En las últimas décadas San Juan ha perdido terreno en el campo empresario. Ya no están los viejos “pioneros” que hicieron una poderosa industria vitivinícola, crearon bancos y tuvieron trascendencia nacional. Siguiendo con nuestra serie de notas, analizamos el futuro desde la perspectiva de un ejecutivo de grandes empresas a la vez que emprendedor y comprometido con la función social de las empresas.
Serie de notas preparadas por
Juan Carlos Bataller
juancarlos@fundacionbataller.org
Si nos preguntamos cómo será San Juan en 2035, el interrogante suena como un ejercicio de adivinación.
Un entretenimiento fascinante, sin duda. Pero no pasa de eso.
Distinto es el planteo si nos preguntamos:
—¿Cómo queremos que sea San Juan en el 2035?
En este caso debemos ser conscientes que en 2035 seremos lo que comencemos a construir a partir de hoy.
Y acá vamos a hacer un punto.
Me incluyo entre los que por una cuestión de edad, seguramente no viviremos ese año 2035.
Y lo mismo ocurrirá con casi toda la clase dirigente de la provincia.
Pero yo y todos los sanjuaninos de mi generación, estamos en condiciones de ser protagonistas de lo que será San Juan en ese año.
¿Cómo?
Imaginando, definiendo, trabajando para ese San Juan 2035.
Este es el desafío que propone esta serie de notas con algunos de los principales referentes en cada tema de interés provincial.
Nota 7
HOY MARCELO DELGADO
UNA MIRADA DESDE LA EMPRESA
-¿Cómo formamos un profesional que a la vez sea un emprendedor y generador de nuevos empleos en lugar de salir a buscar un trabajo como empleado cuando se recibe?
-La responsabilidad, o tarea; de formar emprendedores no es exclusividad de la Escuela, o la Universidad. Es un aspecto cultural. Si soy empresario y profesional al mismo tiempo, me paran en la calle y me preguntan, —¿Qué sos? La respuesta será contador, ingeniero, abogado, médico (doctor). Si te preguntan: —¿Qué haces? Puede que respondamos: “Soy empresario”. Es sutil la diferencia, pero es un claro indicador que está muy poco desarrollado el “ser emprendedor”.
-¿Por qué?
-Vivimos una sociedad donde el “Empresario” no tiene un valor “Cultural”. Este es el primer aspecto y tal vez el más importante. Pero también ocurre, que muchos docentes de las distintas carreras tienen escasa o nula experiencia en la creación y desarrollo de una empresa. Entonces, los formadores, la familia y en general la sociedad, priorizan la posibilidad de tener un sueldo fijo, a una actividad de mayores riesgos. Para formar profesionales que sean emprendedores, deberíamos comenzar con revalorizar al empresario en su rol social, su capacidad de crear riqueza y valor social (trabajo — desarrollo) y ambiental (cuidado de lo nuestro), y promover la creatividad y apertura de las mentes, desde los primeros años de la escolarización.
- ¿Qué conocimientos extras curriculares deberá tener en el futuro un ejecutivo que desee progresar?
-Se puede afirmar con seguridad, que no existe una personalidad o habilidades específicas, que caractericen la personalidad de un empresario. De hecho, existen personas de distintas personalidades, perfiles y formaciones que han creado empresas muy exitosas. Bill Gates (creador de Microsoft), no terminó la carrera universitaria. Pero hay una característica distintiva de las personas que tienen la tarea de conducir organizaciones: Saben lo que quieren, y van por ello. Parece simple, pero es uno de los desafíos más complejos en la formación de las personas. Claro, que si a un objetivo claro, le adicionamos una buena formación en conducción de gente, manejo de herramientas de economía y finanzas, idiomas, habilidades de comunicación y un norte ético; tendremos un empresario más completo y efectivo. No obstante, estas herramientas se pueden aprender y entrenar. Saber con claridad a dónde ir, sólo lo puede descubrir la persona en su intimidad.
- ¿El ejecutivo del futuro trabajará para una única empresa o será su propio empresario independiente que conduce sistemas laborales previamente diseñados?
-En mi visión, uno de los cambios paradigmáticos más característicos de este siglo, será el final de la relación de dependencia, así como la “independencia”. Vamos a modelos de trabajo “Interdependientes”, como modelos más flexibles y dinámicos de la relación entre personas y en el modelo clásico de Capital — Trabajo. En muchas ciudades de nuestro país, ya se trabaja en el modelo de “co-working”, que es una cooperativa de trabajo moderna. También existen modelos de trabajo como el “home working”, o trabajo desde el hogar. Sistemas mixtos de retribución (con asignaciones fijas y variables). En grandes empresas, las tareas de alta especificidad se tercerizan o contratan a grupos altamente especializados y que mantienen contratos de confianza en el tiempo. (ej: Servicios de Software, Capacitaciones diseñadas a medida, Auditoría y control, etc.).
-¿Podrán todas las empresas poner en marcha estas modalidades de trabajo?
-La productividad de las organizaciones que no puedan incorporar estas modalidades se verá afectada, al punto de desaparecer. El Estado, también deberá buscar modalidades para lograr eficiencia en su capital humano, sin ceder su rol fundamental de brindar los servicios que le son naturales o propios. (Ej: Salud, Justicia, Seguridad, etc.)
Universidades, Cámaras empresarias, Gremios, y los Gobiernos entre otros, deberían comenzar a preparar la legislación, educación, estructuras y modalidades de relación, para que estos nuevos modos de vínculos sean beneficiosos para cada una de las partes.
- ¿Cómo se preparará al ejecutivo para enfrentar su futuro si es desplazado de una empresa y tiene más de 50 años o está obligado a jubilarse a los 65 cuando tiene mucho para dar?
-Una persona que llega a los sesenta años y no ha podido diseñar su futuro próximo, es un “pronto muerto civil”. Ya no lo reciben en la obra social, se jubila con la mitad de sus ingresos (en el mejor de los casos), y siente la gran frustración de tener todavía “mucho para entregar y recibir”. Por otra parte, ser ejecutivo de una gran empresa, no implica ser empresario. Muchos ejecutivos exitosos, fueron luego pésimos empresarios y viceversa. No creo que la solución esté orientada en ese camino. Considero mejor, el modelo japonés, que prevé un rol para la persona adulta, que ya no tiene la fuerza de la juventud, pero goza de la sabiduría que da la experiencia.
-Está bien. Pero somos argentinos, no japoneses…
-En Argentina, más del 80% del trabajo, proviene de empresas pequeñas y medianas y la gran mayoría son familiares. Por ello, el problema asume una mayor complejidad. Lo primero que abordaría, sería un sistema, donde la persona pueda seguir trabajando, con jornada de 6 seis horas (30 a la semana), pero sin perder el beneficio jubilatorio. Las Cámaras y Gremios, deberían celebrar acuerdos, donde los años previos a la jubilación (dos años), la persona pueda ir ejercitando un rol más afín a las tareas que desempeñará en el futuro, sea en esa organización u otra. Generaría algunos incentivos fiscales, y de la seguridad social, para las empresas que empleen a personas adultos mayores. Las casas de estudios, podrían explotar este “mercado”, ofreciendo un entrenamiento (formación de personas), para las personas, que elijan seguir trabajando, luego de los 65 años, otorgando nuevas herramientas tecnológicas, didácticas y de modalidades del mundo del trabajo. Por último, deberíamos jerarquizar el trabajo del adulto mayor, otorgando nuevos status laboral, con una preparación social, cultural y también individual para esta etapa de la vida de las personas.
-Todo lo que usted propone sólo serán parches sino se aborda integralmente el tema de la formación de un nuevo trabajador-emprendedor…
-Estoy convencido, que la humanidad está en medio de un “Cambio de Paradigma Global”. Muchas reglas, formas y herramientas que fueron útiles hasta fines del siglo pasado, son insuficientes e ineficientes para dar respuestas a las necesidades de una sociedad renovada, con nuevas exigencias y modelos culturales y sociales. Creo que debemos atender las megatendencias como una luz para dar consistencia a las respuestas en orden a los cambios culturales, tecnológicos y los nuevos desafíos que se avecinan.
- A propósito ¿cómo prevé que será la educación del futuro? ¿Seguirá siendo en las aulas o será a distancia?
-Sin lugar a dudas, el aula resulta insuficiente a los fines pedagógicos. Incluso, exige una gran capacidad de abstracción en los alumnos, y renovadas estrategias pedagógicas en los docentes. Creo que será un complemento, equilibrado entre Aula, Hogar (home learning) y Contexto (Contextual learning). Cuando digo contexto, me refiero a la empresa, el campo, un centro urbano, un hospital, un taller, la redacción del diario, etc. En definitiva, gran parte del aprendizaje formal, requerirá del espacio donde se realiza praxis. Vamos a un sistema más integrado y donde se vincule con mayor compromiso la sociedad y el contexto del educando.
-¿Cuáles serán los cambios más importantes que tendríamos que ir planificando?
-Nuestro actual sistema educativo es autoritario y Conductista. Cuando afirmo esto, no me refiero a las fuerzas armadas, o a un sistema represivo; sino que es sinónimo de “dogmático”. El alumno pregunta y el docente (sistema) responde. No hay diálogo, intercambio, ni espacio a las alternativas o el disenso. Tampoco existe en consenso, sino que la “verdad” viene dada, el resto es error.
-¿Y hacia donde propone ir?
-Vamos a un docente (Sistema) que “pregunte”, y el educando se forme en los mecanismos para encontrar las repuestas, con criterios de verificación de consistencia y argumentos de valor en los resultados. El docente es un gran motivador en el nuevo esquema, y trabaja muy fuerte en la lógica de abordaje de las búsquedas, más que en las respuestas — recetas. La relación causa —efecto no se verifica en todas las ciencias y menos en las sociales. Vamos a mecanismos de validación más complejos y de construcciones compartidas. Entonces, el gran desafío será: “Formar a los Formadores”. Sarmiento comenzó por las maestras, antes que la escuela. Necesitamos nuevos modelos de formación de docentes, y un fuerte trabajo en los que actualmente tienen ese rol. Este resulta un aspecto crítico en el futuro próximo, si pretendemos avanzar en los otros aspectos que requiere el sistema.
-¿Cuáles serán las materias obligatorias para no sólo impartir conocimientos sino también para formar como ciudadanos y personas al futuro profesional?
-Entiendo que hay que comenzar por “pensar”. El actual sistema enseña a memorizar, repetir y luego responder. Pensar, no es sinónimo de recordar. Se complementan, pero si no lo recuerdo, está el libro o Google, pero si no pienso, puedo creer que el libro es la verdad. Pensar, se aprende desde la criticidad, es decir, ejercitar la capacidad de alternar puntos de vista, de contar con una mirada sistémica, de reflexionar sobre causas inmediatas y también mediatas y anteriores. El pensamiento se ejercita en el diálogo, la escucha, la reflexión (flexión en si), y por ello, desde la primera infancia, el sistema debería motivar estos modos de descubrir los misterios.
-¿Cuáles serían las materias?
-Se requiere de Filosofía y Lógica, para favorecer el método. De oratoria y expresión oral, para favorecer el diálogo; de expresiones culturales, para fomentar la creatividad, y de Aritmética y Matemática, para cuantificar y medir. Por último “Etica” (no moral — sólo para quienes así lo prefieran), como instrumento de valoración de las conductas, promoción de un compromiso ciudadano y social, y búsqueda, promoción y construcción del bien común. Estas disciplinas deberían acompañar toda la currícula y abordarse con múltiples estrategias pedagógicas, que no se limiten al ámbito del aula o el hogar.
-¿Debemos seguir teniendo carreras abiertas o deberán ser a término y con cupos definidos?
-Creo que las habilidades curriculares de las carreras tienen adecuaciones y adaptaciones que no limitan en el ingreso, sino en el egreso. Hace unos quince años, la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional de Córdoba restringió el cupo de 6.000 aspirantes, a 500 ingresos por año. Actualmente, resulta muy difícil encontrar médicos, que pretendan hacer guardias, atender en las ambulancias o asistir las terapias Intensivas. Creo que sí, es fundamental, exigir un rendimiento académico y si esto no se cumple, entonces, el costo de estudiar ya no lo debe asumir la sociedad. Los países más socialistas como Cuba, tienen regímenes muy estrictos de permanencia escolar.
-¿Deberían renovarse las habilitaciones profesionales?
-Por otra parte, cada cinco años, se debería renovar la habilitación curricular, así como se renueva el carnet de conducir, o las habilitaciones de un comercio; las habilidades curriculares deberían certificarse y recertificarse en forma periódica, en todos los campos y áreas de desempeño. Esto motivaría a la educación continua.
-¿La educación financiada por el Estado, incluida la universitaria, debería planificarse de acuerdo a las necesidades del país o a un proyecto definido o como hoy deberá seguir siendo autónoma?
-La autonomía Universitaria (en la Universidad Pública) es una gran conquista. Pero resulta, que se ha transformado en Anarquía Universitaria. El Estado las financia (es decir — todos nosotros), por lo que debería asignar cupos financieros y de estímulo inclusive, para las áreas donde existen mayores demandas. Pero eso, no debería impedir que las Universidades, puedan ir desarrollando ofertas y servicios que consideren necesarios en la Comunidad. Sería peligroso, perder la autonomía universitaria y resulta temerario, continuar con la anarquía Universitaria. La vida universitaria es una gran oportunidad de completar la formación de líderes empresarios, sociales, políticos, etc.; pero requiere de un gran esfuerzo colectivo para un ejercicio responsable de esa libertad.
- La educación seguirá siendo un ámbito formal y exclusivo, con matriculación corporativa y excluyente o tenderemos a una educación más abierta e informal?
-Actualmente, podemos observar que a la educación formal, se le suman otras áreas de formación que complementan el desarrollo de las personas, como un idioma, deporte, alguna disciplina artística o simplemente un “hobbie”. Pero estas prácticas que complementan la ecuación formal, son más frecuentes en sectores sociales medios o altos. En los sectores con mayores necesidades, sigue siendo la “calle”, un espacio de formación no formal, con todos los riesgos que esto implica. Entonces, creo que es responsabilidad del Estado, de regular otras instituciones, que complementan el sistema escolar, (clubes, academias de arte, idiomas, espacios de entretenimiento, etc.) a fin de que se garantice la mayor accesibilidad y posibilidades de promover el desarrollo de habilidades y competencias desde los espacios no formales, que muchas veces aportan, mejores alternativas que el sistema actual.
- ¿Qué papel jugará la formación del docente?
-La Formación Docente es el punto más crítico y determinante en la agilidad y calidad de los cambios que se avecinan. Así como vemos que las empresas e instituciones, son lo que es su “gente”. Dicho de otro modo, el Capital Humano en las organizaciones tiene cada vez más importancia, y por ello, el sistema educativo no está exento de esta megatendencia. La jerarquía, retribución, exigencias y desarrollo curricular del docente; requiere urgentes intervenciones y desarrollos. No habrá sistema nuevo, sin docentes renovados y bien formados.
PERFIL
Marcelo Delgado nació en Córdoba hace 41 años. Está casado y tiene tres hijos. Es contador público, recibido en la Universidad Católica de Córdoba e hizo la maestría en Gerencia y Administración de Servicios de Salud en la Universidad Nacional de esa provincia además de realizar estudios en Barcelona, Milán y la Universidad Austral, en Buenos Aires. Ha sido gerente de la filial San Juan de OSDE, director administrativo de la Clínica Reina Fabiola, en Córdoba, director Ejecutivo del Hospital San Juan de Dios, en Buenos Aires y subgerente económico financiero de Ferrocarriles Metropolitanos S.A. Preside la asociación civil Pacto San Juan y es referente de la Red Nacional de Responsabilidad Social Empresaria. Es socio fundador de la Fundación Desarrollo Empresario San Juan de la Cruz, además de asesorar a distintas empresas.