Dentro de una de esas familias patricias, nace un 2 de setiembre de 1839, en la ciudad de San Juan, Hermógenez Ruiz Cano, hijo del ex Gobernador Valentín Ruiz Fernández y de doña Paula Cano y Suárez de Figueroa. Fue bautizado un 3 de setiembre de 1839, siendo sus padrinos el Administrador de Aduanas Ignacio José Sánchez y su esposa Catalina Blanco. Durante sus primeros años, ayudó a su padre don Valentín Ruiz en las tareas ciudadanas, o realizando sus primeros estudios para jerarquizar su condición humana.
Un hecho importante en su vida sucede cuando un 8 de marzo de 1865, el Gobierno Nacional otorgó cuatro becas para la juventud estudiosa y dedicada a la provincia sanjuanina, el gobernador Rojo propuso a los jóvenes Nicanor Larraín y Alejandro Albarracín como becarios del Colegio de Buenos Aires y a Hermógenez Ruiz y Carlos Atienzo en el colegio de Monserrat en Córdoba donde luego se recibe de abogado, doctor en Leyes en el año 1870, realizando sus estudios en la Universidad Nacional de Córdoba.
Un año después, el doctor Ruiz, un 28 de enero de 1871, contrae matrimonio con Rosario Vidart Ruiz, hija de Juan de la Cruz Vidart y Ruiz de Carvajal, salteño y María del Rosario Ruiz Romera con quien tiene los siguientes hijos: Rosario Nélida Ruiz Vidart, Valentín Ruiz Vidart, quien contrae matrimonio con María Ernestina Flores de la Presilla; Hermógenes Ruiz Vidart, quien contrae matrimonio con Herminia Larrínaga y Argentina Ruiz Vidart quien contrae matrimonio con Luis Eleuterio Sánchez de Loria y Sánchez del Carril.
Ya en San Juan y en virtud de su importante labor ciudadana, un 24 de enero de 1873, es nombrado como Intendente General de Policía, notificado mediante decreto tras haberse dejado cesante al anterior Intendente de Policía Juan Balaguer. Posteriormente el 1 de febrero de 1873, un decreto, lo designa como Segundo Ministro Interino de la Cámara de Justicia.
El 8 de diciembre de 1874 y con treinta y cinco años de edad, tras quedar acéfalo el gobierno es nombrado por plebiscito realizado en la plaza pública en la madrugada del dicho dia, el doctor Hermógenes Ruiz Cano como gobernador provisorio… “Contaba Daniel Aubone que siendo él un muchacho de 17 años , se encontraba en la plaza en momentos en que un grupo de personas discutían quién había de hacerse cargo del Gobierno de la Provincia por hallarse acéfalo, pues las autoridades habían huido a Chile a raíz de la invasión de fuerzas armadas venidas de La Rioja para hacerse cargo del gobierno de San Juan. El total de las autoridades habían enviado sus renuncias desde Mendoza. Era un día de viento Zonda y la atmósfera estaba cargada… En esa oportunidad se decidió nombrar gobernador a Hermógenes Ruiz en tanto se nombraras las autoridades constitucionales. La comitiva se dirigió a casa del doctro Ruiz a comunicarle la decisión. Don Hermógenes hacía un momento que había llegado de Ullúm y oyó que solicitaban su presencia para comunicarle lo acordado por el plebiscito. La banda de música irrumpió con una marcha y los presentes, luego entonaron el Himno Nacional. Grande fue la sorpresa del doctor Ruiz que no pudo declinar el alto honor que se le hacía…” Graciela Segovia de Ruiz.
Ya casado con doña Rosario Vidart, para 1876, el doctor Ruiz trae de Inglaterra varios ejemplares de vacunos holandeses y ejemplares lanares de Lincolm, para ser incorporados a su vasta finca de Ullúm, donde tenía su casa veraniega, además de su casa de la ciudad, donde las señoriales casas comienzan a notarse, entre ellas la del doctor Hermógenes Ruiz, sobre calle Rivadavia con cásico patio enmarcado de galerías y blancas columnatas, tal como se la muestra en el libro El San Juan que Ud. no conoció.
Tras dejar en orden el gobierno, entrega el mando un 14 de mayo de 1875, al nuevo gobernador Don Rosauro Doncel que lo designa ministro de Gobierno e Instrucción Pública, encargándolo también interinamente del área de Hacienda y Fomento mientras sea designado otro ciudadano para ese cargo.
El 18 de noviembre de 1880, el doctor Hermógenes Ruiz acusa recibo de su nombramiento como Nuevo Intendente General de Policía, el cual acepta en una carta elogiosa de agradecimiento, figura que hoy sería la del Intendente de la Capital y el de Jefe de Policía, donde entre otras de sus obras, dispuso el empedrado de la plaza Laprida y Aberastain, además ordenó colocar el pavimento de las aceras de los alrededores de la plaza 25 de Mayo mediante lajas.
El 2 de mayo de 1887, la Cámara de Senadores del Poder Ejecutivo comunica que en sesión del día de la fecha se nombra como presidente provisorio al doctor Hermógenes Ruiz junto a su amigo Segundino Navarro como Senador.
Entre otras de sus obras, el 12 de diciembre de 1887, mediante un decreto del gobierno se designa al doctor Ruiz como Vocal Mayor de la comisión administradora de la Quinta Agronómica. Para las elecciones de 1890 y siendo elegido Gobernador, el doctor Alejandro Albarracín, es nombrado ministro de Hacienda y Obras Públicas Hermógenes Ruiz, tras renunciar a su cargo de vicepresidente de la Junta Municipal de Trinidad. Entre 1890 y 1895, ocupa el cargo de Jefe de Policía y de la comisión general de Seguridad, acompañado por Juan A. Vidart, el cual lo ejerce hasta un 4 de julio de 1895, donde es nombrado como encargado del Registro Civil de la provincia y al que luego renuncia por ser designado como director General de Escuelas. En 1900, el doctor Ruiz es elegido presidente del Tribunal de Justicia de Mendoza, cargo que ocupa hasta 1901 cuando pasa a ejercer el mandato de Intendente Municipal.
Posteriormente, en mayo de 1907 el doctor Ruiz es nombrado diputado y senador provincial por la Capital. En 1915 es elegido como Defensor de Menores e Incapaces, por el término de dos años, hasta que se retira de su vida pública, estableciéndose en su casa veraniega de Ullúm y dando enseñanza a futuros abogados. Un 6 de junio de 1922, el doctor Hermógenes Ruiz Cano fallece a los 83 años, dejando una profunda huella de tristeza en la sociedad sanjuanina, pero siendo evocado por su vasta obra, tal como lo recuerda César Guerrero en su libro Sanjuaninos del Ochenta.
Nota publicada en "El Nuevo Diario" el 2 de septiembre de 2005, edición 1216. Escribe Carlos Alberto Campodónico Horta.