Apellidos de la letra T
Tomas. La familia siria que abrazó el pensamiento peronista
Los maronitas perseguidos por musulmanes
El origen de los Tomas en Argentina se remonta a los bisabuelos de Daniel Tomas. Ellos eran Jorge Tumas, así era el apellido original, y Adriana Laiún. Vivían en Siria junto a su hijo Luis y profesaban la religión maronita, iglesia de rito oriental que está en comunión con la sede de la iglesia católica en Roma. Por su fe, el joven matrimonio era perseguido por los musulmanes.
Debido a la persecución, los Tumas decidieron embarcarse rumbo a América del Sur, y lo hicieron junto a otras familias sirias. Algunas quedaron en Brasil y otras en el puerto de Buenos Aires. Ellos llegaron a Argentina y al ingresar al país les cambiaron el apellido Tumas por Tomas. Luego los enviaron a Santa Fe, sin que fueran totalmente conscientes de ese destino y por supuesto sin tener ningún conocido en la zona. Como lo hicieron muchos otros sirios, también libaneses, allí Jorge trabajó como vendedor ambulante. Utilizando dos canastos, comercializaba peines, peinetas y telas. Además, estando en Argentina nacieron los otros tres hijos del matrimonio Tomas Laiún, Jorge, Miguel y Pedro.
La historia continúa con el hijo mayor de Jorge y Adriana, Luis, abuelo de Daniel Tomas. Él siempre se desempeñó en la construcción y se casó con Sara Zapulla, hija de un inmigrante siciliano. Este matrimonio tuvo cinco hijos: Ricardo, que se dedicó como su padre a la construcción; Antonia, fue empleada de comercio; Nelly, Héctor Miguel, padre de Daniel, y Norma, trabajó en la Escuela Hogar de Paraná, Entre Ríos.
El obrero que soñaba con ser ingeniero y amaba las bochas
Miguel estudió hasta cuarto año en una escuela técnica. Gracias a eso, también a la herencia de su padre, fue maestro mayor de obra y un gran dibujante. Hacía planos y su sueño era ser ingeniero, pero no llegó a ir a la facultad porque tenía que trabajar. Junto a su hermano Ricardo se desenvolvían en la construcción durante toda la semana, hasta los sábados en la mañana. Cuando terminaban con la tarea laboral, el sábado en la tarde y el domingo, se dedicaban a levantar sus casas. Así fue que cada una de sus familias tuvo un techo para vivir.
Fuera del trabajo, Miguel era un apasionado por las bochas. En la capital de su provincia natal jugó para los clubes Escalante y Gimnasia y Esgrima. En el juego él era el bochador, que es el jugador que tira para pegar y no para arrimar las bochas y tiraba siempre con la izquierda. Por esa razón, se ganó el mote de “el zurdo”. Con esa disciplina jugó campeonatos regionales y argentinos y muchas veces lo hizo defendiendo los colores del Sindicato de Luz y Fuerza. Miguel vivió gran parte de su adolescencia durante lo que fueron la primera y segunda presidencia de Juan Domingo Perón. Viniendo de una familia de clase obrera, y siendo él mismo un obrero, se convirtió en un gran admirador del líder, en quien confiaba para defender y velar por sus derechos de trabajador.
Aparte de la construcción, Miguel trabajó como tranviario, cuando los tranvías dependían de la Empresa Agua y Energía Eléctrica. En esa época, el joven conoció a Leticia Meret. Ella era la sexta hija de un inmigrante italiano, oriunda de la ciudad de Udine, ubicada al norte de ese país. Además, trabajaba en la cocina de una escuela hogar santafecina. Los jóvenes se casaron y en Santa Fe tuvieron a su hijo Daniel.
El conflicto que los trajo a San Juan
Poco tiempo después de que Miguel y Leticia se casaran, comenzaron los problemas con la firma de Agua y Energía. La empresa decidió erradicar los tranvías. La determinación generó gran malestar en los trabajadores, que decidieron hacer una gran huelga. Luego de esa manifestación, la compañía distribuyó a los trabajadores para que siguieran cumpliendo tareas en dependencia, pero en otras provincias.
Fue por esa razón que los Tomas llegaron a San Juan, en 1958, dentro del reparto a Miguel le tocó este destino. Trabajaría acá hasta que falleció, a los 63 años. Cuando llegaron a la provincia él tenía 25 años, su mujer apenas 19, y venían con Daniel, que nació el 16 de octubre de 1957 y con la primera de sus hijas, Viviana. Una vez instalados en la provincia nació la menor de los hermanos, María Leticia.
Miguel era muy simpático, sociable y trabajador. Era muy querido por la gente. Muy compañero de su esposa y sus hijos. Acá, él y Leticia tuvieron su primer domicilio en la Esquina Colorada. Allí, de chico, Daniel disfrutaba las tardes de verano viendo pasar las caravanas de camiones repletos de uva, que tenían como destino la molienda en la ex bodega Cinzano. Además, como le quedaba bastante cerca, pasó gran parte de su infancia en el Club Del Bono. En esa época entraba pagando un seguro que en ese entonces era una moneda de un peso, con el sello impreso del Cabildo.
Tiempo después, aproximadamente en la década del setenta, la familia se mudó al Barrio Belgrano, en Rawson. Como Miguel era fanático de Boca por demás, en esa nueva vivienda pintó el tanque de agua de azul y amarillo. Además, en el fondo tuvo una chacra donde cultivaba cebolla y tomate. Aparte de su trabajo, acá continuó dedicándose a su gran afición, las bochas. Jugó en el Sporting Estrella, en el Club Ferroviario y en Ausonia.
Una militancia heredada
Mientras la familia vivía en el Barrio Belgrano, Daniel comenzó a involucrarse en política. Fue sobre todo a comienzos de los ochenta, una época bastante agitada para el país, entre el fin de la guerra de Malvinas, la decadencia de la dictadura militar que comenzó en 1976 y la esperanza por el retorno de la democracia y la vida de los partidos políticos. Después de terminar su secundario en el colegio Santo Domingo, él estaba estudiando abogacía en la Universidad Católica de Cuyo y le llamaba la atención el pensamiento peronista, sobre todo porque sus padres, Miguel y Leticia, adherían a esos ideales. Su padre no quería que entrara en el Partido Justicialista porque sí, sino por convencimiento, así que le propuso que asistiera a reuniones de otras agrupaciones. Aparte de la herencia, Daniel se sentía atraído por el peronismo por otros motivos. Le llamaba la atención que el partido fuera blanco de tantas críticas, sobre todo en época de dictaduras, y no terminaba de entender por qué. En algunos despertaba odio, mientras que otros lo amaban y estaban dispuestos a defenderlo incluso con su vida. Eso fue lo que lo movilizó a leer e investigar. A medida que fue descubriendo las consignas del movimiento, sobre todo la de ser nacional y popular, se sintió más identificado y comenzó a ir a la Junta de Rawson.
Otro hecho fue determinante para que terminara de sumarse al partido. En esa misma época, fines de 1982, justamente en su barrio, inauguraron la primer Unidad Básica. La denominaron Primero de Julio en honor a la fecha de fallecimiento de Juan Domingo Perón.
En el acto inaugural estuvo presente el exgobernador, el profesor Eloy Camus y José Luis Gioja, que eran adversarios en la interna del partido. Desde ese momento, nunca más se apartó de la política. En 1987 Daniel Tomas fue concejal de Rawson y en 1995 fue candidato a intendente por ese departamento. Asumió como diputado provincial en 1999, repitió su lugar en la banca en 2003 y 2007. En este último periodo, cuando llevaba dos años en la Legislatura Provincial fue elegido como uno de los representantes por San Juan en la Cámara de Diputados de la Nación, mientras que en la legislatura fue reemplazado por Nelson Luis Campero. Luego de cumplir con los cuatro años como diputado nacional, fue electo nuevamente en 2013.
A la par de su trabajo, siempre estuvieron su esposa, Nora Oliva, y sus cinco hijos: Cecilia, Pablo, Ana Laura, Luis y Alejandro Tomas. La hermana que le sigue a Daniel, Viviana, que se desenvolvió como empleada de comercio y es madre de Mariano y Guadalupe Godoy. La menor, María Leticia, es maestra jardinera y madre de Paula, Luciano y María Emilia Mercado.
Daniel Tomas falleció el 11 de noviembre de 2016 a raiz de un infarto.
El siguiente es un artículo textual publicado en diariolaventana.com
Daniel Tomas se descompensó en la madrugada del viernes 11 de noviembre del 2016 y fue trasladado a la Clínica El Castaño, pero sufrió un infarto masivo, falleciendo esa mañana.
A las 9.30 hs. se conoció el deceso del diputado nacional.
En el parte médico Ricardo Clavijo, que atendió a Tomas, explicó que “se hizo todo lo que estuvo al alcance, pero no superó el infarto".
Agregó que "Tomas ingresó por sus propios medios a la clínica a las 8:30 hs, sufriendo un infarto agudo de miocardio. Luego entró en paro, pero el cuadro era tan grave que superó cualquier maniobra”.
Ante el fallecimiento el Gobierno suspendió toda actividad oficial ese día, fue velado en la Legislatura Provincial y enterrado en el cementerio de Rawson.
