El 18 de noviembre de 1958, Alejandro Gómez renuncia de a la vicepresidencia de la Nación. Renuncia a su cargo el vicepresidente de Arturo Frondizi, Alejandro Gómez, disgustado por la influencia que Rogelio Frigerio ejercía en el gobierno.
Gómez insistía además en la necesidad de someter a la consideración del Congreso los contratos que por orden gubernamental YPF firmaría con diferentes petroleras trasnacionales.