Departamento Caucete


Al sudeste de San Juan

El departamento Caucete está ubicado al sudeste del territorio provincial. Cuenta con una superficie de 7.502 Km2 y una población de 38.343 habitantes, según el Censo 2010, es decir, un 14,1 por ciento más que en 2001, cuando los pobladores eran 33.609.

Distancias:
San Juan a Caucete: 27 kms
San Juan a Difunta Correa: 64 kms
San Juan a Bermejo – San Expedito - Caucete: 101 kms

Limita al norte con Jáchal, al este con Valle Fértil y la provincia de La Rioja, al sur con 25 de Mayo y la provincia de San Luis y al oeste con Angaco, San Martín y 9 de Julio. Su villa cabecera es la Ciudad de Caucete. Otras poblaciones de importancia son Bermejo, El Rincón, Las Talas, Las Chacras, Los Médanos, Marayes, Pie de Palo, Vallecito y Villa Independencia.


 Suelo y flora

En el territorio de Caucete pueden diferenciarse dos sectores, que están conectados por la Ruta Nacional Nº 141, ex Ruta 20. El sector occidental corresponde al área irrigada del oasis de Tulum, donde se encuentra Villa Independencia y Villa Colón, los dos núcleos poblacionales más importantes del departamento. El sector oriental corresponde a la zona desértica y ocupa parte de la travesía del Bermejo; de las sierras de Pie de Palo, de la Huerta, de las Imanas y Guayaguás; los médanos Grandes y Las Chacras; y el Gran Bajo Oriental.
La vegetación es de tipo xerófila y escasa: puede encontrarse retamo, chilca, jarilla, cactáceas y un gran número de algarrobos.

Fauna y clima

La fauna de Caucete está representada por liebres, algunos zorros, ñandúes, quirquinchos y guanacos en las altas cumbres de Pie de Palo. También existe en la zona una gran cantidad de insectos, arácnidos y reptiles, especialmente en la zona de los médanos de arena.
Las temperaturas diurnas son elevadas y las noches son más frescas. En algunas ocasiones, se presentan nevadas aisladas en el sector denominado Vallecito.


Dos ríos

Caucete cuenta con dos ríos. En el Valle de Tulúm, el Río San Juan es el gran organizador del espacio. Es el límite natural que separa Caucete del departamento de 9 de Julio y su caudal solo puede aprovecharse por medio de canales de regadío. Por su parte, el Río Bermejo se origina en la zona montañosa de La Rioja. Se pierde al este de la sierra de Pie de Palo y su caudal es escaso.

Población

La población de Caucete se encuentra concentrada fundamentalmente en la villa cabecera, llamada Caucete, igual que el departamento. Esta ciudad es de edificación sismorresistente, resultado de la reconstrucción posterior al terremoto del 23 de noviembre de 1977.

La plaza principal del departamento es la Plaza Manuel Belgrano, ubicada sobre la avenida de acceso frente a la Iglesia Cristo Rey. En el centro se levanta el monumento al Gral Manuel Belgrano. Este espacio se destaca por sus altas arboledas y sus veredas amplias, que permiten sea un lugar de encuentro permanente para los habitantes de la zona.
Frente a la plaza, se alza desde 1922 la Iglesia Cristo Rey, levantada en honor al Patrono de Caucete. El edificio original fue muy afectado por el terremoto de 1944, razón por la cual fue demolido. Años depués fue inaugurado el actual templo.

Servicios

Caucete ha desarrollado una gran red comercial y dispone de todos los servicios.
En materia de centros educativos, cuenta con establecimientos de todos los niveles, incluyendo Educación Superior no universitaria.
Las principales vías de comunicación son la ruta Nacional Nº 141, las calles diagonal Sarmiento, de los Ríos y Juan B. Justo. Posee importantes vías de acceso hacia la capital de la provincia y es, muchas veces, el paso obligado para salir o entrar a la provincia.

 

Agricultura y ganadería

Caucete posee casi 10.000 hectáreas bajo cultivo y más de 8.000 de ellas están destinadas a la vid, con una tendencia hacia el crecimiento de las uvas finas. Este departamento es el segundo en la provincia –después de 25 de Mayo- en cantidad de hectáreas destinadas a cultivo de uva. Así, los viñedos han desplazado al pastoreo u otros cultivos, que habían sido en el siglo XIX la principal fuente de recursos.

Por los beneficios de la Ley de Promoción Agrícola se han radicado diversos Diferimientos Agrícolas dedicados al cultivo de uva fina, pasa, mosto, fruta seca, de carozo, pepita, hortalizas y olivo.

Respecto a la ganadería, cuenta con numerosos establecimientos dedicados a la cría de distintas razas de animales.


Industria: la vitivinícola es la principal

La actividad industrial se desarrolla en bodegas y frigoríficos que complementan la actividad agrícola.

En el rubro de la agroindustria, en Caucete se producen dulces y conservas, sin embargo la actividad industrial que más ha crecido es la vitivinícola.
Uno de los artífices de esta industria en la localidad fue Don Justo Castro, de origen salteño, que llegó a San Juan en el año 1862. En sus primeros años en Caucete se dedicó al engorde e intercambio de ganado, pero no tardó en abocarse de lleno a la industria del vino y llegó con sus productos a Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires. Otros propulsores de la Industria Vitivinícola que se sumaron a Don Justo Castro fueron Castell, Medici, Juan Maurín, Yanzón Hnos., Apeceche, Coria y Galvarini.

En la actualidad existen en Caucete más de 200 bodegas registradas y funcionan en su suelo algunas de las más importantes bodegas sanjuaninas. En 2008 se calculaba que alrededor del 80 por ciento de la población calcetera vivía directa o indirectamente de la actividad vitivinícola. Callia, Casa Montes, Nuevo Mundo, Viñas de Aguilar, Putruele, Cerros Andinos, Kaufman, son algunas de las empresas que tienen sus bodegas en este departamento.

Huellas aborígenes

Los grupos indígenas que vivieron en la zona antes de la llegada de los colonizadores han dejado sus huellas en algunos sitios de gran valor arqueológico. Los numerosos petroglifos del Baño del Indio, en la quebrada del cerro de Pie de Palo, testimonian esta presencia aborigen. Se ven grabadas a muchos metros de altura y sobre las rocas una gran variedad de signos y símbolos. A la fecha no se ha podido aclarar totalmente su propósito o significado. Se puede observar también una hoya formada en las rocas.
Se cree que fue un lugar sagrado, una especie de templo a cielo abierto, donde se realizaban rituales de la fertilidad. En medio del trayecto, los diversos colores de las paredes del cerro van brindando al caminante una impresión del paso de las distintas eras geológicas.

El nombre Caucete

Existen dos interpretaciones sobre el nombre de este departamento. Una de ellas afirma que Caucete expresa la idea de “cauce pequeño”, “caucecillo” o “caucecito”.
Por su parte, la postura que defiende el origen nativo del término, indica que éste tiene una raíz tehuelche: “cau” significaría pueblo, “ceta” haría referencia a “qué”, en el sentido de “¿qué pueblo?”. Otra interpretación de la raíz aborigen dice que “Kause” significa dos, y “te” tierra: dos tierras. También hace referencia al dialecto tehuelche "caucete" que significa "tierra o suelo donde se habita " o "dos poblaciones donde se queda la gente".
Más allá de estas diferencias, Caucete ha mantenido este nombre desde su fundación.


La Fiesta de la Uva y el Vino

Con sus orígenes en la década de 1980, la Fiesta Nacional de la Uva y el Vino, es la fiesta más importante y convocante de Caucete. Su objetivo es celebrar el trabajo vendimial de la provincia. Las ferias, los números artísticos de jerarquía nacional y provincial y la diagonal de la reinas son algunos de loseventos quedurante tres días le dan vida cada año a este festejo.


Ruta del vino

Con el objeto de promocionar los vinos locales, y de impulsar el turismo vitivinícola en la región, el municipio de Caucete promovió la Ruta del Vino de ese departamento. El recorrido, que propone conocer todo el proceso de producción del vino, incluye desde fincas de la zonahasta la visita –con degustación incluida- a algunas de las más importantes bodegas de San Juan que tienen sus establecimientos en Caucete: Viñas de Aguilar, Callia y Casa Montes.


Devociones

La leyenda y el mito han dado origen al santuario de la Difunta Correa, tal vez el lugar más visitado del distrito. Este santuario conserva los restos de Doña Deolinda Correa, constituyendo un Patrimonio Público Provincial que suma cada año nuevos devotos debido a las numerosas gracias que “La Difunta” concede a quienes la visitan. El colorido local lo aportan sus locales de venta de productos regionales, artesanías, comidas típicas, quesos y dulces, hostería privada, parrilladas, kioscos y el Hotel Departamental. El santuario cuenta con un museo que exhibe las donaciones de los promesantes y se organizan también importantes acontecimientos como la “Fiesta Nacional del Camionero” y “La Cabalgata de Fe”.

Otra importante festividad calcetera es la que motiva la devoción hacia San Expedito, que ha ido creciendo con los años. En la actualidad, Bermejo se ha constituido en un punto de encuentro para una cantidad muy importante de promesantes que asisten durante todo el año, pero especialmente en abril cuando se celebra a este santo.

  



El paraje “Caputo”

El 5 de mayo de 1939 por primera vez fue asesinado un taxista en San Juan. Se llamaba Nicolás Florencio Caputo, tenía 35 años y era el conductor de un coche Ford V8. En el lugar del asesinato, pocos kilómetros antes de llegar a la Difunta Correa, pobladores anónimos levantaron un santuario donde décadas después los creyentes piden favores a Caputo y dejan ofrendas en agradecimiento. Muchas de esas ofrendas son automóviles en desuso, tal como se ve en la fotografía superior.






Esparcimiento y deportes

Caucete posee gran cantidad de paisajes naturales para el esparcimiento de sus habitantes y de quienes visitan la zona. Una actividad que ha hecho tradición en Caucete es el polo. Por influencia de inmigrantes británicos, este deporte tuvo su primer club sanjuanino –el Huarpes Polo Club- precisamente en Caucete desde 1926.

Gran parte de la actividad deportiva departamental se canaliza en el Club Unión Deportivo Caucete, ubicado sobre Ruta 20, camino a la Difunta Correa. La institución posee canchas de fútbol y padle, pista para patinaje artístico y buffet.

 

La Comunidad Carmelita

En 1981 se estableció en la localidad de Villa Independencia una de las treinta comunidades de Carmelitas Descalzas que existen en el país.
Se creó bajo la advocación de la Virgen del Carmen, Patrona de Villa Independencia, por un pedido especial al Carmelo de 9 de Julio de Buenos Aires del entonces Arzobispo de San Juan de Cuyo Dr. Ildefonso María Sansierra. Su objetivo era crear una Orden Contemplativa en la provincia pero fundamentalmente, ayudar espiritualmente a la población que había sufrido el terremoto de 1977.
La vida de esta Comunidad sigue las enseñanzas de sus fundadores, Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, y se manifiesta en sus tareas habituales: en el trabajo doméstico, en la huerta, en los momentos de espiritualidad, en sus trabajos artesanales y especialmente en su relación espiritual con la comunidad.

Orígenes e historia


Cuando llegó el conquistador español, la zona de Caucete estaba ocupada por los huarpes, en un asentamiento en las cercanías del Pie de Palo. Casi tres siglos después, en 1822, el médico norteamericano Amán Rawson solicitó al gobierno esos terrenos, con el fin de establecer una colonia con población norteamericana.

Este médico originario de Massachussets había llegado a San Juan en 1818. En marzo de 1824 finalmente pudo adquirir al gobierno de la provincia "36.000 cuadras cuadradas de terreno entre el cerro de Pie de Palo y el río a contar desde el extremo norte de aquel."
Rawson se asoció con otros ciudadanos, con los cuales formó una sociedad llamada La Compañía, que encaró la construcción de un canal de diez leguas de largo para hacer llegar el agua a la villa. El terreno fue luego dividido en cuadros regulares de ciento cincuenta varas por costado, hasta formar un área de mil cuadras cuadradas comprendidas entre el río y el Pie de Palo. La Compañía, Sociedad Fundadora de Caucete, no pudo lograr su objetivo de instalar en el lugar una colonia norteamericana, aunque la zona sí fue ocupada por pobladores locales.
Antes de disolverse, la sociedad formada por Aman Rawson había comenzado a vender sus tierras incultas que, con tiempo y trabajo, se convirtieron en lucrativos campos de pastoreo, maíz y trigo primero y en viñedos después.

Años después, el gobernador Nazario Benavides, a través del Reglamento de Irrigación de 1851 (antecedente del Régimen Municipal), dividió a la provincia en nueve secciones; una de ellas era Caucete. Mediante su Comisión Departamental y con apoyo del vecindario, la nueva sección –donde tanto la población como las tierras cultivadas habían crecido de manera importante- presentó un proyecto para la fundación de una villa. Así nació Villa Independencia, por un decreto del 15 de noviembre de 1851. En ese momento la villa constituía un puesto de avanzada en el camino a Buenos Aires y una frontera estratégica para detener cualquier avance enemigo sobre la ciudad de San Juan.
Cuando en 1856 la primera Constitución provincial declaró la autonomía municipal, Villa Independencia pasó a ser la cabecera de Caucete.

En 1857 el departamento ya contaba con policía, juzgado de paz, registro civil, parroquia, escuela y cementerio. Durante la gobernación de Sarmiento hubo un nuevo intento por establecer en el lugar una colonia de extranjeros, pero tampoco prosperó.
La primera Ley de Organización Departamental, sancionada en diciembre de 1869, dividía el territorio de San Juan en 18 departamentos. Al de Caucete y Lagunas le correspondía el número diez.
En los años posteriores, distintas leyes de Régimen Municipal y de División Departamental produjeron modificaciones en sus límites. El 27 de diciembre de 1881 el Gobernador de la Provincia, Dr. Anacleto Gil, funda el departamento 25 de Mayo en terrenos que habían pertenecido a Caucete.
A finales del siglo XIX, Villa Independencia iniciaría una época de decadencia de la que nunca se repuso: el salitre perjudicó los cultivos, el ferrocarril no entró al poblado y los habitantes emigraron a Villa Colón, que había sido fundada el 17 de octubre de 1893.
Esta villa surgió a través del esfuerzo privado de un propietario de la zona, José María de los Ríos, quien, para su trazado, tomó como modelo la ciudad de La Plata, planificada años antes por Dardo Rocha. Villa Colón creció y prosperó rápidamente, convirtiéndose –en 1917- en villa cabecera del departamento, con el consiguiente traslado de las entidades públicas y sede parroquial desde Villa Independencia. En agosto de 1948, durante el gobierno de Ruperto Godoy, la Ley Nº 1286 creó la Ciudad de Caucete en lo que antes era Villa Colón.

La fecha del aniversario
Históricamente Caucete había festejado su aniversario el 17 de octubre, día de la fundación de Villa Colón (luego ciudad de Caucete, cabecera del departamento). Sin embargo, en su sesión del 12 de abril de 2007, la Convención Constituyente departamental definió como fecha oficial de fundación del departamento el 15 de noviembre de 1851. En esa fecha fue fundada la Villa Independencia, el primer asentamiento poblacional del actual departamento.

AMPACAMA / CAUCETE

Sólo una vivienda, en el corazón del Pie de Palo

 

Allí fue el epicentro del terremoto del ''''''''77. En el lugar queda sólo una familia, que no está dispuesta a abandonarlo.

 

Dicen que el suelo se les dio vuelta hace 30 años, que el "ojo de mar" les tragó muchos animales y que la gente se fue por miedo a los temblores. Pero los Naveda resisten y no están dispuestos a dejar el lugar, lo más cercano al paraíso, desierto adentro, en medio del cerro Pie de Palo. Esta es la única familia que vive en Ampacama, un paraje que está en Caucete, a 40 kilómetros de Bermejo.

Fue en esta zona donde se registró el epicentro del terremoto del ''''''''77, que dejó a Caucete y otros departamentos cercanos bajo los escombros. Martín Naveda recuerda muy bien esa mañana. "Teníamos plantaciones de trigo y todo quedó enterrado. Es como si hubiesen dado vuelta la tierra y lo que estaba arriba quedó abajo. Nunca vi nada igual. Desde entonces cambió todo el lugar. La bajada del agua y hasta la forma de las montañas", dice. El terremoto espantó a muchos lugareños, que abandonaron el pueblo con lo puesto. En las buenas épocas, llegaron a habitar Ampacama unas 30 familias, distribuidas por todo el cerro.

Según cuenta Martín, había grandes plantaciones de trigo que llevaban hasta Mogna y los molinos de Jáchal. Por su ubicación estratégica, Ampacama se comunicaba con varios pueblos sanjuaninos en los que a principios del siglo XX había una importante actividad económica. Desde allí se podía llegar a Valle Fértil, a Angaco, a Jáchal por Mogna, a 25 de Mayo y a Caucete. Hoy las huellas desaparecieron por completo y sólo se puede recorrer el lugar en compañía de un baqueano y a lomo de mula.
Que fue un lugar próspero, salta a la vista. Abunda el agua que surge de decenas de vertientes, cosa que lo hace diferente a otros parajes cauceteros como Laguna Seca, La Majadita o Bermejo. Aún cuando no los separa mucha distancia. Los Naveda viven de la cría de animales y dicen que la gente va hasta allá a comprar el guano porque es de muy buena calidad. En el lugar abundan los árboles de granada y hasta hay una huerta.

La única casa que todavía está habitada, está ubicada en un lugar estratégico, en medio de los cerros, al lado de las vertientes. Lo que hace que por las noches la temperatura sea bastante agradable, aún en el invierno. Es por eso que se acostumbra en la zona a poner las camas en las galerías, casi a la intemperie. Lo único que está más cubierto es la cocina, una especie de pirca de dos metros de alto, en la que prenden las fogatas que se mantienen encendidas durante casi todo el día. En la casa de los Naveda, nunca falta la pava con agua hirviendo, el mate bien dulce y el pan casero tostado a las brasas.
Esta casa es lo primero que se divisa cuando se está llegando a Ampacama. Las otras casitas, todas abandonadas, están más adentro del cerro. Gabriela, la esposa de Martín, teje al telar y se dedica a cuidar la huerta y los animales. Marcelo y David, sus hijos, son los que llevan a las cabras y chivos a pastorear al cerro. Sus dos hermanos mayores dejaron el lugar hace varios años, para irse a vivir a la ciudad. "Yo no me quiero ir. Acá tengo todo y estoy contento. Además me gusta el cerro", dice Marcelo, que tiene 13 años y no sabe leer ni escribir, al igual que el resto de la familia.

En Ampacama, tanto sus habitantes como las visitas pueden perder la noción del tiempo. Y lo único que importa es el silbido del viento mientras mece la copa de los árboles, o el impactante atardecer que pinta de rosado todo el Pie de Palo. Excepto Marcelo, el resto de los integrantes de la familia no recuerdan cuántos años tienen.

 

 

El paisaje

Abunda el agua de vertientes y esto transforma el lugar en un pequeño oasis que contrasta con el desierto. Las montañas son más verdes y la vegetación más tupida. Hay retamos y muchos frutales. Otro espectáculo es el suelo, donde no es difícil encontrar travertino y cuarzo. Para llegar, hay que atravesar un paisaje desértico.

 

La gente

En Ampacama sólo hay una familia, compuesta por cuatro personas. Todos nacieron en ese lugar, que conocen como la palma de su mano. Dicen que Ampacama era el nombre de un cacique que habitó la zona. Cuentan los lugareños que era batallador y que por hacerle frente a los españoles, recibió el apodo de "El Loco del Bote".

 

 

FUENTE: Diario de Cuyo. 25 de Mayo de 2010


BERMEJO / CAUCETE

La vida alrededor de un santo

 

La mayoría de los habitantes vive gracias al comercio que se genera a partir de la devoción a San Expedito. Como muestra, se están construyendo viviendas y la gente apuesta a quedarse a trabajar en el lugar.

 

Ni bien ingresa un vehículo a Bermejo, en Caucete, una decena de niños corre a recibir a los visitantes. Como si fuese un ritual que hay que respetar a rajatabla, primero los guían hasta el santuario y luego les ofrecen desde folletos con la historia de San Expedito, hasta quesillo de cabra, pan casero y patay. Esta es una escena que se repite todos los días en el pueblo, que desde hace unos 5 años empezó a buscarle la vuelta para subsistir gracias a los promesantes que van hasta el santuario de San Expedito, ahora convertido en el corazón de Bermejo.
Más de 20 casas que están en plena construcción son la muestra más contundente de que los lugareños están apostando a quedarse allí, y que son capaces de vender al mismo tiempo una estampita y un chivo asado para sobrevivir. Todo para superar el destino fatal del pueblo, que hasta hace unos años era otro firme candidato a desaparecer, por el éxodo de sus pobladores.
La gran fiesta de San Expedito es en abril, pero la gente visita el santuario durante todo el año. Ingresan más de 50 vehículos por día, algo increíble para un pueblo que está a dos kilómetros de la ruta, con una huella de ripio y en malas condiciones. Además, está casi aislado porque no llegan colectivos hasta el lugar. Tampoco hay puesto policial. Esto sin contar que tienen luz durante 8 horas al día y el médico va una vez por semana.
A pesar de todo esto, Bermejo está resurgiendo. Al menos es lo que dice la gente del lugar. "Yo me dedico a vender pan casero. Me va bien y pude construir mi casita. Es cuestión de ingeniárselas", dice Alberto Quiroga, que amasa por día más de 30 panes para vender a la gente. Mientras que Manuel Fernández, un chico de 10 años, corre persiguiendo a los visitantes para venderles el quesillo que hace su mamá. Por ahora, a Manuel, lo único que le interesa es juntar plata para comprarse ropa y calzado para estrenar el día de la fiesta de San Expedito.
Los bermejinos están acostumbrados a vivir entre gente extraña. Dicen que les dan toda su hospitalidad a los promesantes para que vuelvan contentos. Es por eso que hay familias que son capaces de albergar en sus propias casas a esta gente, si la situación lo requiere. "Ya son parte del pueblo, aunque nunca más los volvamos a ver. Si hace mucho frío o llueve, como pasó el año pasado, uno no los puede dejar en la calle. Además, hay que ser realista, ahora nosotros vivimos gracias a ellos", dice Benito Arce.

 

 

El paisaje

Hasta hace 10 años, Bermejo era un paraje totalmente desértico. Pero con la llegada del agua, en octubre de 1999, el panorama empezó a cambiar. Hay bosques de álamos plantados al costado del camino y ahora están forestando la zona en donde está el santuario. Además, la mayoría de las casas tiene su propio jardín.

 

La gente

Hay unos 700 habitantes. Hay una escuela donde estudian unos 150 chicos. Además, hay un puesto sanitario. Un problema es la incomunicación, ya que no entran colectivos al pueblo. Para tomar uno hay que recorrer 2 kilómetros de huella hasta la ruta.

 

FUENTE: Diario de Cuyo. 25 de Mayo de 2010


LAGUNA SECA / CAUCETE

La escuela que da vida

 

Está en un paraje caucetero, a 114 Kms. de la ciudad. Los habitantes del lugar dicen que sin escuela no hay pueblo.

 

La construcción de ladrillo sobresale entre las 13 casitas de barro y caña. Los imponentes paneles solares instalados en los techos de chapa contrastan con los pocos algarrobos que se animan a crecer en medio del desierto. El edificio tiene un aula, una biblioteca y un salón que funciona como comedor infantil. Se trata de una escuela a la que van menos de cinco alumnos y está en Laguna Seca, un paraje caucetero, ubicado al costado de la ruta 141, a 114 kilómetros de la ciudad de San Juan. Estos chicos son los únicos del pueblo que están en edad escolar. El resto de los habitantes son adultos, la mayoría ancianos.
La escuela resume lo que es este pueblo, cuyos habitantes aseguran que con el tiempo va a desaparecer.
"Si cierran la escuela tengo que irme del pueblo", dice Genaro Arce, padre de 2 de los alumnos. De todos modos, sabe que, tarde o temprano, tendrá que hacerlo. Es que la escuela tiene hasta EGB3 y para seguir estudiando hay que ir hasta Bermejo. "Antes se podía hacer dedo para estudiar afuera. Ahora eso es imposible. A eso se le suma que el pasaje del colectivo es muy caro", cuenta el hombre.
Los pobladores dicen que se quedan en Laguna Seca porque hay una escuela. "Acá no hay nada más que hacer. Estoy segura de que con el tiempo esto va a desaparecer", cuenta Susana Arce, portera de la escuela. La mujer tiene 8 hijos y sólo 1 vive en ese paraje.
Que Laguna Seca no tenga electricidad es otro símbolo de olvido. La gente se alumbra con los restos de velas que les dan en la Difunta Correa o San Expedito. Los que tienen más recursos económicos recurren a los mecheros a kerosene. En verano no comen carne porque no tienen cómo conservarla. El único medio de comunicación es la radio que está en la escuela. Pero muchas veces no funciona porque no tienen dinero para comprar la batería que la hace andar.

El sol pega fuerte en Laguna Seca. Los pocos algarrobos no dan suficiente sombra para aplacar el calor. Visto desde la ruta, parece un pueblo fantasma. Nadie sale de las casas. Están afuera lo justo y necesario para dar de comer a los animales o trasladarse hasta la escuela. Inclusive, los chicos pasan el recreo adentro del establecimiento.
La falta de agua es otro de los factores que ayuda a vaciar el pueblo. Las constantes sequías matan a cada vez más animales y las pasturas no crecen como antes. La municipalidad lleva agua potable cada 15 días, sólo para consumo humano. Para dar de beber a cabras y chivos tienen que recurrir a una represa que está a un kilómetro de la ruta. Esta se alimenta con agua de lluvia. También se está secando. Y esa es una historia que la gente del paraje ya conoce de memoria: el lugar se llama Laguna Seca porque hace unas décadas se secó una enorme laguna que, a principios del siglo XX, hizo que mucha gente llegara hasta el lugar para criar cabras. Fue así como se formó el paraje, donde la mayoría de sus habitantes son parientes.
Los laguneros dicen que perdieron la esperanza hace tiempo. Pero no saben explicar por qué siguen apostando al lugar, mientras observan con nostalgia una cincuentena de ranchos abandonados.

 

 

El paisaje

Las dunas de arena son una imagen recurrente en Laguna Seca. Las casas, construidas de barro y caña, rodean la escuela. No hay calles y los corrales de los animales están al costado de las viviendas, que generalmente están compuestas por una sola pieza.

 

La gente

En el paraje viven unas 70 personas, la mayoría son ancianos. Los jóvenes emigran en busca de trabajo. Por lo general se van a Caucete. La mayoría de las personas son parientes. Sólo dos familias tienen vehículos para movilizarse.

 

 

 

FUENTE: Diario de Cuyo. 25 de Mayo de 2010


LAS CHACRAS / CAUCETE

Donde el dinero no vale

 Cultivan verduras y frutas, amasan el pan. Se tejen sus mantas y se ayudan mutuamente.

 

Bien podría llamarse la garganta del Sol. Es que hay que quedarse mirando varios minutos para poder creer que en pleno desierto de arena y piedra laja se abra un surco de unos 300 metros de ancho por tres kilómetros de largo y en su interior se observe un oasis de vida. Palmeras, higueras y cepas cultivadas como parrales tienen un verde especial desde la altura, a un costado del río que baja de la vertiente del Ojo del Agua. A un costado de la huella el cartel de lata dice "Bienvenidos Las Chacras".
Y, desde ese punto, el camino se descuelga bruscamente unos 200 metros. Abajo, las relaciones personales están por encima de todo. Una familia se encarga del mantenimiento de la capilla de la Virgen de Andacollo, que cada 26 de diciembre recibe a cientos de visitantes para la fiesta del pueblo. Los hombres abrieron a pico y pala la huella que va uniendo las casas. Por un costado ellos mismos hicieron la conexión con mangueras para llevar el agua del río a las casas. Las mujeres con más edad tejen las mantas para la familia y, si se las encargan con tiempo y les llevan el material, las venden. Los hombres se encargan del trabajo duro: hacer y poner las herraduras a los caballos, traer leña y cuidar las majadas de cabras.
En Las Chacras tener dinero no sirve de mucho. Lo más cercano es Marayes, a donde se tarda en llegar 6 horas a caballo. No hay caminos buenos, no hay vehículos, no hay electricidad, y el nexo con los grandes centros de consumos son los maestros, que trabajan 10 días y descansan 5. O la camioneta de Acción Social de Caucete, que entra cada 10 días para llevar la ración de comida para los chicos.
"Aquí si a uno lo ven sentado solo la gente se para y comparte un ratito, porque saben que en algún momento van a necesitar que les den una mano", cuenta el maestro Blas Andrade, que lleva 8 años dando clase en la Escuela Nacional Nº 102, Rómulo Guiffra, el punto neurálgico del pueblo. Es la única construcción de ladrillo y cemento, con piso de baldosas, con puertas, ventanas y baños. Allí está la radio de la red oficial. Allí se sirve a los chicos todos los días la comida. Y allí es el único lugar donde se enteran de lo que pasa en el resto del planeta a través de Radio Colón, la cual escuchan gracias a una antena casera: en la punta del cerro pusieron un palo con un alambre de parral que baja por el techo de la escuela directamente a la antena de una pequeña radio.
El río es lo que da existencia a Las Chacras y, allí, uno toma conciencia de la importancia del agua para que haya vida. En cada una de las casas hay pequeñas chacritas sembradas con verduras y frutas, y muchos troncos ponen en evidencia que llevan décadas en el lugar. Las viviendas, construidas sobre diferentes terraplenes al margen del río, son todas de piedra laja pegadas con barro, y los techos de caña y barro están a no más de 1,80 mts. de altura. Pocas familias consiguieron cemento y le hicieron revoque a las paredes.
Además del turismo, este pueblo tiene otra riqueza incalculable sin explotar: la histórica, sobre todo la relacionada con la minería. Sobre la misma huella que une las casas están los morteros que los indios hicieron sobre las rocas duras. Y a un costado de la capilla principal hay dos Marayes que pertenecieron a la mina de oro El Morado, 80 km. al Norte de Las Chacras, que llegaron allí en 1950 y eran usados para triturar la roca y luego lavaban ese material en el río y así obtenían el oro. Y a pocos kilómetros de Las Chacras, en lo que era una mina de cuarzo, aún hay restos de los baños de los indios.
Desde la mayoría de las casas se puede ver en lo alto del cerro, a un costado del cementerio, el camioncito Canadiense de Don Hernán Díaz. Su hija vive en Marayes y contó la historia: "Hubo un tiempo que todos los hombres de Las Chacras trabajaban gracias a ese camión. Como era doble tracción, podía bajar y llevar agua del río a los tachos donde se calentaban las ramas del retamo y se le sacaba una cera que era comercializada. Pero después el gobierno prohibió el uso del retamo y todo eso se perdió. El camión quedó estacionado ahí y ahora es como el patrimonio de Las Chacras".

 

El paisaje

Las Chacras es un vergel en medio del desierto de arena. A los costados del río crece todo lo que se siembre. Metros más arriba, entre las piedras lajas, asoman jarillas y retamos.

 

La gente

9 familias son las que viven en Las Chacras, y 22 son los chicos que van a la escuela. La gente del lugar calculan que son unos 60 en total los que allí viven. Muchos de ellos tienen hijos que se fueron a estudiar a Caucete o a San Juan y no volvieron. Es gente que siempre recibe a las visitas con una sonrisa y, a pesar de que están todos muy cerquita, les gusta que los visiten en sus propias casas.

 

 

FUENTE: Diario de Cuyo. 25 de Mayo de 2010


MARAYES / CAUCETE

Divididos por el agua

 

La mitad de los habitantes del lugar sigue pasando penurias por la falta de agua.

 

La vía del ferrocarril que ya no funciona se convirtió para Marayes en la línea que divide a los pobladores que pueden gozar del privilegio de ver el agua clara saliendo por el surtidor, de los que todavía tienen que caminar con tachos a cuestas para conseguirla. Sólo basta cruzar algunas palabras con los lugareños de esta localidad caucetera, que está a 144 kilómetros de la ciudad, por la ruta 510, que va a Valle Fértil, para darse cuenta de que siguen con la misma desesperanza que hace décadas.
"Las cosas no son como se dice y nadie viene hasta acá para ver cómo estamos. Hubo una inauguración con bombos y platillos, pero de este lado de la vía el agua casi no llega", dice Ariel González. Es que la obra del acueducto no está terminada, es por eso que los surtidores públicos que tienen buena presión de agua son aquellos que están más cerca de donde está la planta que inauguraron en septiembre del 2004.
Más allá de los testimonios, el paisaje es contundente. De la vía hacia el Norte, el agua sale sin dificultad. De hecho, la escuela y la planta están rodeadas de pasto que se riega por aspersión. Inclusive, ya se puso en funcionamiento el proyecto de la huerta escolar. Pero hacia el Sur, el paisaje sigue siendo desolador. "La vida no nos cambió. Con suerte sale un hilo de agua por los surtidores públicos, pero siempre de noche. Hace un tiempo tuvimos que pasar una semana con el agua cortada y nadie nos dio una explicación. Somos un sector olvidado", cuenta Anita Ferrerino.
El Sur de Marayes sigue totalmente seco, no crece ni una planta y todavía se puede ver la cisterna abandonada, de donde los pobladores sacaban agua antes de que inauguraran el acueducto. Inclusive, no es raro ver a los animales tendidos en el piso por el calor y la falta de agua, cada vez más flacos porque la gente no tiene cómo alimentarlos.
Una buena parte de Marayes se transformó en un pueblo fantasma. Abundan las casas abandonadas y los lugareños dicen que la "fuga" de la gente no se acabó con la inauguración del acueducto.

 

El paisaje

Marayes está al costado de la ruta 510. Totalmente desértico, hay algunos retamos que no alcanzan a dar sombra. En la plaza principal, que está justo al costado de la ruta, todavía se puede divisar lo que funcionó como mástil de una bandera.

 

La gente

En este pueblo viven alrededor de 180 personas. Hay una escuela que tiene hasta Secundario con grados agrupados. El médico va una vez a la semana y el colectivo pasa 3 veces por día. El único teléfono semipúblico está en uno de los dos almacenes.

 

FUENTE: Diario de Cuyo. 25 de Mayo de 2010.


NIQUIZANGA / CAUCETE

Cisterna del desierto

 

En el lugar, donde viven 15 personas, abundan las vertientes haciendo que el paisaje sea totalmente diferente al resto del departamento.

 

Niquizanga no parece real. Las vertientes de agua repletas de berros dibujan el paisaje. Las montañas que la rodean están tapizadas de verde. Este pequeño oasis, que está en medio del desierto caucetero, a 32 kilómetros de la Difunta Correa, se convirtió en la salvación de Bermejo y El Puente, porque desde hace un tiempo los abastece de agua de vertiente mediante un acueducto.
"Nosotros les damos el agua", dicen los habitantes de Niquizanga, sabiéndose salvadores. Ellos saben que para estos parajes, cada gota de agua vale oro. Es por eso que sienten tanto orgullo de pertenecer a este lugar.
Al mismo tiempo de sentirse salvadores, los pobladores de Niquizanga saben también que necesitan de Bermejo para sobrevivir. Es que los chicos tienen que ir a la escuela que está allá, se abastecen gracias a sus almacenes y recurren a su puesto sanitario cuando alguien se enferma. Así, entre ambos parajes, diametralmente opuestos tanto en el paisaje como en el estilo de vida, se creó una relación simbiótica.
La abundancia de agua hace que Niquizanga parezca sacada de un cuento. Tiene grandes extensiones cubiertas con pasto, enormes estanques con agua cristalina, frondosas higueras y sauces centenarios. En medio de este escenario, la gente parece moverse sin tiempo. No hay más relojes que el Sol, que marca los distintos momentos del día. Ellos no se quejan por el mal estado del camino. No tienen luz eléctrica y dicen que tampoco la necesitan. Una heladera a gas y una radio a pilas es lo más cercano a la tecnología que hay en el lugar. Mientras que el único medio que tienen para movilizarse son los caballos y las carretas.
Por donde se la mire, Niquizanga, que es el nombre de un cacique, es un tesoro al que es muy difícil de acceder.

 

 

El paisaje

La huella que conduce a Niquizanga es desértica y está llena de arbustos espinosos. Es por eso que al llegar al lugar, el impacto visual es tan fuerte. La mayor parte del terreno está cubierta de pasto, berros y junquillos que crecen naturalmente.

 

 

La gente

Viven 15 personas que componen dos familias: los Marín y los Elizondo. Jorge Marín es el poblador que instaló el primer puesto, hace más de 30 años. Los 8 niños que hay en el lugar van a la escuela a Bermejo y se quedan allí casi toda la semana.

 

 

FUENTE: Diario de Cuyo. 25 de Mayo de 2010

 

PIE DE PALO / CAUCETE

Los fantasmas del tren

 

Se trata de la estación de trenes "Pie de Palo", que está en el corazón del pueblo del mismo nombre.

 

Los rieles y durmientes que están desvencijados son atravesados por arbustos secos, arrastrados por el viento. En el fondo, una vieja estación donde descansan 5 vagones, casi desmantelados. Se trata de la estación de trenes "Pie de Palo", que está en el corazón del pueblo del mismo nombre, en Caucete. Allí, en el caserío de mediados del siglo pasado, donde no hay más de 800 habitantes, el fantasma del tren que los hizo resurgir sigue latente, a pesar de que hace 4 meses ya no se escucha su silbato.
Casi nadie en el pueblo se acuerda de cuál fue la fecha exacta en que se fue el último tren. Actualmente, por las vías, sólo transitan algunos rebaños de cabras, bien temprano en la mañana rumbo al Este, y caída la tarde, de vuelta. Precisamente son ex ferroviarios algunos de los que adoptaron la profesión de criadores de cabras para sobrevivir luego de que el ferrocarril empezó a desaparecer, a mediados de los ''''''''90.
"Se extraña el silbato a lo lejos y la carrera de la gente a la estación. Es que la mayoría iba a vender tortitas y golosinas a los pasajeros que esperaban allí, mientras el tren se encarrilaba hacia Mendoza", comenta doña Blanca Ruarte, hija y esposa de ex ferroviarios. La estación Pie de Palo era el lugar donde los trenes que llegaban desde Córdoba hacían maniobras para empalmar el ramal que los llevaba hasta Mendoza.
Esas épocas de bonanza del ferrocarril, cuando la mitad de las 200 familias vivían del trabajo ferroviario, fueron no hace más de 20 años (actualmente sólo hay 5 obreros de la empresa Belgrano Cargas que hacen mantenimiento de vías). Silvia Quinteros, de 34 años, recuerda al dedillo esos momentos. "El pueblo era otro y hasta los cauceteros nos miraban de otra manera", dice haciendo referencia a la gente que vive en la cabecera del departamento, ubicada a escasos 5 kilómetros de allí.
En la vieja estación aún quedan recuerdos de aquellos buenos tiempos: una pequeña construcción de ladrillos, ahora casi destruida, donde funcionaba el quiosco. La campana que marcaba el arribo o partida de los trenes, sin el badajo, pero en perfecto estado de conservación. Y la galería de la estación, con su impecable piso de baldosas a colores. En ese edificio actualmente vive una familia de ex ferroviarios que por temor a que los echen, prefieren no hablar con ningún curioso; mucho menos si es periodista.
Para las fiestas de fin de año, los petardos y el brindis eran marcados por el infaltable silbato de la máquina del tren. "Hace unos 10 años, tuvimos que aprender a festejar la Navidad y el Año Nuevo de otra manera. Ahora escuchamos radio para que alguien nos marque cuándo son las doce", comenta Aurelia Flores.
Es tan importante el tren para los pobladores, que desde la unión vecinal trabajan en reconstruir la historia, apoyados en el surgimiento del ferrocarril. Algunos entrevistan a los viejos del pueblo y otros, filmadora al hombro, recorren los ramales herrumbrados tratando de encontrar testigos de ese tiempo que pasó.

 

 

El paisaje

Es una zona en la que predominan los viñedos de uvas de mesa, que en los últimos 10 años fueron ganándole terreno al desierto. De hecho, muy cerca de las vías del tren, hacia el Oeste de la estación, hay parrales de no más de 3 años. Hacia el Este, la flora, en su mayoría, está compuesta de jumes, junquillos y retamos.

 

La gente

De los 800 habitantes, la mayoría son adultos y en el pueblo hay una escuela, la Arturo Beruti, que tiene una población de 200 alumnos entre Nivel Inicial y Primaria Rural Aislada. Los más jóvenes comienzan a emigrar hacia el centro de Caucete, principalmente para cursar el Secundario o una carrera terciaria.

 

 

FUENTE: Diario de Cuyo. 25 de Mayo de 2010




La Municipalidad de Caucete funciona en Belgrano 180 – CP: 5442 – Caucete – San Juan
Teléfonos: 0264-4961219/61200/63385
Ver también: El terremoto de 1977 de Caucete
Ver también: San Juan
Fuentes:
Censo Nacional de Población y Vivienda 2010 - Datos provisorios – INDEC
Relevamiento Agrícola en la Provincia de San Juan. Ciclo 2006-2007. Departamento de Hidráulica. Gobierno de San Juan.
San Juan – Nuestra Tierra. Ediciones Argentina. 
Subsecretaría de Turismo, Cultura y Medio Ambiente. Gobierno de San Juan.
www.sanjuan.turismo.gov.ar
www.sanjuan.gov.ar
Publicación “San Juan Fuerza de Origen”, Gobierno de San Juan.
Municipalidad de la Ciudad de Caucete

GALERIA MULTIMEDIA
Club Unión Deportivo Caucetero.
Una vista de la plaza cabecera de Caucete. Abajo, la iglesia de Cristo Rey.
Parroquia Cristo Rey, Caucete, San Juan.
Diagonal Sarmiento, departamento Caucete.
Municipalidad de Caucete.
Caucete posee casi 10.000 hectáreas bajo cultivo y más de 8.000 de ellas están destinadas a la vid, con una tendencia hacia el crecimiento de las uvas finas.
Baño del Indio.
Los promesantes encienden velas en el luga donde se cree que cayó Deolinda Correa.
La difunta Correa uno de los lugares más visitados en San Juan
Esta es la imagen que se observa al costado de la Ruta 20, rumbo a Vallecito, del lugar donde se rinde homenaje a Caputo. Muchas de las personas llevan partes de vehículos como pago de sus promesas
Amán Rawson.
Cancha del Huarpes Polo club.
La jarilla es un arbusto de abundancia en la zona Cuyo.
El departamento Caucete limita al norte con Jáchal, al este con Valle Fértil y la provincia de La Rioja, al sur con 25 de Mayo y la provincia de San Luis y al oeste con Angaco, San Martín y 9 de Julio.
AMPACAMA / CAUCETE. Los Naveda es la única familia que vive en Ampacama
AMPACAMA / CAUCETE. La cria de animales es el principal modo de subsistencia de los únicos habitantes de Ampacama, la familia Naveda. Los chivos y la leche de cabra la venden en Bermejo. Además elaboran quesillos y otros productos artesanales y va gente hasta allá para comprar.
BERMEJO / CAUCETE.
BERMEJO / CAUCETE. La gran fiesta de San Expedito es en abril y convoca muchos promesantes, pero el paraje es visitado todo el año.
BERMEJO / CAUCETE. Benito Arce / Vendedor de recuerdos. Benito Arce nació en Bermejo. Desde el año pasado, dejó de dedicarse a la crianza de animales para ponerse una santería que está justo frente al santuario de San Expedito, el patrono de las causas urgentes. Este hombre es el fiel exponente del cambio que se está produciendo en el pueblo. "Lo extraño de todo esto es que la gente del lugar no es la más devota del santo, hay muchos que ni siquiera entran al templo. Pero desde acá, se ven tantas historias, que es imposible no creer", dice Benito, acostumbrado a prestar su oreja a los promesantes que vienen a contar sus penas y de paso se llevan una estampita o un imán para la heladera con la imagen de San Expedito. "Lo que me preocupa es que todavía este lugar no tiene la infraestructura adecuada para recibir a tanta gente. Sobre todo a los que vienen de otras provincias, que son cada vez más", cuenta Arce.
LAGUNA SECA / CAUCETE
LAGUNA SECA / CAUCETE
LAS CHACRAS / CAUCETE. En cada casita al lado del río hay pequeñas chacritas sembradas con frutas y verduras.
LAS CHACRAS / CAUCETE. El río es lo que le da existencia al paraje.
LAS CHACRAS / CAUCETE. Nélida Marín / El eje del pueblo. Es la portera de la escuela, encargada del equipo de radio del Gobierno que los conecta con el mundo, presidenta de la Unión Vecinal de las 19 casas, responsable de los planes sociales, artesana del tejido, enfermera y partera de uno de sus nietos. Se llama Nélida Marín y si quisiera exhibir todos estos pergaminos en las paredes de su casa no los podría colgar porque en la única que tiene revoque de mezcla está llena de imágenes religiosas. Como si todas estas actividades fueran poco, es una referente de la fe, ya que en el fondo de su propiedad tiene la capillita -la original del pueblo- que los abuelos de su esposo levantaron con piedra laja y barro después del terremoto del "44, en donde exhibe uno de los tesoros más preciados de Las Chacras: un cuadrito de 20 cm. por 40, con la primera imagen de la Virgen de Andacollo que llegó al lugar, y por la cual se adoptó como patrona. La llevó allí la abuela de su marido, Teresa de Olguín. Doña Nélida es madre de cuatro mujeres y abuela de 10 nietos, sigue haciendo cosas por su pueblo y todos los días se impone nuevas metas.
MARAYES / CAUCETE.
MARAYES / CAUCETE
MARAYES / CAUCETE. Betty Riveros / El nexo con la ciudad. Si no fuese por Betty Riveros, la "señora del teléfono", Marayes estaría más aislado de lo que hoy está. La mujer, que tiene un kiosco al costado de la ruta, es la encargada de llamar al médico, la ambulancia, la policía y hasta de hacer algunos trámites a los pobladores que no saben leer ni escribir o que no pueden movilizarse. Inclusive, fue Betty quien movió cielo y tierra para que el agua llegara a Marayes. Sin embargo, la casa de la mujer está ubicada en el sector donde el agua no llega.¬ "Esto es señal de que Marayes sigue siendo un pueblo olvidado. Además, si se rompe este teléfono, nos quedamos como en una burbuja, aislados", dice Betty, que a veces hasta hace de enfermera cuando hay alguien con problemas de salud. Es que otro de los inconvenientes del lugar es que no hay asistencia sanitaria adecuada.
NIQUIZANGA / CAUCETE
NIQUIZANGA / CAUCETE. Luis Marín - El heredero. Con un andar tranquilo y pocas palabras, a Luis Marín se le nota en la mirada el amor que tiene por Niquizanga. Tiene 25 años y es uno de los hijos de Jorge, uno de los primeros puesteros que se instaló en el lugar. Como una copia calcada de su padre, se dedica a la cría de las cabras. El día de Luis empieza a las 6, al igual que el resto de los lugareños, y una buena parte de la jornada la dedica a enseñarle a su hijo todo sobre el campo. De la misma manera que su padre lo hizo con él. No añora la televisión, tampoco le interesa tener un vehículo. Su conexión con el mundo es a través de una pequeña radio que anda a pilas y las novedades que le traen los visitantes cada tanto. "Nunca pensé en irme. Acá vivo bien y a mis hijos no les falta nada. Les puedo comprar ropa y comen bien. Además a ellos les gusta este lugar", dice Luis, que no se saca el sombrero negro ni cuando se sienta a tomar unos mates dulces debajo de la higuera.
PIE DE PALO / CAUCETE. En la vieja estación aún quedan recuerdos de aquellos buenos tiempos: una pequeña construcción de ladrillos, ahora casi destruida, donde funcionaba el quiosco. La campana que marcaba el arribo o partida de los trenes, sin el badajo, pero en perfecto estado de conservación. Y la galería de la estación, con su impecable piso de baldosas a colores
PIE DE PALO / CAUCETE
PIE DE PALO / CAUCETE. Ramón Mercado / El ferroviario. Ramón Manuel Mercado tiene 65 años y a los 35 llegó a Pie de Palo, desde Bermejo, para convertirse en operario vial. El hombre terminó con las manos atrofiadas de tanto darle al martillo de 2 kilos, con el que hundía los remaches de los rieles en los durmientes. El 11 de marzo de 1994 le comunicaron que sus días como ferroviario habían terminado. Desde entonces tuvo que luchar, hasta el año pasado, para que le reconocieran una jubilación por incapacidad. "Mientras esperaba la jubilación, tuve que buscar otra cosa para vivir y gracias a Dios me hice de unas cabritas", dice el hombre, que vende chivos. Primero fue operario de vías y luego, por su problema en las manos, fue trasladado a guardabarrera, donde pasó sus últimos días de trabajo. Todas las mañanas, apenas aclara el día, el hombre lleva a pastar su rebaño. "Cada vez que voy y vengo por la vías -cuenta- me imagino que en cualquier momento voy a escuchar el silbato del tren, pero ya no se escucha. Y tal vez me muera sin volver a escucharlo".
Plaza departamental de Caucete.