Quevedo Mendoza. Una familia de escribanos, docentes y deportistas

 Descendiente de una tradicional familia puntana, Carlos Alberto Quevedo Mendoza llegó a San Juan gracias a su esposa, Mabel Rizzotti, que residía en esta provincia y fue maestra.
Él fue escribano y amante del deporte. Entre sus hijos y nietos hay varios herederos de sus vocaciones.

Nieto y sobrino de gobernadores puntanos
“Soy el cuyano más cuyano de todos”, decía Carlos Alberto Quevedo Mendoza. Y razón tenía. Nacido en San Luis, se casó con una sanjuanina, se vino a esta provincia y llevaba a “Mendoza” como segundo apellido. Él y su esposa, Mabel Rizzotti, le dieron vida a esta familia, que conjuga las historias de una tradicional familia puntana, además de la descendencia de inmigrantes italianos.

Carlos Alberto Quevedo Mendoza nació en San Luis, en 1913. Era hijo de Francisco del Rosario Quevedo y Luisa Andrea Mendoza y tenía tres hermanos mayores que él, Estela, Julio Argentino y Quevid. Tuvieron otro hermano más, Guillermo, pero falleció siendo muy joven a causa de una apendicitis, cuando todavía no existía la penicilina.

Francisco del Rosario, a quien en la familia apodaban “Pachaito” tenía campos en Pozo del Avestruz y se dedicaba a la ganadería. Por otra parte, Luisa era hija de Eriberto Mendoza, que fue comerciante y tuvo una destacada actuación política. Junto a sus hermanos Toribio y Gerónimo, organizó el Partido Autonomista Nacional en la vecina provincia y los tres fueron gobernadores. Eriberto asumió con solo 29 años y ocupó el cargo entre 1884 y 1887, luego fue diputado y senador nacional. Tal era la actividad política del hombre, que Luisa les contaba a sus hijos que mientras su padre era gobernador el sanjuanino Domingo Faustino Sarmiento visitó la casa de la familia.

De los cuatro hermanos Quevedo Mendoza, Quevid, a quien apodaban “el negro”, continuó con la actividad en el campo de su padre, y al igual que su abuelo materno se dedicó la política. Fue legislador de la provincia vecina a fines de los cincuenta. Además, Julio fue abogado y Carlos, escribano.

El lazo con San Juan
Fue gracias a su hermano Julio Argentino que Carlos llegó a San Juan. Julio se puso de novio y se casó con una sanjuanina, Estela Flores Doncel. Ella era amiga de Mabel Marta Isabel Rizzotti Martínez. A través de ese vínculo el escribano conoció a Mabel, que era nueve años menor, acababa de recibirse de maestra en la Escuela Normal Superior Sarmiento y era morocha ojos claros igual que él. Mabel era hija de Oscar Rizzotti, hijo de inmigrantes italianos y trabajador del ferrocarril, y de Martha Martínez, maestra. Además, tenía dos hermanos: Luis e Irma Beatriz “Chiquita”.

Carlos Alberto y Mabel se casaron en 1942 y desde ese momento vivieron juntos en San Juan. Él, para poder ejercer como escribano necesitaba un registro, para lo cual tenía que concursar. Así que, hasta lograrlo,  trabajó como secretario del Juzgado Federal, en ese momento ubicado en Catamarca entre Laprida y Avenida Libertador y a cargo del juez Carlos Cuello. Con el tiempo logró obtener, por concurso, su propio registro y en el ambiente todos lo conocieron como “Cachino”.

En 1943 nació el primer hijo de Carlos y Mabel, Carlos Alberto, a quien anotaron con el doble apellido, Quevedo Mendoza. Justo un año después, el terremoto cambió radicalmente la vida de los integrantes de la familia. Julio Quevedo se fue junto a su familia a Mendoza, y allí continuó viviendo luego su descendencia. Aparte, los padres de Mabel su fueron a Buenos Aires junto a su hija Beatriz, que hasta ese momento era la única soltera y que años después se casó con Enrique Gómez Centurión, que fue gobernador de San Juan en los setenta y ochenta.

A pesar de eso, Carlos y Mabel continuaron en San Juan y después de su hijo mayor, Carlos, llegaron otros tres: María Mabel, Ana Lía y unos años después Guillermo, quienes cariñosamente llamaban a su padre “Tati”.

Carlos Alberto fue vicepresidente del Consejo Federal del Notariado Argentino y presidente del Colegio Notarial durante cuatro periodos, tres en la década del setenta y uno en los ochenta. Durante su gestión la institución adquirió la sede que ocupa actualmente, sobre Mitre, entre Catamarca y Sarmiento. Aparte, tuvo una intensa actividad social, fue miembro del Rotary y presidente del Club Social de San Juan en dos oportunidades.

Mabel era sobre todo una mujer  emprendedora. Solo como maestra, trabajó en el departamento 25 de Mayo, en la ciudad en la Escuela Clara Rosa Cortínez, entre otros establecimientos y se jubiló como directora. Tejía, escribía, fue colaboradora de Casa Cuna y aprendió a tocar la batería. Además, restauraba muebles y abrió la casa de antigüedades Mari Castaña. Ella compraba muebles antiguos y los reparaba junto a colaboradores varios. Además, fue presidenta del Ateneo Cultural Paula Albarracín de Sarmiento, durante su gestión le cambiaron el nombre al Aeropuerto de Las Chacritas por Domingo Faustino Sarmiento.

Entre el fanatismo por Boca y el rugby
A la par de su vocación por la escribanía, Carlos Alberto Quevedo Mendoza fue un apasionado del deporte. Durante su adolescencia, hizo el secundario en un colegio en Buenos Aires y allí comenzó a jugar al fútbol. En una oportunidad, el equipo colegial jugó contra el de Club Atlético Boca Juniors, su favorito. Ese día su equipo le hizo tres goles a los azul y oro. Él fue responsable nada más y menos que de dos goles, así que desde el club de Boca le propusieron jugar para ellos. Sin embargo, él no se imaginaba haciendo una carrera profesional en el fútbol. Eso no cambió su pasión el club, al contrario, cuando nacía cada uno de sus hijos, su esposa les tejía un gorro o remera de boca. Además, en contra de la voluntad de sus padres, convirtió a los hijos de su concuñado Gómez Centurión y también a varios de sus nietos.

Además, en su provincia natal, San Luis, Carlos jugó para Juventud Unida. Cuando se vino a San Juan se hizo hincha y socio del Club Los Andes, fue miembro de la Liga Sanjuanina de Fútbol y socio del Mocoroa, le encantaba el boxeo. Además, fue el socio fundador número 12 del Club Amancay.

Esa pasión por el deporte fue la que heredó el menor de sus hijos, Guillermo, que se recibió de profesor de Educación Física en Santa Fe. Fue un apasionado  jugador de rugby y técnico, en San Juan, Santa Fe y España. Además,  fue presidente de la Unión Sanjuanina de Rugby durante seis años y fue vicepresidente de la Unión Argentina de Rugby (UAR).
Aparte,  uno de sus sobrinos, Martín Schusterman Quevedo jugó en el SIC (San Isidro Club) y se convirtió en una de los integrantes de la selección argentina, Los Pumas.

Herederos natos
Carlos falleció en 1997 y ese mismo año Mabel escribía, entre sus versos “Oración de gracias”. “Gracias porque viví una niñez esplendorosa,/ mis padres me enseñaron a vivir con poco,/ sin hacerme falta nada y haciéndome sentir mucho (…) Gracias porque me casé, formé,/ un hogar, pude concebir y … ¡ser madre! (…) Gracias Señor porque, saludable, pude trabajar,/ durante toda mi vida y porque aún puedo/ ayudar con una mano, una palabra, un beso (…) Gracias por las alegrías que me brindaron/ hijos, nietos, ahijados, por los viajes y descansos/ con que me gratificó la vida (…)”. Ella falleció en 2010.

De diferentes maneras, sobre todo a través de la escribanía, el deporte y la docencia, el legado de Mabel y Carlos sigue vivo con sus hijos.

Carlos, el mayor, es escribano igual que su padre. Él es padre de los mellizos Carlos Alberto Quevedo Gastaldi, fallecido; y María Florencia Quevedo Gastaldi, que vive en Córdoba y tiene dos hijos: María Paz y Pedro Ellena Quevedo; y Juan Cruz Quevedo Gastaldi, licenciado en Administración de Empresas, padre de Cristóbal Quevedo Rodríguez.

María Mabel vive en Buenos Aires y tiene cuatro hijos. El mayor es Gastón Schusterman Quevedo, licenciado en Administración de Empresas y padre de  Maximiliano, Nicolás y María Pía Schusterman Massa. El segundo es Martín Schusterman Quevedo, diseñador gráfico, ex Puma, padre de Ema, Olivia y Mora Schusterman Giargia. La tercera es Mariana, contadora, que vive en Estados Unidos y es madre de Tomás, Valentino y Giuliano Manccinelli Schusterman; y la menor es María Victoria Schusterman Quevedo.

Ana Lía, maestra como su madre, egresó de la Escuela Normal Sarmiento cuando la promoción de Mabel cumplió 25 años. Trabajó en el Colegio Fray Mamerto Esquiú y en el terciario de la Escuela de Enología. Ella es madre de Federico y Ana Paula Fagale Quevedo. Ambos, al igual que su abuelo, son escribanos. Además, Ana Paula es madre de Alejo y María Sol Olguín Fagale.

Guillermo Oscar, a la par de la actividad deportiva, incursionó en ek periodismo en Diario de Cuyo. En 2013 fue declarado vecino ilustre por la municipalidad de la ciudad de San Juan. Él es padre de Emiliano y María del Pilar Quevedo Barilari, comerciante, jefa de ventas en Corte inglés,  es madre de Uma y Noa Rodríguez Quevedo. Todos  viven en España.


        

GALERIA MULTIMEDIA
Carlos Alberto Quevedo Mendoza junto a su esposa, Mabel Rizzotti Martínez.
Carlos Alberto Quevedo Mendoza Rizzotti junto a Cristina Gastaldi y sus hijos Carlos Alberto, Florencia y Juan Cruz.
Guillermo Quevedo junto a María del Pilar Quevedo Barilari, su esposo José Luis Rodríguez, Emiliano Quevedo Barilari y las pequeñas Uma y Noa Rodríguez Quevedo.
Ana Lía Quevedo Mendoza junto a sus hijos Federico y Ana Paula Fagale, Oscar Fagale y los pequeños Alejo y María Sol Olguín Fagale.
Los Quevedo Mendoza Rizzotti. Arriba aparecen Carlos Alberto Quevedo hijo, Mabel Rizzotti y su esposo Caros Albero Quevedo Mendoza y Guillermo Quevedo. Abajo están las hijas, Mabel Quevedo y Ana Lía Quevedo.
Oscar Rizzotti, hijo de inmigrantes italianos, padre de Mabel Rizzotti.
Los Quevedo Mendoza / En una juntada familiar, el 23 de octubre de 1941. Sentados, de izquierda a derecha, aparecen: Julio Quevedo, su esposa Estela Flores Doncel, Martha Martínez de Rizzotti, Luisa Mendoza de Quevedo, Estela “Lela” Quevedo y Tito Sánchez. Parados están: Rosario Quevedo, Mabel Rizzotti, Agustín Gómez, María Luisa Morchio de Gómez, Oscar Rizzotti, Gilberto Flores, Mecha Doncel de Flores, entre otros.
Martha Martínez de Rizzotti.
Mabel Rizzotti y Carlos Quevedo Mendoza junto a su hijo mayor, Carlos.
Mabel Rizzotti Martínez junto a su esposo, Carlos Quevedo Mendoza.
La familia Rizzotti / La joven más alta que aparece en esta foto es Mabel Rizzotti. Junto a ella están sus primos y abuelos paternos, el italiano Luis Rizzotti y su esposa María Babolin.
Torneo de Golf: Carlos Quevedo Mendoza, Jorge Blauzwirn, Jorge Pazo, Luis Garro, Rodolfo Magri, Oscar Valdivieso, Guillermo Masciarelli, Luis Tazzioli y Carlos Garro.
Guillermo Quevedo, precandidato a Intendente por Capital por el Frente para la Victoria, línea Ruperto Godoy, durante el primer debate en el programa La Ventana
Cumpleaños de Irma Sánchez de Rabbi Baldi. En la foto están Mabel Quevedo, Tito Landa, G. Moya, Ernesto Moyano, Irma, Josefina, María Inés Landa y Alfredo “Pico” Rabbi Baldi. La foto es de 1999.
Los 40 años de Mariano Olguín: Ana Lía Quevedo, Federico Fagale, Laura Jakowczyk, Natalia Villegas, Javier Balverdi, Orlando Allende y María Beatriz Vaca Pringles.
Francisco del Rosario Quevedo, puntano y padre de Carlos Alberto Quevedo Mendoza. Y Luisa Andrea Mendoza, hija de Eriberto Mendoza, que fue gobernador de San Luis a fines del siglo XIX.