El 17 de marzo de 1992 se producía el atentado a la embajada de Israel en la Argentina. A las 14.45 de ese día, una bomba estalló en el frente del edificio, en la esquina de Arroyo y Suipacha, causando la destrucción de la embajada, la parroquia Madre Admirable, un hogar de ancianos, una escuela y casas de vecinos, provocando la muerte de 29 personas e hiriendo a otras 242. Es considerado el segundo peor ataque terrorista en la historia de la Argentina, después del atentado terrorista contra la AMIA en 1994.