Apellidos de la letra M
La historia de la familia de los periodistas María Silvia y Miguel Martín.Una familia vinculada a los medios de comunicación y de transporte
José Martín tenía carretas para hacer traslados, cuatro de sus hijos se dedicaron al trabajo del ferrocarril y entre sus bisnietos hay dos figuras destacas en el ámbito de la comunicación, los periodistas María Silvia y Miguel Martin.
El “fletero” y la modista con raíces españolas
Los Martin Noguera son una familia con fuertes raíces españolas, vinculada a los medios de transporte en generaciones pasadas y los medios de comunicación en las últimas, entre ellos están Miguel y María Silvia Martin Martínez.
Esta historia comienza con José Martin, que llegó desde España en 1903, después de vender su fortuna y luego de pasar por Cuba y Brasil. Él estaba casado con Ana González, que fue modista de alta costura y arribó a la provincia, también desde España, un par de años después que José. Ella dio clases de corte y confección en la Escuela Normal San Martín.
Sobre calle 9 de Julio, antes de llegar a Salta, José tuvo un importante predio donde guardaba más de 10 carretelas, que alquilaba para diferentes trabajos. Más de una vez realizaba él mismo los viajes. Uno de los destinos solía ser Calingasta, tardaba más de dos días y siempre cargaba la pala y el azadón para limpiar el camino en caso de que estuviera cortado.
Los hermanos ferroviarios
Ana y José tuvieron nueve hijos: Antonio, Rafael Nicolás, Fernando, Joseito, Eduardo, Ricardo, Pito, Ana María y María Elena. De las hijas más chicas, Ana María fue maestra, y a su vez se casó con otro docente, José Nieto, dando origen a una numerosa familia con varios profesionales destacados en educación, entre ellos Ana María Nieto. Por otra parte, los dos varones más chicos se radicaron fuera de la provincia. Ricardo se fue a Buenos Aires y Pito a Entre Ríos. El resto de los hombres trabajaron en el Ferrocarril Belgrano de San Juan.
El relato continúa con Rafael Nicolás, a quien desde chico apodaron “Ñato”. Él trabajaba como guarda del tren y picaba los boletos. Cumplía con sus tareas durante cuatro días fuera de su casa y luego volvía dos jornadas para descansar. Se iba en el tren que llegaba hasta Bermejo. Allí se quedaba un día y les preparaba la comida a sus compañeros que venían en el siguiente tren, en el que se subía para llegar hasta Chepes, y desde allí volvía.
Ñato se casó con María del Carmen Noguera, también de raíces españolas e hija de Francisco Noguera y Elvira Ortega. Carmen quedó huérfana de madre siendo muy chica, así que prácticamente se crió con unos amigos de su familia de apellido Barta, que vivían en Mendoza. Su padre siguió viviendo en San Juan, sobre Paula Albarracín de Sarmiento antes de Avenida Libertador. Probablemente en una de sus visitas a su provincia natal conoció al joven Rafael, con quien contrajo matrimonio a principios de la década de 1930.
Durante los primeros años juntos, Ñato y Carmen vivieron primero en Caucete y luego en una de las casitas del ferrocarril, que estaba ubicada en calle Salta y Pedro Echague. Allí nacieron sus primeros hijos hasta que después del terremoto, a principios de la década de 1950, se mudaron a la Villa América, originariamente Barrio María Eva Duarte de Perón, que fue el primero que se construyó después de 1944. Esa tragedia marcó a fuego a la familia, porque debajo de los escombros quedó la madre de Rafael, Ana González.
La familia de Carmen y Ñato
Los Martin Noguera tuvieron seis hijos, con gran diferencia de edad entre ellos, de mayor a menor eran: Orlando Rafael, a quien apodaban Gringo, Norma del Carmen “Perla”, Julio Oscar “Quitín”, Héctor Ricardo, Mirta Aideé y Rodolfo Alberto. El más chico falleció siendo apenas niño, al contraer una infección por tétanos, después de cortarse el pie.
Si bien Carmen era quien estaba a cargo de las tareas de la casa, tanto de cuidar a los chicos como de hacer la comida, su esposo solía sumarse en las labores de la cocina. Hacía de comer tan o más rico que ella, por su experiencia cocinando en Bermejo. En la casa de Villa América tenían un horno de barro, así que nunca faltaban las empanadas, mucho menos el pan casero para la semana.
El mayor de los seis Martin Noguera, Orlando, que se llevaba más de diez años de edad con sus hermanos más chicos, terminó el secundario y se fue a estudiar medicina a Córdoba. Después de cursar durante tres años decidió dejar la carrera para ingresar al seminario. Si bien la familia tenía mucha fe, de hecho uno de los primos Nieto Martin, José “Pepe” Nieto, también se ordenó de cura, la noticia fue dura para Carmen y Ñato. En esa época los sacerdotes perdían casi por completo el contacto con la familia y temían por eso.
Orlando Rafael se ordenó, estuvo un tiempo en Concepción, luego en el barrio Capital Lazo, y allí se enamoró. Decidió dejar los hábitos y se radicó en la Capital Federal, donde fue profesor de la Universidad de Buenos Aires. Allí se radicó con su mujer y ahí viven sus hijos: María Edith, Celia Inés, Ana Silvia y Juan Martin.
Perla se casó con Gustavo Hermes Vieira y tuvieron cuatro hijos: Marcelo, Rubén, Eugenio y Alfredo. Todos se fueron a estudiar a Córdoba, así que Gustavo, que trabajaba en la vieja DGI, pidió el traslado a esa provincia y allí se radicaron. Sin embargo, tiempo después, los dos hermanos menores se fueron a España y los mayores se vinieron a San Juan. Marcelo es médico y Rubén trabaja en la AFIP.
Julio se casó con María Esther Martínez, docente, trabajó durante varios años en el Colegio Don Bosco y lo hizo con una vocación casi innata por la comunicación desde su rol de educadora. Ella es hermana de Luis Alberto “Quito” Martínez, que fue diputado nacional, fundador y sindicalista de UDAP. Julio Martin trabajó en el comercio, luego en la bodega Graffigna y en Resero; con la posición que alcanzó logró comprar un camión y se independizó. Con el vehículo hacía traslado y venta de bebidas desde la ciudad hacia Valle Fértil. Él y Esther tuvieron cuatro hijos: Sergio Oscar, Miguel Rodolfo, María Silvia y Gabriel Leonardo. Sergio es gerente de banca empresa del Banco Francés. Miguel y Silvia 
heredaron en gran parte la vocación de su madre y ambos se abocaron a la comunicación. Miguel trabajó en Diario de Cuyo y es jefe de comunicaciones de Barrick. María Silvia es periodista y además profesora de enseñanza primaria, aunque nunca ejerció. Ella llegó a ser jefa de prensa de Canal 8, conductora del noticiero del mismo canal y en 2016 fue declarada ciudadana ilustre por su trayectoria. Gabriel es licenciado en Administración de Empresas, trabaja en el rubro de las pasa y en consultoría y asesoramiento para PYMES.
Ricardo se desenvolvió en la administración pública, en la dirección de Presupuesto de la provincia, hasta que se jubiló. Tuvo dos hijos, la mayor es Nancy Esther, es contadora y trabaja en el Banco San Juan. El menor es Héctor Fabián, es diseñador gráfico, tiene un taller de chapa y pintura y es un apasionado por las competencias en diferente tipo de rodados, como areneros y cuatriciclos, él vive en San Luis.
La penúltima de los hermanos, Mirta Aideé, no se casó ni tuvo hijos y siempre se mantuvo cerca de sus hermanos y sobrinos, como una madre más para ellos.
