Hugo Levato: "La educación será por ordenador y los maestros serán guías"

Para el doctor Hugo Levato, el proceso de aprendizaje cambiará en forma substancial. “Habrá resistencias; no será suave pero la educación sobre las bases actuales tiene sus años limitados”. Una opinión distinta pero de imprescindible lectura.

 —¿Cómo prevé que será la educación del futuro? ¿Seguirá siendo en las aulas o será a distancia?

—La educación futura será pensada en función del aprendizaje y no de la enseñanza. Nosotros hasta ahora nos hemos concentrado más en los métodos de enseñanza pero pasaremos a considerar con énfasis en el futuro inmediato la temática relacionada con el aprendizaje. Estudiar más el porqué aprende el educando y cómo lo hace. El concepto de que solo se aprende en el aula se terminará. El profesor delante de los alumnos recitando una clase será un concepto del pasado.

 

—Explíqueme mejor…

—La educación actual es dependiente del maestro y del profesor que actúa entonces como la válvula de control. Por lo tanto un sistema así, dependiente del docente en el aula y por lo tanto dependiente del tiempo y de las circunstancias, es una fuerte de limitación para el aprendizaje. Por otro lado, el crecimiento exponencial de la información nos presenta un panorama totalmente diferente para el aprendizaje.

 

—¿Por qué?

—Todavía estamos imbuidos en el concepto del conocimiento de una elite. Creemos que solo los físicos y los astrónomos pueden conocer la evolución del universo y los médicos pueden entender la medicina y eso no es para nada así. Sin embargo, a pesar de este crecimiento exponencial, todavía no tenemos una manera orgánica de transferir toda esta información en determinado conjunto de cursos que permitan adquirirla al gran público y llegue a los educandos. Es así que han aparecido iniciativas similares al sistema operativo Linux, que es libre de costo, también en la educación, con organizadores de cursos y formatos totalmente libres y disponibles para todo el mundo. Esto hoy ya comenzó.

 

—O sea que la educación tradicional tenderá a desaparecer…

—El otro problema con que nos enfrentamos en la educación tradicional es la distancia, que se va incrementando año a año, entre el alfabetizado y el súper alfabetizado. Los nuevos resultados e innovaciones aparecen en trabajos científicos, en revistas especializadas que no pueden ser entendidas por el alfabetizado. La brecha así se agranda. Esto podrá solucionarse a través de la construcción de cursos que suplanten al libro y a los “papers” y donde el súper alfabetizado podrá dar a conocer, por ejemplo, cómo funciona el universo para todos.

 

—¿Habrá llegado la hora de preguntarnos cuáles son los puntos de contacto que el educando tiene con el aprendizaje?

—Siempre hemos pensado que es el aula. Pero que sea el aula hace que el educador controle el momento en que se debe aprender, las luces , el medio, la forma, las circunstancias, pero el aprendizaje comienza por las mañanas cuando nos levantamos y continua a veces hasta durmiendo!!!. No es solo el aula necesaria como punto de contacto con la educación, más frecuentemente podemos decir que no es necesaria. Debemos considerar los nuevos puntos de contacto: el MP3, la tableta electrónica, la TV, las redes sociales, los diarios electrónicos, etc.

 

—¿Cuáles serán los cambios más importantes que tendríamos que ir planificando?

—Deberemos basarnos en la confianza en el aprendizaje. Habrá que certificar lo verdadero y lo falso. Habrá en el futuro centros virtuales de cursos donde residirán todos los cursos de todo el mundo pero comencemos por la Argentina. Esos centros pueden estar en servidores del Ministerio de Educación que será el punto de ingreso y certificará el nivel de los cursos utilizando las academias de ciencia, las ONG reconocidas, etc. También habrá cursos en servidores alrededor del planeta. No sabremos quién responde en algunos cursos. Tendremos así los mejores cursos de química, de evolución del universo, de biología, al alcance de todos. El alumno podrá interactuar a su ritmo y manejando las circunstancias y con la posibilidad de, utilizando software que ya se está desarrollando, modificar su propio curso individual de acuerdo a sus necesidades. Los docentes locales serán guías y entrenadores.

 

—Usted plantea una revolución que no todos compartirán…

—Habrá que quitarse muchos conceptos que damos por sentado pero que hoy perturban el proceso de aprendizaje y no nos damos cuenta de ello. Ya les pasó a los romanos que nunca tuvieron matemáticos buenos porque con los números romanos que ellos utilizaban se impedía prácticamente el desarrollo de las matemáticas. Nuestro concepto de que solo se aprende en el aula tiene el mismo efecto. Uno de los mayores problemas hoy es que, para transmitir un conocimiento nuevo, se necesitan expertos que no hay en cantidad y como conclusión en muchos lugares de la Argentina como en casi todo el mundo, ese concepto nuevo no se enseña porque no hay quién lo haga. La solución pasa por esta nueva forma de aprendizaje.

 

—¿Cómo funcionaría el sistema?

—El sistema del futuro funcionaría más o menos así: Los súper alfabetizados desarrollarán los cursos como software típicamente para una hora de duración y utilizando todos los recursos posibles y necesarios, como videos, audios, etc. En todos los casos habrá mecanismos que aseguren el aprendizaje del educando. Se distinguirá perfectamente a través de él quién ha alcanzado el conocimiento en forma total, quién lo ha hecho con errores y quiénes requieren una repetición de porciones o modificaciones del curso. El software producirá un perfil para el educando y eso permitirá que una vez completado un curso exitosamente, el educando reciba una recomendación a través del ordenador central, de acuerdo a su perfil y a sus habilidades sobre posibles cursos futuros. Por supuesto que dependiendo de las profesiones y habilidades que se deseen adquirir habrá exámenes de aptitud para determinadas profesiones que así lo requieren y en las que intervendrán los súper alfabetizados. No son iguales las necesidades de un piloto de avión que las de un ebanista.

 

—¿Cómo se ingresará al sistema?

—Para poder ingresar a este sistema se requerirán ciertas habilidades que deberán ser adquiridas previamente, como la capacidad de leer por ejemplo. No hay requisitos en la edad para estas capacidades. La edad en la que se aprende a leer varía muchísimo entre los especímenes humanos. No me extenderé cómo se aprende esta habilidad que hoy le resulta dificultosa hasta para alumnos universitarios!!!! Todo este esquema se complementará con campamentos educativos imprescindibles y muy diferentes dependiendo de la ciencia o actividad a aprender. Nada mejor que un campamento marino para aprender biología marina o viajar a las barrancas donde tuvo lugar la batalla de San Lorenzo para entender la disposición y movimiento de los granaderos dirigidos por San Martin. Viajar a una represa para entender la producción de energía hidráulica será mandatorio. Los campamentos serán esenciales para contrarrestar la híper individualización que ya se está produciendo entre los jóvenes y que será creciente.

 

—¿Cuáles serán las materias obligatorias para no sólo impartir conocimientos sino también para formar como ciudadanos y personas al educando?

—Habrá una currícula muy mínima obligatoria que hace a la formación del ciudadano, al concepto de nación, al conocimiento histórico y a los valores nacionales que nos permiten seguir siendo un país, por lo menos hasta que los países desaparezcan y se fundan en confederaciones o algo parecido. El descubrir una civilización extraterrestre agilizará estos procesos en forma notable. Este hecho se espera que ocurra bastante antes que el 2035. Nuestra historia, nuestra forma de gobierno, nuestros símbolos patrios deberán continuar dando la formación del ser nacional pero hasta allí; después no habrá materias ni asignaturas, habrá cursos modelados y construidos por cada uno y por el ordenador!!!, de acuerdo a sus intereses y necesidades.

 

—Pero el ser humano necesita algo más que conocimientos técnicos…

—El problema de la educación y del aprendizaje está en todas las áreas pero no se hace tan dramático en la historia, la filosofía, etc sino en las denominadas ciencias duras y tecnológicas donde el cambio es semestral. Lamentablemente (o no) esas ciencias duras y tecnológicas son las que hacen al progreso material, mayor competitividad en los procesos productivos, y mayor inversión en producción tecnológica que se traduce en mayor bienestar, ya que la tecnología hace cosas que antes recaían en el humano. Ojo no deseo desmerecer a las otras disciplinas ni a las artes como la música o la pintura pero es indudable que el mejor vivir de una población se logra primariamente a través de mejores comunicaciones, mejores transportes, mejor conectividad, mejor medicina, etc. Y eso es mejor física, mejor electrónica, mejor ingeniería mejores procesos energéticos, y mejores formas y aparatajes de detección y cura de enfermedades.

 

—¿Debemos seguir teniendo carreras abiertas o deberán ser a término y con cupos definidos?

—Un sistema como el descripto cambia completamente el cariz de la inversión en el aprendizaje y cualquiera puede estudiar lo que desee. Tal como estamos hoy, un país como la Argentina otorga el beneficio de la gratuidad de la enseñanza, con lo cual concuerdo plenamente, porque el Estado debe propender al bien común y al desarrollo del país. Para eso el país debe contar con expertos en determinadas áreas. O sea se educa para que la persona logre su integridad pero también porque el país lo requiere para su desarrollo. Por lo tanto no puede cargar con un costo el servicio de aprendizaje. Estoy de acuerdo que el Estado debe exigir, ya que ese costo lo pagamos todos, mayor responsabilidad tanto de los educadores como de los educandos.

 

– ¿La educación financiada por el Estado, incluida la universitaria, debería planificarse de acuerdo a las necesidades del país o a un proyecto definido o como hoy deberá seguir siendo autónoma?

—El Estado en el caso argentino actual no puede quedar al margen de cierta planificación de sus necesidades porque en especial la Universidad está constituida para resolver las necesidades de la sociedad, entonces si requiere en un determinado momento profesionales con ciertas características tiene que promover esa formación a través de muchos mecanismos que están en manos del Estado. El sistema de becas, de empleo asegurado al finalizar la carrera, entre otros, son incentivos para dicha planificación. Esto repito es en nuestro sistema actual.

En el futuro también podrán buscarse mecanismos para promover vocaciones a través de incentivos con el sistema libre propuesto. Esto es relativamente simple pero con el sistema de aprendizaje que se viene todo cambiará de cariz. Los niveles educativos formales van a desaparecer porque nos concentraremos en el aprendizaje no en la enseñanza. Primaria y secundaria serán conceptos del pasado. Los conceptos y habilidades se adquirirán informalmente o a través de un formalismo muy diferente al actual. Inclusive la obligatoriedad del aprendizaje será mucho más rigurosa y controlada y todos deberán aprender algo. No hay planificación en cuanto a carreras. En el caso de las carreras en la universidad actual, el Estado financiador no puede quedar al margen de cierta planificación como he dicho para promover determinadas carreras que sean necesarias en un determinado período de la vida de un país. Si hoy necesitamos 10.000 ingenieros por año y producimos 5.000 pues algo hay que hacer, porque de lo contrario el desarrollo del país se entorpece y, por lo tanto, se debilita el bien común y como a ese bien común tiene que propender el Estado, entonces resulta obvio que hay que planificar sin cercenar vocaciones. Esto requiere equilibrio para gobernar, en cualquier ámbito, requiere un equilibrio que no todos tienen y ver el más allá. Aquel que lo logra, en general, se llama estadista.

 

—Dada la velocidad de los cambios conceptuales y tecnológicos ¿deberemos apuntar a la educación permanente, revalidando los títulos cada cinco o diez años o seguir con el actual sistema?

—La educación va a tender como he dicho a desprenderse cada vez más del educador frente al aula. Empresas privadas y estatales integradas por expertos (súper alfabetizados) serán responsables de la creación de cursos en formatos muy variables. Esos cursos serán certificados por el propio Estado, lo cual puede ser un inconveniente si las libertades no son plenas, pero también pueden ser certificados por diferentes instituciones y ONG como las academias de ciencias, fundaciones, inclusive las diferentes iglesias pueden emir su opinión y certificar o no. Lo importante es conocer la certificación del curso. Los profesores locales, que seguirán existiendo, serán guías y entrenadores. Esos profesores locales también podrán ponerse al día y actualizarse continuamente a través de este software que en realidad debiera llamarse “courseware”.

 

—Un concepto diferente…

—Es imposible transmitir conocimientos sin educación permanente y ese es el gran problema de hoy. Los nuevos conocimientos tardan mucho en impartirse porque no hay quién lo haga hoy en todas las localidades del país. Esto ocurre en todas partes del mundo. Los conocimientos no llegan en tiempo y forma porque no hay maestros ni profesores para estar frente a las aulas. Así la formación docente parte mal desde los Institutos de Formación Docente, algunos lamentables, que existen en la Argentina, sobre todo en la educación dura y tecnológica. Si se tomaran exámenes sobre ciencia a los profesores de los institutos de formación docente el resultado sería paupérrimo, pero la culpa también la tienen los investigadores (súper alfabetizados) que en el sistema actual poco tiempo dedican a mejorar el nivel de sus congéneres.

 

—¿Pero qué deberíamos hacer ya para cambiar eso?

—Hoy para paliar el problema debería haber una ligadura muy fuerte entre el sistema de investigación de punta y el mecanismo de puesta al día de educadores y formadores. Esto requiere un poco de coordinación y algún incentivo y puede lograrse. En las ciencias duras y naturales la actualización permanente es una necesidad ineludible. En la educación futura sin embargo los educadores deberán sufrir una transición muy interesante pero algo traumática. Muchos podrán pasar a ser planificadores de eventos y colaborar con los constructores de cursos (coursware), otros permanecerán en los recintos de aprendizaje (ex escuelas) donde servirán de guías y tutores y atenderán a los educandos con dificultades.

 

— El trabajo del futuro será cada día más frente a un ordenador. Es decir, necesitaremos un trabajador cada vez más calificado. ¿Quiénes los formarán? ¿La escuela media? ¿Las empresas? ¿Los sindicatos?

—El trabajador saldrá de los cursos certificados a través de cursos provistos por el sistema, modificados o no, de acuerdo a sus intereses por el propio sistema, que analizará sus vocaciones y habilidades. Las empresas terminarán su formación con la continuación de “meter las manos en la masa” lo antes posible. El trabajo será cada vez más delante de un computador. El aprendizaje será dado por el sistema descripto y no por la escuela media que desaparecerá como nivel educativo porque nos concentraremos en el aprendizaje, no importa la edad. Hoy el superdotado no tiene dónde ir en la educación argentina.

 

—Un cambio de esa profundidad repercutirá en todos los aspectos de la vida de una sociedad…

—El capitalismo tiende a producir cada vez más bienes, más baratos y con menos trabajadores. El dilema es quién va a comprar esos bienes si no tenemos empleados y cada vez habrá menos trabajo para la gente. Los sindicatos no existirán más en el mundo del futuro por lo menos con la importancia actual, porque la sociedad tiende a la híper personalización. De allí que los campamentos científicos, las reuniones entre compañeros y amigos, generalmente conocidos a través de las redes sociales y programas mandatorios de educación física, son esenciales en este esquema pues se debe contrarrestar esa hiper personalización y además el efecto nocivo de estar mucho tiempo frente a un ordenador hasta que los ordenadores funcionen bien vía voz y otras vías. Las empresas tendrán otro cariz y filosofía en el futuro. En definitiva habrá un nuevo contrato social que permita menos trabajo, mejor paga, más actividad física y esparcimiento y mucha más eficiencia en la tarea por la cual el capitalismo nos permite lograr nuestros recursos que también serán otros y de otro formato, pero eso es motivo de otro largo artículo.

 

— ¿La educación seguirá siendo un ámbito formal y exclusivo, con matriculación corporativa y excluyente o tenderemos a una educación más abierta e informal?

—Absolutamente abierta e informal. Ya hay empresas que están produciendo el “courseware” necesario para que los super alfabetizados preparen los cursos a gusto del educando. Las empresas y los trabajos futuros tenderán, como ya lo están haciendo, a poner énfasis en lo que el trabajador sabe hacer, más que en el título, aún en las fiscalizadas por el Estado como el médico. Importará cada vez más lo que la persona sabe hacer que la educación formal que pueda haber tomado. Habrá sin embargo otro tipo de formalidad en el futuro porque la obligatoriedad de aprender habrá que cumplirla a rajatabla.

 

—¿Qué papel jugará la formación del docente?

—El docente cambiará de cariz y no le será fácil. Será el elemento que más resistencia tenga al comienzo de la transición. En cada jurisdicción tenderá a ser un guía y un entrenador en los centros de aprendizaje (que serán las viejas escuelas) que estarán abiertos las 24 horas y servirán a todas las edades que necesiten guías y entrenamiento adicional y también unos pocos podrán participar de la construcción de los módulos de cursos. Los conocimientos vendrán vía cursos centralizados desde los centros de ingreso al sistema y que contengan a los mejores expertos en el tema, primero de la Argentina y luego del Mercosur y de regiones mayores (tal vez del planeta en el futuro) con afinidad lingüística y después con traducciones simultáneas. El idioma no será más una traba en el futuro. Los institutos de Formación Docente desaparecerán y todos tendrán educación personalizada. El docente será un profesional que sabrá de los recursos didácticos y pedagógicos para lograr el aprendizaje y se formará a través de este sistema como los demás humanos en otras habilidades.



Hugo Levato

El Dr. Hugo Levato nació en Buenos Aires, cursó sus estudios secundarios en la Escuela Normal de Profesores N°2 “Mariano Acosta” y sus estudios universitarios en la Escuela Superior de Astronomía y Geofísica de la Universidad de La Plata, de donde egresó en 1973 con el título de doctor en Astronomía (especialidad astrofísica).

 

Es especialista en Espectroscopía Estelar, Estrellas Anómalas, Binarias, Cúmulos abiertos, Asociaciones, Clasificación Espectral y Estadística. En el aspecto tecnológico se ha dedicado al diseño de espectrógrafos y a los detectores electrónicos para baja iluminación.

 

Docente universitario e investigador en diversas universidades nacionales e internacionales, fue director del Observatorio Astronómico “Félix Aguilar” de la Universidad Nacional de San Juan. Es Profesor Titular Simple en la Universidad Nacional de San Juan

 

Es miembro de la Carrera del Investigador de CONICET, en la categoría Principal.

Durante 25 años fue Director del Complejo Astronómico El Leoncito y desde el 15 de mayo de 2009 es Director del Instituto de Ciencias Astronómicas, de la Tierra y del Espacio de CONICET. Además es asesor del Ministerio de Ciencia y Técnica.

 

Pertenece a varias asociaciones nacionales e internacionales y recibió importantes distinciones  como el premio “Bernardo Houssay”, del CONICET, el premio Laurel de Plata del Rotary Club de Buenos Aires y la distinción de honor de la República de Bolivia.

 

Hasta la fecha ha publicado 225 trabajos de los cuales 105 lo han sido en revistas internacionales que usan el sistema de árbitro y ha presentado trabajos en 50 congresos nacionales e internacionales de la especialidad.

 

Como miembro de la Unión Astronómica Internacional ha dictado conferencias y cursos en las universidades de Asunción del Paraguay, Bucaramanga en Colombia, Instituto Geofísico del Perú, Universidad de Quito, Ecuador, Paraguay, Costa Rica y Panamá


NOTA PUBLICADA EN EL NUEVO DIARIO EL 27 DE MAYO DE 2016

      

GALERIA MULTIMEDIA
Hugo Levato, doctor en Astrofísica.
1987 - Levato premiado por el CONICET. En la foto Hugo recibe el premio Houssay, que entrega la institución, de manos del Dr. Fangiotti. El otro hombre que aparece en la imagen es el Dr. Sadosky, Secretario de Ciencia y Tecnología de aquel momento. (Foto y datos gentileza Hugo Levato)
Futbolista en casa. En la fotografía Hugo Levato está haciendo payanitas con la pelota, que quedó fuera del encuadre. El fútbol fue su hobbie durante su adolescencia. Tal como se ve en la imagen, peloteaba hasta dentro de su casa. (Foto y datos gentileza Hugo Levato)
Hugo junto a su abuela paterna, Angela Audino. Angela nació en Conflenti, Calabria, Italia. En brazo de la mujer está la nieta más pequeña de la familia Andrea Levato, hija de la hermana menor del padre de Hugo. (Foto y datos gentileza Hugo Levato)
Hugo Levato en su primera comunión, junto a su hermana Lydia Aida y su prima hermana Virginia. La foto es de fines de la década de 1950. (Foto y datos gentileza Hugo Levato)
Esta foto tiene más de seis décadas. En la imagen aparece el pequeño Hugo Levato junto a su madre, Lydia Francisca Prio. La fotografía es del año 1948. (Foto y datos gentileza Hugo Levato)
Hugo Levato, doctor en Astrofísica.