Ricardo Zunino: Un sanjuanino en la Fórmula Uno

Corrió en Fórmula 1 y le tocó reemplazar nada menos que a Niki Lauda, fallecido el 20 de mayo de 2019. Entrevista a Ricardo Zunino realizada por Juan Carlos Bataller en marzo de 2019 para el ciclo "Qué hiciste con tu vida".


-Comencemos hablando de tu niñez en San Juan.

-Soy un sanjuanino que adora la provincia y desde muy chico  disfruté el hecho de vivir acá, en la zona de Desamparados. Practiqué deportes, fui a la primaria y secundaria.

-Te recuerdo en la Escuela de Comercio. Ya eras un personaje conocido, venías de una familia que manejaba empresas y además empezabas a incursionar en el automovilismo.
-Sí, correcto. Un agradecimiento especial a mis padres por las oportunidades que me dieron. Desde chico me gustaron mucho los deportes. Hice fútbol en Sportivo Desamparados, llegué a jugar en primera con 17 años; jugué al rugby y después empecé con el automovilismo.

-Llegaste a jugar en la primera de Sportivo.
-Sí, era el presidente Pepe Tourres en esa época. Después tuve que dejar todo eso y me aboqué específicamente al automovilismo, al que le dediqué gran parte de mis años.

-¿Dónde hiciste la escuela primaria?
-En la Normal Sarmiento.

-Siempre escuela pública, qué buenas que eran las escuelas públicas.
-Una maravilla, y el respeto que había por el docente. Existía una ley no escrita, de una ética y moral del docente. En este momento al docente se le falta el respeto en muchos aspectos.

-Entonces, de pronto todos los otros deportes se eclipsan y entrás en el automovilismo.
-Sí, una cosa lleva a la otra en la vida. Empezamos a correr acá en Argentina, fuimos progresando y siempre con la mente en poder correr en Europa, la ilusión de ir un poco más allá.

-¿Vos corrías con Fiat acá, no?
-Sí.

-¡La cantidad de gente que convocaba el automovilismo en ese tiempo! No sé si hoy seguirá siendo igual, pero aquello era una pasión.
-Había un fervor por el automovilismo y había muchas categorías importantes en Argentina. El Turismo Carretera era una de ellas y llevaba muchísima gente; había muchísimos autos, equipos. Al argentino siempre le gustó el automovilismo y creo que actualmente también, es un deporte que atrae.

-Veo que hay diferentes canales que emiten carreras pero no veo la misma pasión, tal vez porque uno cambió.
Y los tiempos han cambiado, pero en esa época se corrían los grandes premios y se paraba el país.
-Recuerdo habernos levantarnos a las 11 de la noche, hacer un asado de madrugada, después ver pasar un auto echando chispas sobre el pavimento. Era ver eso y nada más. Y era importante en esa época porque generalmente se buscaba también llevarlo a lugares donde había poca civilización, lugares inhóspitos de nuestro país. En aquella época se hacían carreras largas en la Patagonia, por ejemplo, y el sur no era lo que es ahora. Fue también una manera de ir colonizando nuestro país, de ir llevando cosas.

-Había un Automóvil Club que era importantísimo.
-Y el sistema de radio que tenía el Automóvil Club distribuido en todo el país, eso era importante. Las estaciones de servicio, los moteles.

-¿Qué te motivaba a subirte a un auto y largarte a la velocidad?
-Eso está en el espíritu de cada uno. En esa época yo trataba de hacer lo mejor que podía. Me levantaba con un itinerario de diez cosas para hacer. Hacía nueve cosas bien, una más o menos y me acostaba pensando en esa cosa que hice más o menos. Es vivir siempre con una piedra en la cabeza, pero es la manera de poder progresar en la vida, en cualquier actividad, y más en el deporte. Si no sos obsesivo no podés llegar a estar entre los mejores. Lógicamente hay que sacrificar muchas cosas para eso, dedicarle prácticamente todo el tiempo.

¿En aquel tiempo el piloto contaba más que hoy?
-En mi época, para llegar a correr en Fórmula 1 ya tenías que ser un hombre, necesitabas una experiencia muy grande y era difícil llegar. Actualmente llegan muy jóvenes, porque las situaciones, los reglamentos, circuitos y la manera de gestionarse han cambiado. Nosotros éramos profesionales, ellos son súper profesionales, pero llegan mucho más jóvenes. Ahora han puesto un límite y ninguno puede correr con menos de 18 años. Si no había límite iban a empezar a correr chicos de 15 y 16 años. Están rodeados y protegidos de una manera en la que nosotros no estábamos. Primero, las medidas de seguridad que hay actualmente en los circuitos, en los autos, todo es excepcional. Nosotros convivíamos con la muerte. El promedio de muerte de los pilotos de Fórmula 1 hasta la década de 1980 era de 1 por año sobre 26. Ahora prácticamente han pasado 9 o 10 años sin un accidente fatal. Entonces, llega gente muy joven que sabe los abdominales que tiene que hacer, sabe el ejercicio físico que necesita para prepararse, tienen todo un sistema de managers que los protegen.

-Pero, por ejemplo, por hablarte de un tipo como Fangio que fue cinco veces campeón, hoy, alguien así, ¿podría correr en un Fórmula 1?
-Las épocas han cambiado, pero era un piloto extraordinario. Cinco veces campeón del mundo es una maravilla, es un ídolo, un ejemplo argentino para nosotros. Creo que la capacidad está, lo que pasa es que los autos han cambiado.

-Fangio llegó a ser campeón del mundo cuando ya era grande para ser corredor.
-Creo que actualmente la Fórmula 1 tiene un desgaste muy grande. El que empieza a los veinte termina a los treinta y pico. Pero creo que una persona está capacitada y en mi época había personas de cuarenta años que corrían. Aunque, cuando uno tiene esa edad hay mucha gente atrás que viene pidiendo lugar. La edad es importante pero todo depende de la parte mental también.

-Ahora, cada vez más, da la impresión de que es algo montado. Solamente hay determinada escudería, hay una realeza, y si integrás un equipo cumplís ciertos objetivos ya prefijados.
-Sí, es algo súper profesional. Desde que intervino (Bernie) Ecclestone, que tomó el control del management de la Fórmula 1, transformó un kiosco en McDonald`s. Hicieron algo impresionante. Está en todos los canales de televisión del mundo y la audiencia que tiene es fabulosa. Está todo predeterminado hasta que interviene el factor humano. Ellos pueden programar todo, pero resulta que hay alguien que interpretó mejor el reglamento en la parte de ingeniería y le sacó tres meses de ventaja a los demás. Y por ahí surge un piloto que tiene ciertas habilidades y un mejor auto que los otros, también saca cierta ventaja. El elemento humano siempre es preponderante, por más que se tenga todo programado.

-Antes de llegar a Fórmula 1 ¿corriste en otras categorías en Europa, verdad?
-Sí, empecé a correr en el Campeonato Europeo de Fórmula 2, porque no se puede llegar a la Fórmula 1 de manera directa. Es como ir a la facultad, hay que comenzar por el principio. Después corrí en la Fórmula 1 inglesa, que usaba los autos del año anterior de la Fórmula 1 y con el mismo compuesto de goma para abaratar  la categoría y que no fuera tan onerosa. Era la manera que ellos tenían para preparar pilotos que se acostumbraran a la potencia en esa categoría.

-En 1981 o 1982 yo estaba en Italia y fui a una presentación de la Ferrari. Pude charlar un rato con Lorenzo Ferrari. Ahí presentaban los pilotos, todo, pero el personaje seguía siendo Lorenzo.
-En un momento determinado, de los ingresos que repartían en la Fórmula 1, tengo entendido que Ferrari recibía el 50%. Me acuerdo que, cuando Ecclestone quería hablar con Ferrari, él iba a verlo; él volaba a Italia.

-¿Y cómo se dio tu ingreso a la Fórmula 1? Me imagino que primero tenés que tener muy buenos sponsors porque sentarse en un auto de carrera es costosísimo.
-Conseguir sponsors es muy difícil, en nuestra época era complicado.

-Y acá tenías YPF...
-Tuve mucha suerte sinceramente. Yo estaba en el Automóvil Club para ver una carrera de Fórmula 1 y Ecclestone estaba ahí. Me presenté y le dije que quería correr en Europa. Fue en un pasillo, se quedó mirándome. Le dijeron que yo era un chico argentino que había ganado varios campeonatos acá y me dio una tarjeta. Ahí empezó la relación. Me contactó con Max Mosley, que era el dueño de March, y ahí hice el primer año de Fórmula 2 en Europa. Luego, por otras circunstancias, empecé a tener con él una relación más fluida. Después ya estaba permanentemente con él y me llevaba a todas las carreras. Realmente lo que hice lo logré gracias a él. Yo hice mi esfuerzo pero él me correspondió. Corrí las tres primeras carreras de Fórmula 1 sin un sponsor. Así que en ese aspecto mi agradecimiento hacia él porque me dio la oportunidad. Yo también la busqué e hice los méritos suficientes como para poder hacerlo, pero es un hombre que se portó bien conmigo.

 -¿Tu debut fue en Canadá?
-Exacto, en Montreal.

-Creo que hubo algo de casualidad para que pudieras debutar ese día.
-Yo no sabía. Lo que pasa es que el contrato de Lauda (N. de la R: Niki Lauda, campeón del mundo de Fórmula 1) terminaba el día viernes. La carrera se corría el domingo y el viernes era el primer turno de clasificaciones. Ecclestone ya me había preparado, me había hecho probar varias veces los autos. Me dijo: “tenés que estar si o si en Canadá”. Como siempre íbamos en el avión de él, él se aseguró de que yo estuviera. Él tenía la duda de que Lauda le dijera: “hasta aquí llegue”. Entonces se dio un debut un poco cinematográfico, extraño pero bien. Antes de empezar el primer turno de clasificación, Lauda le dijo que no corría más. Niki le dijo: “lo tenés a Ricardo, así que no vas a tener problema”. Entonces me empieza a buscar a mí y yo justo me había ido porque tenía problemas con la visa para entrar a Estados Unidos, había ido a buscar el pasaporte. Y lo veo entrar a Lauda en el hotel que quedaba cerca del circuito, caminando. Me miró pero no me dijo nada. Te imaginás, inmediatamente yo salí corriendo al autódromo. Cuando llegué me di cuenta que me estaban buscando. Faltaban quince minutos para que terminara la clasificación y Ecclestone me dijo “¿dónde te metiste? Ahí está el auto para vos”.

-El sueño del pibe…
-Y yo no tenía mis cosas, las había dejado en Londres, no sabía nada. Y él me dijo: “Niki te ha dejado el buzo y el casco, pero ya no hay tiempo, esperemos hasta mañana”. A veces uno toma decisiones equivocadas y otras veces acertadas, y dije: “si hay tiempo”. Entonces fui y me puse como pude los zapatos de Lauda, todo, y me subí cinco minutos antes de que terminara la clasificación y di dos vueltas nada más. Pero eso me sirvió para tener el antecedente de que yo estaba ahí, porque no sé qué hubiera pasado si esperábamos al otro día. Por todas las presiones, iban a  buscar otro piloto. Clasifiqué y el domingo corrí una carrera muy buena. Llegué  a estar cuarto, todos felices y yo estaba en las nubes.

-Cuando te subís  a un Fórmula 1, ¿tenés sentido del riesgo que corrés o la pasión se impone por sobre todo?
-Uno no piensa en eso. Cuando sos deportista profesional, psicológicamente querés llegar a lo máximo. Y lo que es mío es mío y lo de los demás también es mío y es una lucha tremenda. Lógicamente hay momentos en los que uno está en frío y sabe lo que se está arriesgando.

Vos recién mencionabas a Niki Lauda, lo que sufrió ese hombre y sin embargo vivió.
-Lauda es una persona de mente muy dura.

-Muy fría, un austriaco cerrado.
 -Sí, a él le dieron la extrema unción después del accidente que tuvo. Estaba muy mal y a los 45 días corrió de nuevo. Es un hombre admirable porque cuando empezó, por lo que me contaron algunas personas del ambiente, no tenía mucho talento. Es el mejor piloto que yo he visto en puesta a punto de auto, en conocimiento y aparte rápido. Un verdadero profesional y un gran campeón.

-Para correr hay que estar físicamente muy bien.
-Sí, en todo deporte en el que uno llegue a lo máximo hay que estar fijándose en todo. Cualquier cosita hace la diferencia, así que hay que estar bien físicamente. Hay que ser muy obsesivo en todas las cosas, no dejar nada librado al azar en la medida en que uno pueda. Es la manera de poder llegar a los objetivos que uno se propone.

-Recuerdo que la gente decía “Reutemann es un pecho frío, salió segundo”. Tener un subcampeón del mundo de Fórmula 1 y pensar así…, pero esa es la mentalidad del hincha.
-Es la mentalidad del hincha y los argentinos somos un poco pasionales. Carlos fue un excelente piloto, ganó doce Grand Prix. Estuvo doce años corriendo en Fórmula 1, es importantísimo lo que hizo.

-¿Qué pasa cuando un corredor de Fórmula 1, una persona obsesivamente dedicada a eso, se tiene que bajar del auto?
-Es un tema serio. Está acostumbrado a producir mucha adrenalina y de repente se corta. Entonces más o menos se tarda dos años en que eso se vaya del organismo. Es como una adicción. Uno busca otras cosas  y hay algunos que tienen más suerte de encontrarlas que otros. Después de que pasan los dos años, surge un problema psicológico pero depende de la personalidad de cada uno cómo manejarlo.

-¿Qué hiciste después de la Fórmula 1?, porque me imagino que ahí se acababan parte de los grandes sueños.
Y si, se te termina algo muy importante y es complicado.

-No podés volver a correr en un Fiat.
-Cuando se complicó el tema en Europa, Ecclestone me dijo “te pongo en Estados Unidos para que corras y después volvés. Vemos cómo hacemos”. No sé qué me pasó, tuve un click y dije: “No, no corro más” y nunca más corrí. Fue algo mental y tenía muchas oportunidades porque él me colocaba en Estados Unidos para que corriera y sin embargo dije que no y nunca me arrepiento. Si me hubiera quedado a lo mejor mi vida no hubiera sido la que fue y es ahora, hubieran cambiado cosas. Así que no hay que arrepentirse de eso. Estoy muy contento y feliz de todo lo que hice, creo que hice bien.

-Después de eso, ¿cuáles fueron tus experiencias?, ¿te volviste a San Juan?
-Estuve dando vueltas por el mundo, viví en Brasil.

-¿Trabajaste en Brasil?, ¿tenías algo?
-Sí, tenía algo y aparte todavía viajaba mucho a Estados Unidos y a Europa, entonces me quedaba más cerca también, era más fácil. Pero siempre tuve un gran cariño y amor por la zona de Calingasta. Llegó un momento en el que empecé a venir, primero el 20% de mi vida, después el 30%, el 40% y ahora estoy el 99% de mi vida allá.

-¿Y ahí nace la pasión por los caballos?
-Yo siempre tuve caballos, pero descubrí un deporte. Un día llegó el fiscal Jorge Correa, él tenía casa en Barreal y me dijo: “corrí unas carreras en Buenos Aires de endurance”. Le dije: “es un deporte milenario de los árabes, ya lo conozco”. “Bárbaro”, me dijo. Con unos amigos hicimos un club y empezamos a hacer carreras acá. Yo tenía a mi hija que en esa época tenía 8 años y por estar con ella, la empecé a hacer participar del tema. Una cosa fue llevando a la otra y después empezamos a correr carreras internacionales. Ella fue creciendo en ese deporte, corrió panamericanos, mundiales en Francia, después fue a correr a Dubai.

-Pero vos también ganaste varios premios.
-Salí campeón argentino.

-O sea que naciste para correr.
-Me gusta la competencia, me estimula. Con los caballos es importante la relación que uno tiene. El caballo es un compañero del hombre importantísimo a través de los siglos y el hecho de estar con ellos, a mí me ayuda mucho a llevar una vida alegre. Yo ando dos horas por día a acaballo, más o menos, y sigo compitiendo  a pesar de los años que tengo.

-¿Son caballos especiales, no?
-Sí, los caballos árabes son muy inteligentes y genéticamente tienen una gran resistencia para las carreras de larga distancia, 80, 120 y 160 kilómetros. Son caballos muy especiales.

-Ahora, ¿un jinete aguanta 160 kilómetros?
-Hay que estar preparado. Yo todavía no he corrido ninguna de 160 y espero poder hacerlo, pero hasta 120 he llegado.

-Y de pronto tu hija hizo también toda una profesión de las carreras.
-Sí. A ella le gustan mucho los animales y bueno, salió campeona argentina. Corrió en el equipo argentino en el mundial de Francia, después la invitaron a correr en Dubai. Fue y estuvo dos o tres meses  y después ha seguido yendo, ya es la quinta vez que va. Le gusta mucho así que enhorabuena. Es un ambiente de deporte, de esfuerzo, que le hace muy bien a la gente joven. Aparte aprenden que en la vida para lograr las cosas hay que esforzarse y trabajar.

-Es difícil imaginar a alguien como vos, con pasión por la velocidad, que llegó a estar en lo máximo arriba de un automóvil, en ese paisaje bucólico de Barreal, instalado el 90% del tiempo.
-A mí me gusta mucho. Es mi lugar en el mundo, no me arrepiento, soy muy feliz ahí.

-¿Estás casado?
-No, estoy soltero en este momento. Estoy disponible (se ríe).

-¿Vivís solo?
-Vivo solo.

-Todavía podés correr alguna carrera.
-Sí. Estoy mucho tiempo con los caballos. El caballo es tan inteligente o más inteligente que un perro, lo que pasa es que no es gestual. El perro mueve la cola y ese tipo de cosas. Los caballos comprenden mucho y hay que convivir con ellos. Lo que pasa es que como es tan grande, uno no lo puede tener adentro de la casa.

-¿La cría de caballos es un negocio posible desde San Juan?
-Hay gente que lo hace, yo no lo hago. Yo solo me dedico a amansar caballos nuevos y prepararlos para enduro, clasificarlos y correrlos.

-¿Cómo fue tu experiencia de reinserción en San Juan?
-Indudablemente no fue fácil. Pero cuando uno tiene afectos, quiere a los amigos que ha tenido en la infancia, y tiene afecto por lo que nos ha dado nuestro San Juan, creo que todo es mucho más sencillo. Por supuesto, nos falta más conexión con el mundo. Este es un país que ha tenido problemas, hemos estado muy desconectados. Eso a veces choca, pero bueno, creo que ahora con el tema de las comunicaciones y toda la tecnología que hay, uno puede vivir en la punta de una montaña y estar conectado con el mundo. Me acuerdo cuando empecé a ir a Barreal, había un solo teléfono público.

-A lo largo de tu vida has vivido diferentes experiencias y podés decir que has jugado en primera división en varios aspectos. La pregunta de cajón es si, en resumen, has sido feliz.
-Yo estoy muy contento, he sido feliz. Creo que ahora estoy muy feliz. Estoy viviendo una vida para mi muy linda, tengo buenos recuerdos. Tenga una linda hija que es mejor que yo, así que no puedo quejarme. Creo que si miro para atrás, por supuesto tengo muchos objetivos que no pude cumplir, pero uno con los años aprende que lo importante es intentarlo.

-¿Le tenés miedo a los años, a la vejez?
-No, no creo mucho en este tema de la parábola de la vida. Creo que los años le van causando a uno cierto tipo de limitaciones pero si uno es inteligente y los sabe aprovechar, uno puede ser mejor persona, puede corregir ciertas cosas. Pero los años no dan más inteligencia. Si uno es tonto de chico va a ser tonto cuando sea viejo. Con los años uno tiene la posibilidad de analizar las cosas con otra perspectiva, un poco más de reflexión. Uno puede ser mucho mejor mientras más años tenga.

-Y cuando hablás de esto hablás de todo, hasta en el amor.
-Por supuesto, no hay que ponerse límites. Existían antes ciertos dogmas: “si tenés tantos años, sos una cosa; si tenés tantos años, sos otra”. Creo que no es así. Me gusta la vida que estoy haciendo y estoy satisfecho mirando para atrás. Tengo muchos proyectos y planes.

-Esta nota siempre termina con una canción que elige el entrevistado, ¿cuál es tu canción?
-Soy un gran admirador de los ingleses en la música. Me gusta la música de los años ochenta, pero incluso  soy admirador de Bach y de toda la música clásica. Me gusta todo lo que sea The Beatles, Lennon,  McCartney, Rod Stewart y Elton John, me gustan mucho.

Como lo vi
A esta altura de su vida y su carrera profesional hay algo que este periodista tiene muy claro: hay productos para consumo interno, productos para mercados nacionales y algunos pocos productos  que pueden tener inserción internacional.
Si esto pasa con los productos, el mercado es aun mucho más exigente cuando hablamos de profesionales.
Cuando vemos que un ingeniero, un arquitecto, un médico, un poeta, un músico o un deportista trascienden las fronteras provinciales, debemos al menos alegrarnos por su éxito. No es lo mismo dirigirse a los 700 mil sanjuaninos que a los 45 millones de argentinos. Mucho menos cuando en el escenario mundial hay más de 700 millones de seres humanos observando.
Ricardo Zunino es de los pocos sanjuaninos que llegaron a competir en la máxima categoría del automovilismo mundial. Es, sin duda, un punto de referencia insoslayable cuando de automovilismo se habla. Y si San Juan tiene dos autódromos, tiene  que destacar esa presencia protagónica.
Hablar con Ricardo es siempre un gusto. Oírlo hablar de su amor por los caballos, su pasión por las competencias de endurance, es introducirse en un mundo con inserción internacional.
Hoy, cuando dobló la curva de los 70 y está en forma casi permanente en Barreal, su lugar en el mundo en esta etapa, siguiendo las actuaciones internacionales de su hija Santina, es realmente un lujo esta charla con él.
JCB

Esta entrevista fue emitida el día 3 de mayo en el programa La Ventana

GALERIA MULTIMEDIA
1970 – Ricardo Zunino en su coupé con el número 26. En mayo, corrió en la "Vuelta de Salto" su primer carrera en el reciente TCA, al mando de una Fiat 1500 Coupe de la Scuderia de Concesionarios. Llegó 3º. Foto: Alejandro Rodriguez – para página del Face por las huellas del TC
Ricardo Zunino hoy, recordando maniobras.
La familia Zunino siempre disfrutó de los animales, en especial de los perros. Quien aparece en esta foto es Ricardo Zunino, en el fondo de su casa, con una de las mascotas que tuvieron, un perro Chow Chow.
Ricardo Zunino
1979 – Ricardo Zunino en la F1 / Ricardo Zunido había nacido en San Juan el 13 de abril de 1949. Tuvo una destacada actuación en el Turismo Nacional, en el que había sido Campeón Argentino de la Clase C en 1975 y 1976. En 1979 se convirtió en el primer sanjuanino en correr en Fórmula 1. Su ingreso a esta categoría fue inesperado y sorpresivo. Sin aviso previo, el 30 de septiembre de 1979, en el Gran Premio de Canadá, terminó piloteando el Brabham BT-48 rojo, que ya había salido a pista pero con otro piloto. Era nada menos que el austríaco Niki Lauda, que después de la primera ronda de clasificación, renunció. Zunido terminó séptimo en esta carrera y permanecería en la F1 hasta 1981. Su ingreso a la categoría fue nota de tapa en numerosas publicaciones nacionales, como la que muestra esta foto.
Ricardo Zunino cuando comenzó a competir en la Fórmula 1.
Ricardo Zunino fue entrevistado por Juan Carlos Bataller en el ciclo Qué hiciste con tu vida. La entrevista fue emitida el 3 de mayo de 2019 en el programa 3501 de La Ventana.
1979- Ricardo Zunino llega a la Fórmula 1 / Esta foto fue tomada el 30 de septiembre de 1979. Ese día el piloto Ricardo Zunino pasaría a ser el primer sanjuanino en participar en carreras de Fórmula 1. Invitado por Bernie Ecclestone, dueño del equipo Brabham, al Gran Premio de Canadá, Zunino terminó reemplazando nada menos que a Niki Landa quien después de disputar la primera ronda de clasificación, decidió retirarse. En Argentina Zunino venía de una destacada actuación en el Turismo Nacional, en el que había sido Campeón Argentino de la Clase C en 1975 y 1976. En la competencia en Canadá, Zunino terminó con un digno séptimo lugar, piloteando el Brabham BT-48 rojo que tuvo que ser adaptado a último momento para el reemplazante. Corrió con la misma escudería en 1980, en el Gran Premio de Francia., y a partir de 1981 piloteó para Tyrrell. Compitió en 11 grandes premios. Su última carrera en Fórmula 1 fue en 1981 en la Argentina.
1979 – Ricardo Zunino en la F1 / Ricardo Zunido nació en San Juan el 13 de abril de 1949. Su ingreso a la F1 fue inesperado y sorpresivo. Sin aviso previo, el 30/11/1979, en el Gran Premio de Canadá, terminó piloteando el Brabham BT-48 rojo, que ya había salido a pista pero con otro piloto. Era nada menos que el austríaco Niki Lauda, que después de la primera ronda de clasificación, renunció. Su ingreso a la categoría fue nota de tapa en numerosas publicaciones nacionales, como la que muestra esta foto.
Ricardo Zunino