El matrimonio de dos jóvenes profesionales
José María Acosta Zapata es el menor de tres hermanos de una familia cuyo padre se dedicó toda su vida al ejercicio de la política abrazando el ideal del partido bloquista, el cual lo tuvo en varios cargos de singular importancia, destacándose el de Gobernador de nuestra provincia.
José María, es abogado y tiene 30 años, fue durante su adolescencia un joven inquieto, tiene como hobby el viajar, además practicó un deporte fuerte como el rugby y siguiendo los ideales de su padre, también incursionó en la política partidista, pero hoy se inclina por dedicarse exclusivamente a perfeccionarse en su profesión.
De tres hermanos, Romina es la segunda hija de la familia Baresi Ordines. Es odontóloga y tiene 28 años. Es una entusiasta joven que desglosa su actividad diaria, primero profesionalmente, tanto de mañana en la Central de Policía, como de tarde en su propio consultorio, y luego en sus horas libres concurriendo a un gimnasio.
Romina y José María se fueron a Córdoba a estudiar, entre sus reiterados viajes a nuestra provincia y en una salida nocturna se encuentran con un amigo en común, quien los presenta. Así comienza una relación de amistad que se fortalece con el paso del tiempo y que se transforma en un noviazgo de 7 años. En julio de 2004 decidieron unirse en matrimonio y desde esa fecha se abocaron a la realización del mismo.
Para este acto realizado en abril de 2005 eligieron la Iglesia del Sagrado Corazón de Jesús de Marquesado, donde cantó el conjunto Inti-Huama, quienes al ingresar la novia interpretaron el concierto de Aranjuez, con los anillos el Ave María, en la ofrenda Más cerca de ti Oh Dios, y en la salida de los esposos los Reyes Magos de la Misa Criolla. Cabe destacar que las letras son arreglos realizados por los integrantes del conjunto musical para estas ceremonias religiosas.
El civil y la recepción se realizaron en el complejo del Colegio Médico de la ruta 40.
En un marco de romanticismo los novios ingresaron al salón con los compases del tema musical Believe de L. Kravitz, en la voz de Luciano Gutierrez con teclado de Lucio Flores.
Se destaca que en esta ceremonia las mesas con los invitados estaban dispuestas de manera tal que todos participaron de la misma desde sus lugares ya que la mesa con los contrayentes se encontraba en el centro del salón.
La cena se realizó para 350 personas, sirviendo en la entrada una copa de mariscos, seguida por medallón de lomo con salsa al champignon con guarnición de verduras y de postre una copa helada. La misma fue acompañada con las melodías de Luciano Gutierrez en saxo y Lucio en teclado. Para la madrugada se eligió una jamonada.
Cabe destacar que no hubo torta de bodas, ya que se realizó una inusual mesa dulce muy variada y abundante.
Los novios danzaron el tradicional vals, y para iniciar el baile, tocó la banda de rock Parió la Choca.
Romina y José María, después de la luna de miel, seguirán en sus puestos de trabajo en la provincia y residirán en su departamento céntrico.
Ambos disfrutan y comparten amistades, es por ello que llegaron familiares y amigos desde Córdoba para acompañarlos en un momento tan especial como es su unión matrimonial.
El vestido realizado en muselina de seda natural, con escote holter y un importante bordado en el corsage. Con la falda en línea amplia y mucho movimiento. En la mano llevaba un ramo de rosas blancas naturales. Fue una creación del modisto Francisco Zito.
Cabe destacar que las madrinas lucían muy elegantes con modelos realizados por Gladys Montilla.
Nota publicada en “El Nuevo Diario” el 29 de abril de 2005.