María Amelia Herrero Sánchez y Pedro Luis Martín Bacigalupo se casaron el 15 de mayo de 1968, en la Parroquia de María Auxiliadora del Colegio Don Bosco con misa de esponsales. El sacerdote fue el padre Manuel Martín, hermano del padre de Pedro.
María Amelia y Pedro pertenecen a familias tradicionales sanjuaninas, que supieron generar una vasta decendencia. La novia es la segunda de nueve hermanos y el novio es el quinto de diecisiete, de los cuales once actuaron como reconocidos profesionales de esta provincia.
Los padrinos de la ceremonia religiosa fueron Jovita Nelly Sánchez, maestra; Ramón Aguedo Herrero, enólogo e industrial dedicado al secado de pasas; Hilda Bacigalupo, maestra y Domingo Martín Bacigalupo, hermano del novio.
Angel Salvador Martín, el padre de Pedro, fue un destacado abogado y periodista, juez de primera instancia, ministro de la Corte de Justicia y director del Diario Tribuna. Falleció muy joven dejando, a pesar de ello, un valioso legado a sus hijos.
Pedro, abogado, fue gerente general de Resero, asesor del Banco Alianza y Rector de Universidad Católica de Cuyo desde 1987 a 2003. Entre las obras de su gestión, triplicó las carreras que allí se dictan, construyó dos edificios nuevos y dejó a punto de inaugurar un jardín de infantes.
Eran muy jóvenes los dos cuando se conocieron. Corría el año 1964 y ambos estaban iniciando su vida universitaria en la Universidad Católica de Cuyo . El primer día de clase él, gallardamente, le cedió su lugar a una joven que llegaba tarde. Pasaron dos años para que la amistad se convirtiera en noviazgo, que duró cuatro años. Se comprometieron en 1967, con una misa blanca en la iglesia de Guadalupe. El 13 de mayo de 1968, se casaron por civil, siendo los testigos por Amelia, Beatriz Teresita Zapata y Silvia Susana Herrero y por Pedro, Juan Saenz y Rogelio Toro.
La novia lució en la ceremonia religiosa, un vestido de gasa drapeada, diseñado por la reconocida modista Ginestar de Cámpora. Llevaba flores naturales en el tocado, del que se desprendía la cola de tul ilusión. En sus manos sostenía un rosario de perlas de nácar con la cruz de oro, herencia de su mamá. La recepción se realizó en los salones del Colegio Don Bosco, donde se reunieron familiares, amigos y compañeros de facultad. La luna de miel fue en las sierras de Córdoba y San Luis, recorriendo Trapiche, Cura Brochero y Merlo.
De regreso, Pedro iniciaba su último año de abogacía y retomaba su trabajo en el estudio jurídico de el doctor Pablo Ramella, quien ocupara un lugar importante en su vida personal y profesional.
Amelia y Pedro trabajaron y aportaron a San Juan su esfuerzo y tesón y pusieron al servicio de la comunidad su capacidad de trabajo. El fruto está a la vista.
El matrimonio formó una hermosa familia, con cuatro hijos: Angel S. Martín, abogado, casado con María Alejandra Manchinelli y con tres hijos, María Lourdes, Angel y José María; Pedro Luis Martín, ingeniero agrónomo, casado con Erica Díaz y dos hijos: María Guadalupe y Pedro Luis; Jorge Esteban, abogado, casado con Cintia Fernández y por último María Amelia, contadora.
Más allá de la vida laboral, la pareja realiza actividades que llenan de satisfacción sus vidas. Amelia, junto a sus hermanas, elabora conservas artesanales. Por su parte Pedro, se dedica a su hobby, la finca, la tierra, las vides. El Centro de Enólogos, en la Cata de Vino 2003/04, premió con medalla de plata a su vino Syrah de pileta.
Pedro Martín, un hombre que dejó huella en la Universidad Católica
Su gestión como rector de la Universidad Católica de Cuyo marcó grandes avances en la institución, al adaptarla a las necesidades de los tiempos. La vida y las fotos del hombre que falleció a los 70 años, dejando un notable legado en la vida pública y académica de la provincia.
Quienes conocieron a Pedro Luis María Martín no solo destacan su capacidad para tomar el timón en tareas de gran responsabilidad. También resaltan su esfuerzo para salir adelante y recibirse de abogado, sorteando las vicisitudes de una familia numerosa que se quedó sin padre antes de tiempo. Fue ese hombre el que llegó a convertirse en el primer sucesor del rector fundador de la Universidad Católica de Cuyo, Monseñor Francisco Manfredi.
Su vocación para la conducción encontró otra vertiente en la política, al desempeñarse como ministro de Gobierno durante la gobernación de Jorge Escobar y presidente del Banco San Juan. En los últimos años, Pedro Martín se abocó a su estudio jurídico pero debió postergar la labor al desarrollar un cáncer de pulmón. El 10 de mayo de 2003, falleció rodeado de su familia, formada por su esposa María Amelia Herrero Sánchez y sus cuatro hijos. En recuerdo de un hombre que dejó huella en la formación universitaria de la provincia, El Nuevo Diario recuerda los principales pasajes de su vida.
El quinto de diecisiete hermanos
Pedro Luis María Martín era el quinto de los 17 hijos que tuvo el matrimonio formado por Ángel Salvador Martín e Hilda Josefina Enriqueta Bacigalupo Campodónico, ambos descendientes de tradicionales familias sanjuaninas. Ángel Martín fue abogado, juez, ministro de la Corte de Justicia de San Juan, diputado provincial, convencional constituyente en 1946, periodista y director del Diario Tribuna. Hilda Bacigalupo fue docente y tuvo un rol fundamental al sostener la familia cuando su esposo falleció tempranamente, a los 50 años. En ese entonces, Pedro Martín tenía 15 años y tanto él como sus hermanos hicieron grandes esfuerzos para trabajar y estudiar para conseguir un título.
Antes de ingresar a la Universidad Católica de Cuyo, Pedro había estudiado en el Colegio Don Bosco, donde generó una estrecha relación con los maestros salesianos. Su boda con María Amelia Herrero Sánchez fue justamente en la capilla de María Auxiliadora del Colegio Don Bosco.
El legado en la Universidad Católica
Antes de recibirse de abogado, Pedro Martín se incorporó al estudio del prestigioso jurista Pablo Ramella, con quien trabajó durante dos años y adquirió experiencia para instalar su propio estudio. Más tarde fue asesor jurídico del Banco Alianza y gerente general de Resero, un cargo que lo llevó a trabajar en Buenos Aires durante un año. Ya de regreso en San Juan fue convocado por monseñor Manfredi, para sumarse al Directorio de UCC en calidad de vocal y en 1981, asumió como vicepresidente.
Según recuerda Antonio Orlando Juárez, ex vicerrector administrativo de esta casa de estudios, esta época se destacó por el comienzo de las obras del edificio propio con los pabellones de las facultades de Derecho y de Ciencias Económicas. En 1985, Martín asumió como presidente del Directorio de la Universidad y en 1987 fue elegido rector, en un cargo que mantuvo hasta el año 2003. Según cuenta su esposa, Amelia Herrero, “suceder a un fundador no fue fácil pero él se animó a consolidar la obra de Manfredi y a incorporar las carreras que en ese momento pedía la sociedad”. Entre los avances de su gestión se destaca la creación de la Facultad de Medicina, junto al doctor Arturo Arabel.
“En sus dieciséis años al frente de la Universidad se consolidó su estructura administrativa, se atendió al fortalecimiento institucional y se crearon los colegios” recuerda Antonio Juárez. Durante su rectorado también fue creada la Evaluación de Vinos de San Juan “EVISAN”.
El amor de toda una vida
María Amelia y Pedro se conocieron en 1964, en el primer año como estudiantes en la Universidad Católica. Ella también pertenecía a una familia numerosa, como la segunda de nueve hermanos. Tras cuatro años de novios, la pareja contrajo matrimonio en 1968. El sacerdote que ofició la ceremonia religiosa fue el Pbro. Manuel Martín, hermano del padre de Pedro.
El festejo tuvo lugar en los salones del Colegio Don Bosco y entre los asistentes estuvo el propio rector de la Universidad Católica. Mientras Pedro se abocó a su tarea académica, María Amelia se dedicó a la docencia y durante algunos años dirigió un jardín de infantes, junto a un grupo de amigas. Pedro y María Amelia estuvieron 4 años de novios y cumplieron 44 de matrimonio. Aunque asegura que a su esposo le incomodaban las alabanzas, Amelia se emociona al recordar “el respeto con el que él trataba tanto a funcionarios en una cena académica como a los obreros de su finca”.
La descendencia de los Martín-Herrero
El matrimonio tuvo cuatro hijos. Ángel Salvador Martín, abogado, se casó con María Alejandra Manchinelli y tuvieron tres hijos, María Lourdes, Ángel y José María. Pedro Luis Martín, ingeniero agrónomo, se casó con Erica Díaz y tuvieron tres hijos: María Guadalupe, Pedro Luis y Santiago. Jorge Esteban se recibió de abogado al igual que su padre y se casó con Cintia Fernández, con quien tuvo a María del Rocío, Ricardo Nicolás y María Milagros. La cuarta hija, María Amelia, es contadora, está casada con Fernando Jolivot y ambos son padres de Constantino y Augusto.
Fueron los hijos del matrimonio los que dieron un nuevo impulso al trabajo en la finca que Pedro postergó por sus funciones académicas. Los tres varones se interesaron por la producción vitivinícola y uno de sus Syrah llegó a obtener medallas de plata y oro en la Cata de Vinos.