Un cerro, un pueblo y una antigua casona llevan el apellido Barboza en honor a quien supo explotar esas tierras social y económicamente: Cecilio Barboza. El hombre tuvo 12 hijos y alguno de ellos llegaron a ser figuras públicas de San Juan.
La familia Barboza es una de las más tradicionales de Pocito. Su historia en el departamento trasciende los más de 200 años e incluye un cerro y una villa que llevan su nombre. La misma se escribe en San Juan desde el siglo XIX, en el periodo de pre independencia y está vinculada a la corriente que unió Argentina con Chile (en Santiago hay una colonia que se llama Barboza). Los primeros inmigrantes llegaron de Portugal y se afincaron en San Juan, en la zona que con los años se convirtió en Pocito y Villa Krause.
No se conoce con precisión quienes fueron esos ciudadanos sí en cambio se sabe que hubo uno que marcó la historia por su alta participación en temas sociales y económicos de la provincia. Ése fue Cecilio Barboza Frías, nacido el 23 de noviembre de 1831 e hijo de Martín Barboza y Catalina Frías, ambos sanjuaninos asentados en Pocito.
El hombre, lejos de cualquier estudio, fue un gran calculador y tuvo muchas iniciativas en ingeniería agrícola, especialmente en el Valle de Tulum. Los anecdotarios familiares recuerdan que, a pala y pico, Cecilio y sus empleados construyeron un canal para que, con el agua del Médano de Oro, se pudieran regar sus campos. Ese canal se llamó el “Desempeño” y se trazó sobre calle 10. El agua que corría desembocaba en “La finquita”, cercana al Cerrillo Barboza al oeste del departamento, donde estaban las hectáreas de trigo. Este hecho quedó escrito en las memorias como la forma como se “desempeñaba el trigo”.
Tuvo grandes hectáreas dedicadas al trigal y para su procesamiento levantó en 1870 un imponente molino en calle 6 y prolongación España. Éste fue construido en el corazón de lo que luego se convirtió en un pequeño pueblo habitado por los trabajados de esas tierras y los hijos de Cecilio. La historia recuerda a este hombre no solo como una persona que pregonó por el crecimiento económico de la zona sino también como aquel que apoyó la educación de los hijos de sus empleados. La casa más amplia del lugar (con un gran patio central y rodeado de galerías) no solo fue la que habitó el capataz de las fincas sino que además funcionó desde 1883 como una escuela que duró hasta 1952. Ese año un voraz incendio destruyó al emblemático molino y parte de la actividad de la zona se vio interrumpida. Sin embargo el aglomeramiento de viviendas no desapareció y comenzó a identificarse como Villa Barboza.
Sobre calle Mendoza, entre 5 y 6, Cecilio Barboza tuvo su casa familiar. Aquella, se dice, que fue construida por esclavos negros que tuvo la familia en la época que aquel era un niño. Levantada de forma imponente, la construcción contó con un mirador que fue cedido en alguna oportunidad a San Martín y Sarmiento para que visualizaran San Juan y el camino a Mendoza. La historia departamental relata que este lugar sirvió para divisar a lo lejos las tropas y los punteros que venían desde la vecina provincia y cuyo dato era luego pasado a las autoridades locales. Además sirvió para el reclutamiento, cuando el General San Martín preparaba su ejército y era usado asiduamente por José Dolores quien en una de sus visitas fue herido con una lanza, lo que provocó posteriormente su muerte en Rawson.
Ya en la época que Cecilio era afincado, se ocupó de usarlo para observar el desarrollo de las actividades agrícolas en sus campos. Actualmente ese lugar se mantiene con algunos espacios casi intactos y en las manos de los descendientes de Cecilio, por parte de María Juana, la primera hija.
Cecilio se casó el 30 de diciembre de 1874 con Juana Barboza Herrera y tuvo 12 hijos: Juana, Mercedes, Teresa, Manuel Segundo Cecilio, Carlos, Domingo, Alfredo, Justo, Martín, Eleazar, Marta y Angelia. De ellos, hubo tres que se destacaron por su actividad política y social: María Mercedes, Domingo y Justo.
María Mercedes nació el 1 de julio de 1877 y se casó con Henri Lannes, un francés que vino a la Argentina buscando al padre, que estaba en el país. Traía una carta de recomendación para Domingo Faustino Sarmiento, pero cuando llegó el gran maestro acababa de fallecer. Henri, cuyo nombre traducido es Enrique, fue mano derecha de Cecilio Barboza y junto a él se destacó tanto en la producción agrícola como en la cría de animales de ganadería principalmente vacuna y mular. También trabajó el trigo para la fabricación de la harina y juntos desarrollaron otros productos como arvejas frescas, en un momento del año donde otras regiones del país no lo hacían.
Pese a que el éxito los acompañó, Henry quiso volver a Francia para reencontrarse con su familia y con él se fue su esposa con sus cuatro hijas: Berta, Raquel, Dora y Mercedes. En 1921 se radicaron en aquel país y allí pasaron las guerras mundiales con una vida de muchos sacrificios. Sin embargo siempre volvieron a San Juan de visita. En esas idas y vueltas, sus dos hijas mayores conocieron a la familia Del Carril y entablaron una relación que terminó en casamiento. Pero el enlace no sería en Argentina sino en Francia, por pedido expreso de Henry quien sólo permitiría el sí, si la unión se daba en aquel país, donde residía la familia Lannes-Barboza. Así fue como en 1932 el joven abogado Pablo Alberto Del Carril viajó a Paris para casarse con Berta y un año después lo hizo José Luis Del Carril para contraer matrimonio con Raquel Ana.
En 1948, Mercedes Barboza decidió volver a San Juan para radicarse donde vivían sus dos hijas casadas. Junto a ella vino su tercera hija, Dora, mientras que la menor quiso quedarse en Francia con el padre.
En Argentina, Mercedes tuvo seis nietos: Miriam, Alberto, Susana y Elsa, hijos de Berta; y Raquel, Luis y Dory, hijos de Raquel. Ellos luego se casarían con familias prestigiosas de San Juan como los Caputo, Aubone, Conte Grand y Sánchez.
El sexto hijo de Cecilio fue Domingo Leoncio, que nació el 13 de enero de 1884. Casado con Florencia Aguilar Torres, fue coronel y tuvo siete hijos: Octavio, Arnoldo, Haroldo, Edgardo, Alejandra, Evelina y Matilde. Dos de ellos tuvieron una vida muy comprometida con la patria y la lucha por un San Juan en reconstrucción después del terremoto de 1944.
Ese fue el caso de su primer hijo, Octavio Sidney Barboza Aguilar que fue aviador militar y falleció en un accidente aeronáutico en operaciones durante el gobierno del General Juan Domingo Perón, en 1952. Aquel hecho conmocionó a la sociedad sanjuanina ya que el presidente estuvo presente en el hecho trágico y decidió enviar los restos del hombre envueltos en la bandera Nacional. Hoy lleva su nombre un distrito de Pocito donde se encuentra el barrio homónimo.
Por su parte, Edgardo Sohar llegó a ser intendente de Sarmiento y falleció durante su segunda gestión de gobierno en 1967. Muy entusiasta en las tareas para la comunidad sarmientina y la agricultura, hoy lleva su nombre la Biblioteca Popular creada en 1985 en la Escuela Agrotécnica de Mediagua, Sarmiento.
Domingo y Florencia tuvieron nueve nietos, de los cuales muchos llegaron a ser notables profesionales en la parte privada. Esos nietos fueron: María de Lourdes, Ofelia Inés, Cecilia Enriqueta, María Eugenia, Juan Alberto y Daniel Octavio hijos de Evelina Barboza que se casó con Juan Bautista Graffigna Del Bono. Por otra parte, su última hija, Matilde Barboza se casó con el empresario Renzo Caputo Videla y nacieron María Matilde, Renzo Javier y Alejandra Beatriz Caputo Barboza.
El octavo hijo de Cecilio fue Justo Maximiliano que nació el 2 de septiembre de 1886. Casado con Luisa Naveda, éste fue el que impulsó la venta de las miles de hectáreas de los Barboza que se extendían desde la calle 10 hasta los Médanos de Aibilly, en 25 de mayo, y hasta el límite de Cochagual.
Desde principio del siglo XIX, la familia tuvo un fuerte arraigo en la producción agrícola, ganadera y comercial. Pero, a mediados de ese siglo tuvo que sufrir las circunstancias de la época y atravesar el cambio de modelo productivo desde un sistema agrícola-ganadero hacia uno vitivinícola. Con el advenimiento de ésta, Justo observó las grandes pérdidas que producía la producción familiar y se juntó con sus hermanos para vender las 14.000 hectáreas. Para ello, el quinto hijo de Cecilio, Carlos tuvo que habilitar una escritura itinerante para que su hermana en Paris, Mercedes permitiera esta venta.
Fue la firma de Alberto Graffigna Del Bono la que adquirió todas estas fincas que originariamente llegaban hasta San Luis bordeando el rio San Juan.
Justo Maximiliano Barboza tuvo dos hijos: Justo y Mónica, siendo el primero el que más se destacó en la vida pública. Éste fue profesor de artes plásticas y dibujo del ISA –Instituto Superior de Artes- que funcionó en San Juan en la década del ’50. En 1977, junto con otros artistas, decidió radicarse en España donde actualmente desarrolla su creatividad en varias galerías de arte de Europa.
En 1880 nació Celso Nazario, cuyo padre fue dueño de algunas tierras en La Rinconada, Pocito, una de las cuales estuvo frente a la finca de Federico Cantoni, sobre calle 14. No se conoce cuál es el vínculo con Cecilio, pero se estipula que éste fue tío de aquel.
Celso se casó con Matilde Molina y tuvo 13 hijos, de los cuales hubo uno que sobresalió del resto. Ése fue Elio Elias, quien fue tonelero y trabajó en Vialidad Nacional. En la época de Ruperto Godoy fue intendente de Pocito y tuvo un gran compromiso con el peronismo, de hecho participó activamente del sepelio de Evita en Buenos Aires.
Uno de sus tres hijos fue Américo, más conocido como Pelufo, una de las voces folclóricas más conocidas de San Juan. El cantante nació el 12 de mayo de 1944 y absorbió el amor por los ritmos desde que era niño de la mano de su padre que tocaba el bandoneón. El patio de su casa, una enorme vivienda de adobe que se ubicó en el ingreso a la finca de La Rinconada, fue atracción de varias peñas familiares a las que a veces asistían sus vecinos Nicolás Balmaceda y al dúo Álvarez Reta.
El primer grupo de Pelufo fue con Quico Castañeda y Carlos Durán, a los 12 años de edad, bajo la guía y orientación de Eduardo Chacho Navas. Dos años después conformó un trío con el Bebe Flores y Carlos Gómez bajo el nombre de “Tres voces y tres guitarras”. Actuaron juntos hasta principios de la década de 1960.
Cuando pisó los 20 años, el bonaerense Manuel Flores Reusi le propuso armar un trío latinoamericano que se llamó “Los Cóndores” junto a él y el sanjuanino Manuel Mínguez. Con Flores duraron pocos meses sin embargo con Mínguez consiguió despegar artísticamente. Ambos armaron el dúo Mínguez-Barboza con el que consiguieron no solo ser revelación de Cosquín sino también grabar seis discos y conquistar los escenarios de Chile durante dos años y los de Estados Unidos por casi 12 meses.
El 29 de abril de 1971, cuando tenía 26 años, Pelufo se casó con María Violeta Grimalt, su vecina amiga desde la infancia, con quien estaba de novio desde los trece años. Junto a ella tuvo tres hijos: Ivana, Gastón y Belén que le dieron 5 nietos.
Ver artículo:
Ingeniero Renzo Caputo Barboza y libros “Aportes desde la historia a la Revalorización del Patrimonio Cultural Sanjuanino” del Instituto de Historia Regional de la UNSJ y “Algunos son el dos” de Justo Barboza.