene seis hijos: Paula Britos, Diego Britos, que juega al hockey en el Club Huarpes; Mariano Olmos, Sol Olmos, Sebastián Olmos y Melisa Olmos.
* Máximo trabaja en gastronomía. Vivió unos años en Alicante y actualmente trabaja en el mismo rubro en San Juan. Tiene tres hijas: Ángela, que es secretaria de la Clínica El Mercedario; Estíbaliz, que es moza y cantante, y Jennifer.
Máximo Oviedo y Josefa Romero, conocida como Pepita de Triana, fueron un matrimonio de artistas muy popular en la provincia, sobre todo por su talento para armar juergas. Él tocaba la guitarra, ella cantaba y bailaba. Ambos eran españoles y republicanos. Por eso, durante la dictadura de Francisco Franco en España, tuvieron que exiliarse. Primero se fueron a Venezuela y luego vinieron a San Juan, se estima que en los años cincuenta.
“Eran alegres y divertidos”, recuerda Antonio Gómez hijo, quien también cuenta que siempre armaban fiestas y que uno de sus estilos musicales preferido era el fandango. Además de tener talento y pasión por la música de su tierra, la pareja era amiga de importantes artistas españoles. Pepita fue muy cercana a Carmen Amaya y Lola Flores, además tenían amistades con cantantes gitanos. Por ese vínculo, algunas figuras de ese país llegaron a la provincia.
Una de las amistades más cercanas a Máximo y Pepita fueron los Gómez, con quienes incluso vivieron varios años. Antes de que Máximo pusiera el negocio con Antonio Gómez, tuvo otro restaurante, también con el nombre de su esposa. Ella sabía cocinar muy bien, dicen que prepararaba la mejor cazuela de mariscos y se ocupaba de cocinar en ese primer local, donde también trabajó Antonio.
Máximo falleció en 1964 y Pepita en 1990. El matrimonio tuvo una sola hija, Pastora Oviedo, que vive en la provincia.
El 11 de mayo del 2015 José Antonio Gómez falleció inesperadamente por un ataque cardiovascular mientras manejaba su camioneta, en el departamento de Santa Lucía. Tenía 62 años y sufría de hipertensión. El trágico episodio conmovió a la sociedad sanjuanina que se manifestó en las redes sociales enviado apoyo total a la famlia y recordando todo tipo de anécdotas con Antonio y el restaurant. El club de hockey sobre patines Olimpia también le rindió un sentido homenaje.