Ángel Morchio llegó a San Juan desde Buenos Aires a principios del siglo XX. Era descendiente de inmigrantes italianos y junto a su cuñado, Silvio Meglioli, fue dueño de la popular Casa Chait. El negocio fue uno de los primeros bazares de la provincia y ofrecía una amplia gama de productos, que incluía electrodomésticos, ferretería, juegos de comedor, sábanas, toallones, juguetes y artículos de librería, entre otros. Ángel murió siendo muy joven, Silvio continuó con el comercio y luego se sumaron los hijos de ambos. La casa original estaba ubicada en calle Rivadavia, entre Tucumán y General Acha y en 1949 la mudaron a Tucumán. La firma convocaba a cientos de sanjuaninos, hasta que Falabella puso sus ojos en ese espacio para anclar en San Juan.
Desde Génova
Los orígenes de los Morchio están en Santa Margherita, una localidad ubicada en la ciudad italiana de Génova. Desde allí habrían llegado a Argentina el padre de Ángel Morchio, Ángel Filippo Morchio, junto a otros parientes. Los italianos se quedaron en diferentes puntos: Montevideo, Misiones, Chile y Filippo se radicó en Buenos Aires. Allí, junto a su esposa Mariana Porrini, tuvo a sus hijos Ángel, José, Roberto, María Luisa, Isabel y Magdalena.
Cinco de los seis hermanos Morchio Porrini dejaron la capital del país para instalarse en San Juan, junto a sus padres y dos tías Porrini. En la provincia José instaló un taller de auto en la esquina de las calles Mendoza y Laprida, un negocio que conservó hasta el terremoto de 1944. Él tuvo una hija, Gloria Morchio de Yornet, que fue supervisora de escuela y luego se radicó en Buenos Aires. Uno de los hijos de Gloria, Roberto Julio Yornet, fue desaparecido durante la última dictadura militar. Por otra parte, María Luisa Morchio Porrini se casó con Edgardo Gómez, escribano, con quien tuvo dos hijos, Edgardo, abogado, y Agustín, escribano.
La Casa Chait
Ángel Morchio se casó con María Meglioli. Su suegro, Enrique Meglioli, le compró a María y a otro de sus hijos, Silvio Meglioli, un negocio para que ellos fueran los nuevos dueños y se ocuparan de administrarlo. Se trataba de la Casa Chait, un local creado por el chileno Simón Chait. Esto fue aproximadamente en 1924 y en esa época la tienda ya era conocida por su notable y surtido bazar. Unos cinco años después de adquirir la marca habrían comprado el edificio del comercio, que estaba en calle Rivadavia, entre General Acha y Tucumán.
Desde allí el negocio fue creciendo, al igual que sus familias. Ángel y María tuvieron cinco hijos: César, Lucy, Ángel Felipe, Héctor Roberto e Irma Aída Morchio Meglioli. Desafortunadamente el padre de la familia falleció siendo muy joven y Casa Chait continuó siendo administrada por Silvio Meglioli, que se mantuvo cerca de su hermana María para brindarle su apoyo, ya que sus hijos eran pequeños.
Después del terremoto de 1944, como lo hicieron varios sanjuaninos, María se fue a Mendoza con sus cinco hijos. Allí falleció la más grande de las mujeres, Lucy. Poco después, César y Ángel Felipe, que ya habían crecido, decidieron regresar a San Juan para ayudar a su tío Silvio con el negocio familiar.
El bazar seguía progresando. El primero de abril de 1949 las familias Meglioli Morchio mudaron el negocio a calle Tucumán, entre Laprida y Rivadavia y en el local original instalaron el comercio Compresolo, que era autoservicio. En su nuevo edificio, Casa Chait seguía cautivando a los sanjuaninos con su amplia oferta de productos, desde vajillas hasta electrodomésticos. Para la época de navidad y reyes cambiaban toda la mercadería por juguetes, al igual que para el día del niño y en las semanas previas al comienzo de clases, el bazar daba lugar a los artículos de librería. En esas fechas especiales los Morchio y los Meglioli trabajaban hasta la medianoche y para aliviar el paso de las horas contaban con una cantina en el primer piso del local.
Con el paso de los años las nuevas generaciones llegaron al local, entre ellas los nietos de Ángel Morchio. Después de que terminaba la época de escuela, partían al local para ayudar a sus padres.
El negocio no solo crecía en San Juan. Los Morchio y Meglioli tenían las representaciones de varias empresas y por eso decidieron instalar Organización San Juan en Mendoza, para proveer de varios artículos a los locales de esa provincia.
Casa Chait tuvo varios años de vida. Mantuvo sus puertas abiertas en calle Tucumán hasta 1998. Ese año el local fue vendido a Falabella, firma que trabajó bastante tiempo para convencer a las familias de venderles el espacio.
La descendencia de Ángel y María
› César Morchio, ya fallecido, trabajó en Casa Chait y se radicó en Mendoza para ocuparse de la firma Organización San Juan. Luego pasó a administrar la agencia de autos que instaló su suegro, Juan Manuel Pesado Castro. Tuvo cuatro hijos:
› Lucy Morchio, psicóloga; César Morchio, contador; Cecilia Morchio y Daniela Morchio, todos viven en Mendoza.
› Lucy Morchio, falleció siendo joven.
› Ángel Felipe Morchio, ya fallecido, trabajó en Casa Chait y fue cofundador de CODESA y uno de los fundadores de Amancay. Tuvo cuatro hijos: Ángel Morchio, contador y vive en Mendoza; Marcela Morchio, profesora de inglés; Fernanda Morchio, abogada, y Eduardo Morchio, que trabaja en la industria vitivinícola.
› Héctor Roberto, ya fallecido, fue ingeniero civil. Se radicó en Corrientes y tuvo una sola hija, María Soledad Morchio, que vive en Buenos Aires.
› Irma Aida Morchio fue maestra y trabajó en el local de Compresolo. Ella tuvo tres hijos: Patricia Castro Forgia, que vive en Mendoza; Roberto Castro Forgia, contador y vive en España, y Viviana Castro Foriga, ingeniera agrónoma, vive en San Juan.