Los Mallamaci son del sur de Italia y el primero de la familia en llegar a San Juan fue Antonio, que se radicó a fines de la década del veinte. Él inició una tradición en construcción que hoy siguen algunos de sus nietos e incluso bisnietos. Sus hijos Tranquillo y Serino trabajaron en la edificación de importantes barrios sanjuaninos y uno de sus nietos, Jorge, creó un estudio de ingeniería y arquitectura que ha tenido a su cargo importantes proyectos para la provincia.
Los primos Antonio Mallamaci y Felipe Veruducci tenían alrededor de quince años cuando decidieron salir de Italia. Vivían en la región de Calabria, al sur del país y se embarcaron a Estados Unidos buscando un porvenir. Trabajaron allí unos seis años y regresaron a Europa. Cuando se les terminó el dinero que habían ganado en Norteamérica decidieron partir una vez más, esta vez a Canadá. Vivieron ahí otros seis años y volvieron a Italia, justo cuando estaba por empezar la Primera Guerra Mundial.
En Calabria los dos primos se casaron y tuvieron sus hijos. Antonio, el protagonista de esta historia, se casó con Francisca Infortuna, con quien tuvo a Gioavani, Aurora, Tranquillo y Serino. Cuando el más pequeño de los cuatro hijos tenía apenas un año, el padre de la familia volvió a salir de Italia en busca en un mejor futuro. Al igual que en sus anteriores viajes, zarpó solo junto a su primo Verducci. Esta vez el destino de ambos era Sudamérica y esperaban juntar dinero para luego poder traer al resto de sus familias.
En 1927, los dos calabreses llegaron al Hotel de Inmigrantes de Argentina. Estando allí decidieron venirse a San Juan porque aparentemente la provincia tenía un clima parecido al lugar donde ellos vivían. Cuando llegaron, los dos empezaron a trabajar en la construcción del trazado de la vía del ferrocarril Belgrano a Jáchal. Además, como muchos otros tanos que llegaron en esa época, se instalaron en la Villa Lanteri.
Acá funcionaban como un pequeño clan y de a poco fueron creciendo. No hablaban italiano, porque no habían tenido la edad para aprenderlo y solo conocían el calabrés. Les costó adaptarse a una escuela donde hablaban otra lengua y donde sus compañeros se burlaban de ellos. Dentro de ese mundo limitado que les tocó vivir, no tuvieron muchos amigos y por eso, se aferraron al clan de su familia.
Además de trabajar en la construcción de las vías del tren, Antonio trabajó en una bodega de Angaco y junto a su primo formaron una pequeña empresa con la que se dedicaron a la construcción de casas. A medida que fueron creciendo, cuando los varones llegaban a la adolescencia se incorporaron rápidamente al trabajo.
Giovanni, a quien en Argentina llamaron Juan, se dedicó un tiempo a la construcción y luego se abocó al comercio, mientras que los otros dos hermanos, Tranquillo y Serino trabajaron en el otro rubro hasta que se jubilaron. Estos empezaron siendo contratistas de obra y en 1963 ingresaron a la empresa de Sergio Boggian, cuando ésta estaba construyendo el casino de la Avenida Libertador antes de Las Heras y más tarde se incorporaron a Scop SA. Llegaron a tener a su cargo varios obreros y dirigieron obras como los barrios Foeva, Municipal, San Juan, Los Álamos y la fábrica de cerámica, entre otras.
Los hermanos Mallamaci Ferraris tenían mucho trabajo y a veces Serino solía andar rápido en la camioneta que le habían asignado para poder visitar las distintas obras. En una oportunidad, por esquivar a una carreta y por la velocidad, terminó dándose vuelta en la zona del Hipódromo. Después de chequear que estaba bien, con una patada rompió el parabrisas y a la gente que se había amontonado en el lugar le pidió que lo ayudaran a dar vuelta el vehículo. Recuerda uno de sus hijos que, como buen tano, la hizo arrancar y así, con el transporte todo abollado, siguió su recorrido de trabajo.
Él es ingeniero civil y montó un estudio de ingeniería y arquitectura en el que también trabaja una de sus hijas, Natalia, que es arquitecta y otro de sus hijos, Gabriel. Él como ingeniero trabajó en las obras del Dique de Ullum, de la central hidroeléctrica, de Caracoles, Cuesta del Viento, Punta Negra e hizo el diseño de estructura del Museo Provincial de Bellas Artes, edificio en el que antes había trabajado su padre durante la construcción de lo que fue el casino. Además, su estudio hizo el proyecto del Conector Sur, también fue es el responsable de la dirección de obra de la Biblioteca del Congreso de la Nación, han hecho puentes sobre el río Chubut y otros trabajos en La Rioja, Catamarca, San Luis y Mendoza. Uno de sus últimos trabajos ha sido ha sido el proyecto y dirección de la estructura del Espacio San Juan Shopping Center.
Además de abocarse a la construcción, en la familia hay un destacado astrónomo, Carlos Mallamaci, que fue director del Observatorio Astronómico Félix Aguilar (OAFA) y vicedecano de la Facultad de Ciencias Exactas de la Universidad Nacional de San Juan. Carlos y Jorge diseñaron el “Reloj del sol” que se puede ver en el paraje de la Difunta Correa. Aparte, muchos de los integrantes de la familia se desenvuelven también como docentes, sobre todo en el ámbito de la Universidad Nacional de San Juan.
Los cuatro hermanos Mallamaci Ferraris fallecieron y hoy son varios de sus hijos y las familias de éstos los que siguen viviendo en la provincia.
• El mayor, Giovanni, se casó con Francisca Fili y tuvieron dos hijos: Darío Mallamaci, que se radicó en Buenos Aires y falleció e Irene Mallamaci, que es profesora de Geografía y está casada con Paolo Landini. Irene tuvo dos hijas: Paola Landini, que es médica y Marianela Landini, que vive en Córdoba y es licenciada en Informática.
• Aurora, la única mujer, se casó con Vittorio Zuzino y tuvieron dos hijos: Ricardo Zuzino y Dora Zuzino, que son empleados.
• Tranquillo se casó con Rosa Filo y tuvieron dos hijos: Carlos Mallamaci, que es Licenciado en Astronomía y está casado con María Luisa Landini. Carlos y María Luisa son padres de Marco, que es filósofo y músico. La otra hija es Olga Mallamaci, que es arquitecta y tuvo dos hijos: Ariel Arce y Ana Laura Arce.
• Serino se casó con Josefina Ferraris y tuvieron a: Jorge, ingeniero civil casado con Miriam Paños. Ambos tienen tres hijos: Natalia, que es arquitecta; Gabriel y Franco, que es ingeniero electrónico. La segunda hija de Serino y Josefina es Mónica, que trabaja en el Banco Hipotecario, está casada con Raúl Zunino y es madre de: Sabrina Zunino, que es médica, Leandro Zunino, Lara Zunino y Cristian Zunino. La menor del matrimonio Mallamaci Ferraris es Mariela, que es psicopedagoga y está casada con Emilio Saez. El matrimonio tiene tres hijos: Bruno Saez, Alejo Saez y Lautaro Saez.