En la provincia los Camenforte se destacaron como comerciantes, aunque el primero que llegó a San Juan, Antonio, vino para trabajar en minería. Las circunstancias cambiaron sus planes y descubrió su habilidad para el comercio, algo que cultivó con esfuerzo y que sus hijos: Ernesto, Alfredo, Alberto y Orlando, continuaron.
De las minas de Serón a San Juan
Antonio Camenforte vivía en Serón, un pueblo de Andalucía. Al igual que la mayoría de los hombres de ese lugar, trabajaba en la minería. En 1910 vivía junto a su mujer, María Herrero, y su hijo recién nacido, José. Cuando el pequeño cumplió dos años, él decidió apostar por un mejor porvenir para su familia. Le comentaron que en Argentina, en San Juan, podía dedicarse a la minería y alcanzar una mejor posición económica.
Con ese anhelo, Antonio vino en 1912. Sin embargo, al arribar, se enteró de que la provincia no tenía los emprendimientos mineros de los que le habían hablado. Decidió conseguir otro trabajo con la idea de ahorrar algo de dinero y volver a España pero, las circunstancias le delinearían un destino muy diferente.
El accidente que cambió los planes
Antonio fue empleado por una empresa inglesa, encargada del tendido del ferrocarril. Un día, mientras trabajaba, sufrió un accidente con un carro vía. El aparato le cortó la punta de los dedos de uno de sus pies, la herida se infectó y se empezó a engrangenar. Tuvieron que cortarle la pierna afectada, a la altura del tobillo y comenzó a usar una pata de palo. Ese incidente cambió por completo sus planes de regresar a las minas en España. Pero no se detuvo. La empresa del ferrocarril le dio una pequeña indemnización y un trabajo de guardabarrera en la actual calle Hipólito Yrigoyen. Con eso logró traer al país a María y José. Junto a la mujer vinieron sus padres y sus tres hermanos. En Europa quedó el único hermano de Antonio, Luis.
Comerciante por casualidad
Mientras fue guardabarrera, Antonio vivió en una pequeña casilla justo al lado de donde trabajaba. Una noche, sintió un gran estruendo. Salió de su vivienda y vio que una carreta, cargada de melones y sandías, se había roto al intentar cruzar la vía. El andaluz ayudó al conductor del vehículo a descargar las frutas y le prometió cuidarlas hasta que éste regresara con otra carreta. Además, recibió el encargo de venderlas si alguien quería comprarlas.
Cuando el hombre regresó, él tenía todo vendido. Le pidió al comerciante si le podía traer una nueva carga de melones y sandías y así fueron sus inicios en el comercio. Dejó el ferrocarril, continuó con esa actividad y le alquiló a la familia Rosselot, una pequeña propiedad en la que vendía y vivía con su familia. Allí nacieron sus hijos: Silverio, María Elena y Valentín.
Tiempo después, se mudaron a Costa Canal y Calle 8, donde tuvieron un almacén de ramos generales. Allá nacieron Juan Ernesto, Alfredo, Cecilia y Nélida. María trabajaba a la par de su marido y, a medida que crecían, también se sumaban los hijos. Las jornadas de trabajo eran largas y muchas veces, cuando llegaba la noche, Antonio y María carneaban un cerdo para elaborar embutidos y venderlos en su negocio.
La familia en Trinidad
En 1927 se instalaron en Trinidad, donde nacieron Zulema, Alberto y Orlando y así llegaron a ser once hermanos. En la actual esquina de General Acha y Saturnino Sarasa, tenían su casa y su local, que cada vez crecía más. Con el tiempo, Antonio quedó al frente del negocio junto a sus hijos Ernesto y Alfredo. Ellos fundaron la sociedad Antonio Camenforte e hijos. En 1946 el padre de la familia falleció y se sumaron a la firma los menores, Alberto y Orlando y pasaron a ser “Hijos de Antonio Camenforte” y más tarde “Juan Camenforte y Hermanos”.
Lo que comenzó como un negocio minorista se convirtió en una empresa pujante. Gracias a las incursiones de Alfredo, que salía en su furgoneta a vender fiambres, se convirtieron en mayoristas y proveedores en toda la provincia. Con esfuerzo ampliaron el negocio en Trinidad y en 1955 adquirieron un local en Avenida Rawson y 25 de Mayo. La próspera sociedad se dividió después del fallecimiento de Ernesto, en 1970. Alberto y Orlando se quedan con el negocio de General Acha y Alfredo con el de Avenida Rawson, que llevaba el nombre AC Supermercado. A fines de los 80, después del fallecimiento de Alberto, Orlando vendió su parte, aunque conservó el terreno, que es donde hoy está instalada una de las sucursales del Vea y Alfredo hizo lo mismo unos años después.
De los once hermanos Camenforte solo vive el menor, Orlando. Además, en San Juan hay otros Camenforte que son descendientes Luis Camenforte, hijo del hermano de Antonio, que vino a la provincia varios años después que sus primos.
Una familia unida
Si hay algo que caracteriza a los Camenforte, además de su actividad en el comercio, es el contacto permanente entre ellos. Los festejos de fin de año, los cumpleaños de los abuelos, en especial los de María, que vivió hasta 1982, se convertían en grandes fiestas. Hoy, las encargadas de mantener ese espíritu son las primas. De pequeñas compartían mucho tiempo entre ellas y con su abuela, a quien recuerdan como una compinche. Ahora ellas celebran los cumpleaños de 40, 50 y 60 con fiestas temáticas, incluyendo la coronación de la agasajada. Incluso, algunas tuvieron la oportunidad de compartir un viaje a la tierra de sus abuelos.
» José tuvo un negocio de ramos generales en Barreal y fue padre de Matilde “Chiqui”.
» Silverio fue vendedor de comercio de un mayorista, se radicó en Mendoza y allá abrió su autoservicio. Es padre de Juan y Carlos, que trabajan en la empresa familiar y Cecilia, dedicada a la venta de seguros en Córdoba.
» María Elena tuvo una sola hija Elena Padilla.
» Valentín fue peluquero y tuvo a: Emilio, ingeniero; Nelly, maestra jardinera y Marta, maestra y tuvo un negocio de comida alemana.
» Juan Ernesto fue padre de Alicia “Beba”, Teresa, que trabajó con él en el negocio y Graciela, radicada en Mendoza.
» Alfredo tuvo tres hijos: Alfredo Héctor “Popi”, enólogo; Cristina, profesora de Artes Plásticas, y Susana, maestra y vive en Santa Fe.
» Cecilia fue madre de Hilda “Poupée” Bolaños, maestra, y de Stella Marys “Ñati” Bolaños.
» Nélida tuvo a Norma Ginestar, Miguel Ángel Ginestar, abogado, y Mirta Ginestar, trabajó en el Banco de Desarrollo.
» Zulema fue madre de Roberto Archilla, médico radicado en Paragua,y y Zulema Archilla, se jubiló como directora de escuela.
» Alberto tuvo a Elsa, psicóloga; Estela, abogada, y Antonio, representante de comercio.
» Orlando es padre de Elvira, psicopedagoga, y de Rosa, maestra jardinera.