Personajes de San Juan
¡San Juan te reclama Carmen Peñaloza!
El 19 de septiembre de 1982 falleció Carmen Peñaloza de Varese. Maestra normal nacional, profesora de Enseñanza Media y Especial en Historia, egresada de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires.
El 19 de setiembre de 1982 falleció doña Carmen Peñaloza de Varese. San Juan se sacudió por la sensación de orfandad, que el tiempo transformó en vacío material definitivo.
La voz de las aulas te dicen adios./ Pasarán las horas, las noches, los días/ lo que tu forjaste ayer no murió/ ¡San Juan te reclama Carmen Peñaloza!/ la voz de la historia se enciende de de amor./ Las letras reclaman tu tierna presencia/ y escriben tu gesta: ¡Civilización!!
Hoy a tantos años de su muerte y comprendiendo que la misma es la compañera inseparable de la vida, sentimos que sus enseñanzas siempre estarán presentes y probamos una cercanía que casi a un cuarto de siglo no se ha podido borrar: Doña Carmen en esta distancia no ha necesitado de nosotros los vivos, pero los vivos si la hemos necesitado. Tal vez hoy más que nunca, por la debacle en todos los ámbitos, en las que nos han sumergido a los argentinos.
Es que su vida de docente fue un arquetipo, un modelo como diría Antonio Caponetto, que en virtud de un esfuerzo remontado y sostenido, alcanzó la categoría de modeladora de conductas.
Aparte de su capacidad, tenía autoridad o sea un grado de perfección en cualquiera de las disciplinas docentes. No es la autoridad algo que se da graciosamente, sino algo que se conquista con la tarea diaria, con el desarrollo de todas las potencialidades. Es decir que es algo que viene de la propia interioridad. Debe ser renovada cada día, a cada instante; porque pierde su título cuando deja de cumplir su misión. Doña Carmen la renovaba día a día, hora a hora, como docente, funcionaria, etc., eso lo podemos atestiguar quienes tuvimos el privilegio de ser sus alumnas y amigas.
Su actuación
Naciste en la tierra lejana, bravía:/ Hermana del Zonda, la lluvia y el sol/ Jáchal fue tu cuna/ Jáchal fue tu guía/ Jáchal la quimera/ Jáchal la ilusión.
Maestra normal nacional, profesora de enseñanza Media y Especial en Historia, egresada de la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Cursó estudios de doctorado en Filosofía y Letras de la misma universidad.
Entre los cargos más destacados podemos citar: Inspectora General de Escuelas en 1928. Directora General de Escuelas en 1932-34. Directora fundadora de la Escuela Normal de Hogar Agrícola. Vicedirectora de la Escuela Normal Sarmiento en 1945. Directora de la Escuela Normal Sarmiento en 1947. Adscripta a la Dirección de Enseñanza Secundaria Normal, Especial y Superior en 1959. Rectora fundadora y profesora del Instituto Nacional del Profesorado Domingo
Faustino Sarmiento desde 1960 —hasta su jubilación—. En colaboración con el padre Alfonso Hernández y otras destacadas personalidades del medio fundaron
el Archivo Histórico de la provincia. Miembro fundadora y tesorera de la Academia de Historia de la provincia de San Juan, etc. Son numerosos los trabajos
de investigación histórica que realizó.
Su personalidad
Exigente en su propia formación, trabajó con total entrega como si fuera un ofertorio. Doña Carmen nunca envejeció, porque tuvo un proyecto vital, aún jubilada leía sus libros con emoción de vida, como una faena poética. Todas las tardes la observábamos en su hermosa biblioteca, siempre cerca de una maceta pletórica de flores de la estación y pensábamos en un fragmento de uno de los clásicos latinos que tantas veces comentábamos con ella:
“...Los cuerpos se deterioran con el cansancio y el trabajo, pero los ánimos al revés; cultivándolos adquieren nuevo vigor. Es respetable la vejez si conserva su autoridad y si mantiene el predominio en lo suyo, hasta el último aliento de su vida... puede ser un anciano en el cuerpo, pero en el ánimo no lo será jamás...”.
Encontró en la docencia el fin de su existencia, orientándola hacia el plano de los valores superiores; de esa manera estuvo siempre cerca del recóndito
anhelo del ser humano, que es cumplir con el proyecto vital que ha elegido para orientar su vida. Uno de los que mejor definió su personalidad fue el profesor Héctor Domingo Arias, en el discurso de despedida pronunciado con motivo de su jubilación, el 32 de julio de 1967:
“...su rostro severo, su actitud siempre vigilante, en esto y aquello, sus contestaciones rápidas y muchas veces irónicas le daban fama de temible. Su figura adquiría la categoría de símbolo. A poco andar uno descubría la verdadera personalidad sentimental sin remedio. Pocas egresadas han caido en la cuenta de que
en doña Carmen tenían el mejor abogado defensor. También la hemos visto estallar en sollozos, tras el último consejo en algunas colaciones de grado. Poderosamente intuitiva, descubría rápidamente donde estaba el escollo a su objetivo y la forma de vencerlo. Siempre optimista, la adversidad no la vencía, al contrario, la hacía aún más tenaz...”.
¿Cuántos de los que esto leen no sentirán rodar una lágrima por sus mejillas? Otros la recordarán en sus enseñanzas, en sus dichos, en su picardía criolla.
Oradora de viejo cuño de inspiración clásica, elevaba los contenidos a un nivel superior. De voz firme, chispeante humor, nos dejó el espíritu vivo de su palabra o la magia de sus escritos. En un nuevo aniversario de su fallecimiento, la recordamos con cariño y le decimos con el poeta: “Se ha ido tu cuerpo, se ha ido tu vida/ queda entre nosotros lo que no murió/ ¡Doña Carmen! dicen muchas voces tibias/ que escriben tu nombre con sabia ilusión”.
(Los versos pertenecen al poeta jachallero Walter Posse, “Canto a doña Carmen” publicado en Diario de Cuyo, 25 de octubre de 1982).
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