La historia del “Chucky”, un joven al margen de la ley

El fin de semana pasado dejó a otro chico al borde de la muerte por un balazo y es el terror del barrio Los Tamarindos. Según fuentes policiales, “entrena” para saber cómo robar o ser motochorro. Viejo conocido en la Policía, temen que se transforme en un nuevo “Alvarito”.

Falta de contención familiar, malas juntas, hacinamiento, promiscuidad, desconocimiento de su estado de salud mental y emocional, son algunos de los elementos que contribuyeron a que el “Chucky”, un menor de 16 años con personalidad violenta y hasta posibles rasgos psicopáticos, se haya transformado en el centro de la escena que dispara el análisis de otros adolescentes de la misma edad  y que están en permanente conflicto con la ley.

 

El “Chucky” alcanzó la cresta de la ola el fin de semana último cuando dejó al borde de la muerte a un vecino, un año menor que él. La frase lanzada por el padre de la víctima: “Si la Justicia no da una respuesta, yo me voy a encargar del problema”, encendió la alarma sobre un posible caso de justicia por mano propia.

 

Lejos de ser un caso en el cual el Estado estuvo ausente y se enteró del problema social a partir de este hecho de sangre, fuentes policiales expresaron que el protagonista de esta historia estuvo asistido desde hace tiempo por los equipos de Desarrollo Humano a través de Niñez y Adolescencia y por los equipos técnicos del CIC del Barrio Los Andes, esto último dispuesto por el intendente de Chimbas, Mario Tello.

 

Para las mismas fuentes, el caso de “Chucky” no es aislado. En determinados entramados sociales, menores en conflicto con la ley penal con fácil acceso a las armas y a las drogas, es común. Círculos en los cuales la violencia es la moneda corriente y  la Ley del Talión, ojo por ojo y diente por diente, es la norma de convivencia que impera, y que termina con resultados como los del fin de semana último que tuvo como escenario al barrio Los Tamarindos, en Chimbas.

 

¿Hay un encuadramiento de este tipo de jóvenes dentro una patología psiquiátrica? Algunos especialistas consultados se atreven a decir que son personas con rasgos psicopáticos, que no tienen el juicio quebrado o roto, que saben perfectamente lo que hacen y carecen de empatía, es decir que no se ponen en el lugar del otro al que están victimizando. También aclaran que no todas las personas que tienen rasgos psicopáticos son proclives al delito, pero si hay un número importante.

 

La regla general indica que estos menores considerados “conflictivos” –que en general no estudian ni trabajan- son utilizados por mayores para delinquir, sabiendo que la ley en cierta forma los ampara, los considera elementos indicados para llevar adelante sus planes.

 

Un círculo vicioso

Según fuentes policiales, el círculo de amistades de “Chucky” pasa por el barrio San Francisco y la “Cueva del chancho”, ambos considerados peligrosos, y además sostienen que integra una gavilla peligrosa.

A decir de los investigadores, el joven aparece en fotos y videos caseros en los que, con algunos de sus amigos, “entrenan” para saber cómo ingresar a un lugar con personas adentro y perpetrar un asalto o cómo debe moverse un motochorro.

 

Para las fuentes, “Chucky” reúne varias de las características generales de los menores en conflicto con la ley penal: hay una familia que no contiene con adultos no responsables, el joven no terminó la escuela, es usado por mayores para cometer delitos y transita por la etapa de “reducidor”, es decir vende objetos robados. El producido va a un fondo común del grupo que integra y esto sirve para “financiar” la compra de droga, generalmente marihuana, o en su defecto pastillas que los hagan “volar”.

Según testigos presenciales del hecho ocurrido el domingo pasado, “Chucky” no podía mantenerse en pie del “empastillamiento” que tenía.

 

El menor en cuestión es un viejo conocido en la Seccional 26 y los vecinos del barrio Los Tamarindos han marcado surco hasta la comisaría para exponer situaciones de todo tipo sobre las reiteradas inconductas del joven, hasta ahora sin solución.

 

Investigaciones

Un grupo de investigadores de la Facultad de Psicología de la UBA, publicó un estudio sobre los jóvenes en conflicto con la ley penal y el resumen de dicho trabajo podría encuadrarse de la siguiente forma: “en la actualidad los delitos contra las personas en los cuales se hallan involucrados menores han generado gran demanda social, en el sentido de reclamar acciones eficientes y eficaces tendientes a solucionar situaciones emergentes relacionadas a la transgresión de los adolescentes a la ley penal”.

El resumen del informe sostiene que “así las cosas, para lograr un abordaje adecuado a las problemáticas de los adolescentes en conflicto con la ley penal, se considera necesario ponderar –además del contexto social, económico, político y psicológico- las representaciones que éstos tiene sobre sí mismos y las variables que pueden propiciar y o evitar que desplieguen conductas adaptadas y o desadaptadas”.

Trastornos bioquímicos, las condiciones congénitas -síndrome fetal alcohólico-, el efecto de golpes-traumas y alteraciones del lóbulo frontal, efectos de medicamentos-drogas, efectos nutricionales, trastornos hormonales, alteraciones en conducta por hiperactividad orgánica, daño cerebral, intoxicaciones y contaminación ambiental y condiciones y trastornos mentales, son los ejes de estudios que describe Angie Vázquez Rosado de la Universidad Interamericana de Puerto Rico en su trabajo “Psicología forense: sobre las causas de la conducta criminal”.

 

PATRICIA SIRERA - ASEDORA LETRADA DE MENORES

“Las adicciones traen otros problemas de base”

 

-¿Cómo se actúa ante un caso en el que un menor aparece como una persona conflictiva y peligrosa?

-Tenemos que hacer un análisis de cualquier joven y no solamente menor de edad, hablo de jóvenes que tengan problemas de adicción y de lo cual hay que hacer un diagnóstico.

 

-¿Cómo?

-La verdadera mirada que hay que tener sobre el niño o joven que consume, es hacer, como primera medida, un diagnóstico serio, poder descartar si hay un padecimiento mental o un problema físico o neurológico importante.

 

-¿Por qué debe hacerse este diagnóstico?

-Porque generalmente la adicción no se da de manera aislada, se puede dar por un sufrimiento mental de base sumado a un problema neurológico, a adicciones, a una familia que no contiene o a adultos que no son responsables; a veces se puede dar sin estos requisitos pero sí por una situación familiar o de amistades complicadas. Por eso digo que hay que analizar estos casos individualmente y ver qué se puede hacer desde lo médico y en conjunto.

 

-¿Estos chicos pueden ser rescatados de esta situación extrema?

-Siempre que hemos hablado de este tema digo lo mismo: la condición de poder superarse la tienen todos los jóvenes; tenemos que confiar en que sí pueden. De hecho muchos chicos logran salir de este infierno, no sólo de las drogas sino de situaciones penales complicadas y pueden construir una familia. Considero que sí son recuperables.

 

-En el caso puntual del menor apodado “Chucky”, el padre de la víctima dice que si la Justicia no da respuesta, él se encargará del problema, ¿cómo se actúa ante esto?

-No estoy interiorizada del caso concreto, pero en este sistema hay una pata importante que está faltando y es la asistencia a la víctima. Cuando cualquier persona es vulnerado en sus derechos y objeto de un hecho delictivo, es necesario un apoyo a la víctima y ver de qué manera se trata de reparar el daño y no de generar otros.

 

-¿Cuándo se dice “víctima” se habla también de la familia de la persona agredida?

-Por supuesto, los familiares sufren y por eso hay que darles un sostenimiento para evitar generar justicia por mano propia, lo cual es terrible y no es lo más razonable.

 

RAUL ONTIVEROS - PROGRAMA LIHUE

“El problema de los menores somos los mayores”

 

-¿Cómo se encara el problema de los menores asociados a consumo de drogas y delitos?

-El problema de los menores, somos los mayores. Es un problema de la sociedad en general. Y en cuanto a la droga, el daño y el desorden conductual que provoca una sustancia en un adulto es mucho mayor en un menor. El tema es que todos estos chicos que con 13, 14 o 15 años se alcoholizan, hay que preguntarse de dónde sacan el dinero y la respuesta es que normalmente el dinero viene provisto por los propios padres.

 

-¿Y cuándo un menor comete un robo?

-Cuando pasa eso cabe preguntarse si el producto del robo, sea un televisor o un celular, se lo compra otro menor o un adulto.

 

-¿O sea que salen a luz falencias o complicidades?

-Toda esta realidad está desnudando falencias de nuestro sistema como sociedad. La esencia del problema de la droga en San Juan, además de la desorganización familiar, es cómo ingresa la droga a la provincia. La mayoría llega desde Mendoza. Si tomamos un kilo de marihuana o de cocaína y la fragmentamos podemos hacer dos cosas o vamos y buscamos el kilo o buscamos uno por uno todos los gramitos. Hay que trabajar en prevención, rehabilitación y en que los menores no tengan el actual acceso a la droga que existe.

 

JORGE TORO - JUEZ DE MENORES

“Hay familias que inducen a los menores a delinquir”

 

-¿Siempre el Estado va detrás, es decir un juez actúa sobre hechos consumados?

-Desde la Justicia de Menores nosotros tenemos dos competencias: Civil y Penal. Nos preocupa mucho la situación de la mayoría de las familias que toman contacto con la parte civil. Tenemos familias muy desorganizadas, con escasa capacidad de contención y muchas veces lo relacionamos con chicos que entran en contacto con el sistema penal.

 

-Cuesta hablar de chicos que a corta edad delinquen.

-En muchos casos estos chicos cometen delitos inducidos por mayores, que los usan a sabiendas que son menores y que en cierta forma los protege la ley. En la mayoría de los casos, los chicos que tienen problemas de consumo, que vienen cometiendo delitos de manera reiterada, vienen de una familia que no está funcionando bien. Creo que al chico hay que garantizarle una familia que lo contenga, ya sea biológica o adoptiva. Acá el gran problema son las familias que no tienen capacidad de contención y hasta que inducen a los chicos a cometer delitos.

GALERIA MULTIMEDIA
Patricia Sirera, asesora letrada de Menores e Incapaces.
Raúl Ontiveros, a cargo del programa Lihue
Jorge Toro, Juez de menores.
Chuky