Juan José Méndez es el precursor de la vocación por el deporte en su familia. Fue entrenador y DT de varios equipos de fútbol y hockey sobre patines y de la selección argentina de la última disciplina. Sus hijos Alejandro y Mauricio fueron jugadores y técnicos de vóley y su nieto Lucas Méndez es director Nacional de Triatlón.
Juan José Méndez De Socio es un hombre sumamente inquieto. Aunque en San Juan es reconocido por acompañar varias victorias de la selección masculina de hockey sobre patines de Argentina, entre otras actividades deportivas, también fue maestro y director de escuela.
Incluso mientras vestía el guardapolvo blanco, y estudiaba ingeniería, hizo trabajos de albañilería. Él se casó con una compañera de vocación, la maestra Raquel Adriana Carrera y este matrimonio dio origen a una familia íntimamente ligada al deporte, con ciertas vetas artísticas. Entre sus hijos están Alejandro y Mauricio Méndez, que fueron jugadores y técnicos de vóley y entre los nietos se encuentran el triatleta Lucas Méndez, el cantante Nahuel Méndez y la bailarina Itahisa Méndez.
Herreros, exportadores y comerciantes en sus orígenes
Juan José “Pepe” fue el penúltimo de los diez hijos de Ángela María De Socio y Juan Arturo Méndez. La familia Méndez se dedicaba la metalurgia, a los trabajos de herrería artística y también eran carroceros. Juan Arturo, que nació en 1888, solía recibir en su casa tropas de carros, se ocupaba de hacerles el llanteado colocándoles acero en las ruedas para que estas no se rompieran. Primero tuvo sus talleres en Trinidad y luego se mudó a Santa Lucía. Su mujer, Ángela, trabajaba intensamente a la par suya. Además del taller de herrería, tenían un almacén de ramos generales en la misma casa y ella era la encargada del local. Cuando llegaban las tropas para reparar los carros, se ocupaba de ofrecerles todas las provisiones que necesitaban.
Aparte de la herrería, Juan Arturo incursionó en el rubro del transporte. Según la familia, él fue el propietario del primer ómnibus de San Juan, que era conocido como “Flor de durazno”, porque estaba pintado de rosa y con flores de durazno. Esto fue a mediados de la década de 1910, el recorrido del vehículo era entre Punta de Rieles y la Avenida Rawson y además del conductor tenía un cobrador, que era Gabriel Faustino Sánchez.
Cuentan que, en una oportunidad, el chofer del colectivo se pasó de copas festejando su cumpleaños y como Juan estaba muy ocupado con sus tareas de herrería fue Ángela quien se hizo cargo del recorrido y condujo el ómnibus.
Juan nació en San Juan, era descendiente de españoles. Su mujer era italiana, oriunda de Campobasso, una localidad ubicada cerca de Nápoles. En Europa la familia de Ángela tenía una buena posición económica, su padre era exportador de frutas. A fines del siglo XIX el empresario decidió venir con su familia a Argentina porque creía que manejar su negocio desde este lugar sería más rentable.
Los De Socio se instalaron en Mendoza y después de que falleció la madre se vinieron a San Juan. Cuando Ángela y Juan se casaron ella tenía quince años y él veintiuno. Sus hijos fueron: Esther, Cristina, Dina, Blanca, Ilda, Amalia, Rosa, Luis, Juan José y Miguel.
El maestro soñador
Juan José Méndez fue el primer hombre de sus diez hermanos, después de siete mujeres, y se formó en la Escuela Normal San Martín, de allí egresó como maestro normal regional. Con 18 años empezó a trabajar en la Escuela Nacional Nº 30, hoy Julia León, donde luego fue vicedirector y director. A la par, ingresó la carrera de ingeniería hidráulica. Fue un tiempo difícil, de esfuerzo y muchos sacrificios.
Su padre enfermó y quedó inhabilitado para seguir trabajando en su taller, así que el resto de la familia redobló las energías para salir adelante. Las hermanas ingresaron a trabajar en diferentes comercios y José, además de dar clases y estudiar, hacía trabajos de albañilería, así que tuvo que dejar la facultad. Era mucho el esfuerzo repartido entre los dos trabajos y el estudio. Pero, en medio de las pálidas, Pepe conoció a Raquel Carrera, que también era docente. Ella dio clases en la escuela Antonio Torres de Pocito, en la Nacional Nº 29, en Zonda y terminó en la Escuela Eugenia Belín Sarmiento, donde fue vicedirectora.
Pepe y Raquel se conocieron, en gran parte, gracias a la Escuela Julia León. Allí él era prácticamente el único hombre y el más joven, por eso era el mimado por el resto de las docentes. Además, ahí trabajaban dos tías de Raquel, Emilia Carrera de Touris y Amelia Carrera de Ovalles, que fueron quienes le presentaron a su sobrina durante una excursión escolar. Ella era hija del doctor José Alberto Carrera Mariel y de Alicia Fuentes Martínez.
Después de dejar ingeniería, Juan José redobló su apuesta. Desde chico hizo todo tipo de deportes, básquet, fútbol, vóley, wáter polo, rugby y pelota paleta. Cualquiera fuera la cancha en que jugara, él sabía defenderse. Así fue que decidió estudiar educación física. Como la carrera no estaba en San Juan se fue a Buenos Aires e ingresó al Instituto General Belgrano. Trabajaba, estudiaba y, además, incursionó como jugador de fútbol en las inferiores de Lanús.
El profe y director técnico
Un par de años después regresó a San Juan y encaró numerosos proyectos. Por un lado el de casarse con Raquel, con quien tuvo cuatro hijos: Guillermo, Gerardo, Alejandro y Mauricio. Además, empezó a trabajar en diferentes escuelas como profesor de educación física, tenía sus horas repartidas entre varios establecimientos, en esa época no había muchos docentes preparados para esa área. Dio clases en la primera de las escuelas Camilo Rojo de Albardón, Ernesto Bavio, Necochea, Rivadavia, Normal Superior Sarmiento y Antonio Torres. En el secundario enseñó en la Escuela de Comercio, el Colegio Nacional, la Escuela Industrial, en el ISEF (Instituto Superior de Educación Física) y en el Colegio San Francisco de Asís, fue uno de los profesores fundadores de esa institución y trabajó allí durante 45 años.
Mientras trabajaba en las aulas comenzó a incursionar en el ámbito deportivo. Empezó por ser preparador físico en fútbol y, como eso le parecía poco, decidió hacer un curso en A.F.A. para ser director técnico. Sus primeras incursiones como técnico fueron en el Club Peñarol, a fines de los cincuenta. Después estuvo en clubes de Rosario y Buenos Aires, en San Martín, en el Atlético de la Juventud, Atlético Los Andes, Colon Junios y en Sportivo, ahí logró el primer ascenso al nacional, en 1969 y participó en los torneos nacionales de 1973 y 1975. También fue DT y preparador de la selección sanjuanina de fútbol, con la que salieron campeones argentinos en 1963, 1964 y 1966.
Con el tiempo llegó también al hockey sobre patines. Empezó como entrenador del Club Olimpia a principios de los sesenta, cuando ya estaba metido en el fútbol. A través de un amigo de esa institución, Miguel Gómez, Juan José llegó a ser preparador del equipo de hockey de la UVT en los ochenta. Estuvo ahí durante una década, marcada por victorias en campeonatos nacionales e internacionales y la memorable victoria frente al Barcelona en esta provincia, en 1985, por la Copa Intercontinental. En la misma época empezó a trabajar como preparador físico de la selección argentina de hockey sobre patines, con la que alcanzó cinco campeonatos mundiales de 1995 y 1999, el honor de ser campeón olímpico en 1992 y también preparó al seleccionado femenino de la misma disciplina.
Siempre inquieto, nada resultó suficiente para Pepe Méndez, que en forma permanente buscaba nuevas capacitaciones, otros espacios para desenvolverse e incluso volcó parte de su experiencia en dos libros. Fue declarado ciudadano ilustre por el gobierno de San Juan y recibió medalla de oro del Senado de la Nación. Tal fue su vocación, que algunos de sus hijos y nietos siguieron el camino de la docencia y el deporte.
Los partidos y las carreras continúan
» El mayor de los hermanos, Guillermo, se fue a los 15 años a la Escuela Naval Argentina y alcanzó el grado de Capitán de Fragata. Además, se preparó como aviador naval y en ese rol estuvo en la Guerra de Malvinas. Durante los días del conflicto, en cada nueva jornada, se iba de Río Gallegos a las islas como parte de la escuadrilla de reconocimiento. Después de su actividad en el ámbito militar, se dedicó a trabajar como piloto, primero en Lapa, luego en Austral. Él se casó con Carola Nabias, con quien viven en Buenos Aires y tienen dos hijos: Juan Martín Méndez, contador y administrador de empresa, y María Florencia Méndez, licenciada en Comunicación Social y publicista.
» Gerardo es bioquímico, se casó con María Mamone y tienen dos hijos. El mayor es Lucas Méndez que siempre fue muy cercano a su abuelo Pepe y siguió su camino. Es licenciado en educación física, triatleta y llegó a director técnico nacional de Triatlón. La segunda es Lucrecia Méndez, que es periodista.
» Alejandro siguió un recorrido muy similar a su padre. Estudió ingeniería y luego se convenció por la educación física. Fue jugador de Obras Sanitarias y estuvo ocho años en España dirigiendo clubes de voleyball. Se casó con Fernanda Lloveras y tuvieron cuatro hijos. La mayor es Itahisa Méndez, profesora de baile y, como su abuelo y sus padres, optó por la educación física. El segundo es Nahuel Méndez, cantante como sus abuelos maternos Alberto Lloveras y Marta Cornejo, integrante del grupo Agua Clara y profesor de guitarra. Además fue protagonista en el espectáculo final de la Fiesta del Sol de 2015.A él le siguen Ramiro Méndez y Fausto Méndez, que también tiene vocación por la música y el deporte.
» Mauricio es técnico constructor, protesista dental y también se dedicó al deporte. Fue jugador de vóley de Obras y UPCN, fue director técnico en esa disciplina durante tres años, en España y sigue dirigiendo, ahora a la categoría de damas mayores. Él es padre de Sofía Méndez, que se dedica a la danza.
Publicado en El Nuevo Diario. Edición 1732 del 5 de agosto de 2016