Arturo Rosselot y Petrona Vila tuvieron más de diez hijos, a principios del siglo XX. La mayoría de ellos tuvieron gran vocación por la docencia y entre los varones, varios se destacaron como jugadores de fútbol. Entre sus nietos hay reconocidos profesionales y sobre todo destacados artistas sanjuaninos.
Arturo Rosselot: hombre recto y militante radical
En San Juan hay familias Rosello, Rosellot, Roselot y los protagonistas de esta historia son los Rosselot, que viven en San Juan desde la época de la fundación, así lo registra el historiador Horacio Videla. Este relato comienza con Arturo Rosselot, nacido en el siglo XIX.
Arturo vivía con su esposa, Petrona Vila, en una casa ubicada en la zona donde hoy cruzan Patricias Sanjuaninas, entre Hipólito Yrigoyen y General Paz. Sus nietos lo recuerdan muy parecido físicamente al General San José de San Martín y sobre todo como un hombre con autoridad, como el patriarca de la familia. Él era propietario de una quinta y un corralón, donde además de leña y carbón, entre otras cosas, vendían dulces caseros. Aparte de esa actividad, era radical, sobre todo yrigoyenista y militó en la época de mayores asperezas con el cantonismo. En más de una oportunidad el hombre pasó la noche en el calabozo por defender sus ideales.
Unidos, en las fiestas y en la tragedia
Arturo y Petrona tuvieron varios hijos, que nacieron a principios del siglo XX, pero algunos murieron siendo pequeños. Solo once llegaron a pasar ese umbral, aunque el mayor de ellos, Eduardo, falleció con apenas veinte años. Luego de él vinieron: Lidia, María Aminta, Oscar, Marta, Leonardo Arturo, Irma, Gilberto Washington, Hipólito Arlington, María y Myriam.
Aunque eran muchos, se mantuvieron unidos incluso cuando los hijos comenzaron a formar sus propias familias. Después del terremoto de 1944, Arturo construyó en el fondo de su propiedad quinchos para sus hijos, nueras y yernos que quedaron sin casa. Ahí convivieron juntos durante un tiempo y, ese mismo lugar, fue el escenario de grandes chayas y carnavales. No solo terminaban todos ellos empapados, además, nadie que pasara por la puerta de los Rosselot se salvaba del agua. Otra cosa que no faltaba en la casa eran los debates sobre política, sobre todo entre Arturo y su hijo Gilberto “Quito”, que era cercano al peronismo.
Maestros y futbolistas
Casi todos los hermanos estudiaron, la mayoría de las mujeres se recibieron de maestras y varias de ellas dejaron sus huellas en la Escuela San Juan Eudes. Ese camino siguieron Lidia, Aminta y Marta. También fueron docentes: María, que daba clases en la Escuela Pellegrini, de Santa Lucía; Gilberto “Quito” y Leonardo Arturo, que fue regente de la Escuela Industrial Domingo Faustino Sarmiento. Á él lo apodaban “el perro”, fue muy conocido por preparar alumnos que querían ingresar a los colegios de la Universidad Nacional de San Juan o al Liceo Militar General Espejo de Mendoza.
Aparte de la docencia, otra veta que caracterizó a la familia fue la deportiva. De los hermanos Rosselot Vila, Oscar e Hipólito fueron destacados jugadores de fútbol. El primero jugó para Gimnasia y Esgrima de Mendoza, y allí se radicó con su familia y el segundo para Belgrano, de Córdoba, donde se instaló, estudió abogacía y se destacó por su labor como abogado penalista. Los otros hermanos varones Quito y “El perro” también jugaban, en el Club Atlético de la Juventud.
La descendencia
» Lidia se casó con Cayetano Spada, escribano y fue profesor del Colegio Don Bosco. Ellos tuvieron tres hijos: Lidia, maestra; Eduardo, médico traumatólogo y vive en Buenos Aires y María Lucía, fallecida.
» María Aminta se casó con Alberto Delgado, que fue procurador de casas de crédito. Ellos fueron padres de: Mario Alberto, médico, fallecido; Gustavo Adolfo, abogado y Elizabeth, maestra.
» Oscar se radicó en Mendoza. Él se casó con una reconocida modista de la provincia vecina, Virginia Rafin, y tuvieron a las mellizas María Virginia y Delia Pilar, docentes y a Amanda, contadora.
» Marta, que militó junto a Américo García, se casó con Teodoro Loyola, empleado de bodega y sus hijos, ya fallecidos, fueron: Eduardo Teodoro, empleado bancario; Juan Carlos, trabaja en la 20 de junio; Jorge, militar, fallecido; Luis María, empleado en empresa constructora y Beatriz.
» Leonardo Arturo se casó con Yolanda Lorenzo, que era profesora de música. Él se asoció con la esposa de su hermano “Quito”, Teresa Montalvo, y juntos preparaban a los estudiantes. El matrimonio Rosselot Lorenzo tuvo a: María Estela, abogada vive en Mendoza y Arturo Enrique, es ingeniero civil.
» Irma se casó con Mario Atienza, que fue procurador. Ellos fueron padres de: Mario Carlos, contador, vive en Córdoba; Alberto, que trabajó en ADOS y Patricio, que trabaja en el Tribunal de Cuentas.
» Gilberto Washington “Quito” se casó con Teresa Montalvo, ambos fueron docentes. Ellos fueron padres de: Jorge Alberto, ingiero electromecánico y vive en Río Negro; Stella Susana, profesora de recitación y arte escénico; María Inés, abogada, ex jueza Penal y Raúl Guillermo, contador.
» Hipólito Arlinton se radicó en Córdoba y allá se casó con María Elba Wegner. Fueron padres de: Horacio, abogado; Mario, contador, fallecido; Silvia, profesora de literatura y Marcela, comerciante.
» María fue maestra en la escuela Pellegrini y vivió mucho tiempo junto a su hermana Miriam.
» Miriam “Nené”, la única de los hermanos que vive, se casó con el artista Mario Hugo Vinzio. Ellos tuvieron a Hugo Mario, artista plástico; Silvina, profesora de literatura: Mónica, profesora de plástica y Mauricio, médico en Buenos Aires.
Los artistas
Entre los nietos de Arturo y Petrona, varios optaron por el arte. Una de las hijas de Quito, Susana Rosselot de Bettio, se recibió de maestra, ha sido profesora de recitación y arte escénico y es, junto a su esposo, Eduardo Bettio, fundadora de la Fundación Protea. Hugo Mario Vinzio Rosselot es otro de los nietos. El artista plástico siguió el mismo camino de su padre, Mario Hugo Vinzio Cané, destacándose por su trabajo como escultor. También comparten esa vocación por el arte sus hermanos: Silvina Vinzio Rosselot, que es profesora de Literatura, y Mónica Vinzio Rosselot, que es profesora de Artes Plásticas. Y una de las bisnietas, Carolina, hija de Susana Rossolet, es una reconocida cantante de tango.