Estuvo al frente del Consejo de Construcciones Antisísmica y Reconstrucción de San Juan, lo que hoy conocemos como INPRES. Es investigador y docente universitario. Dice que se debe hacer una planificación urbana para el futuro.
En el comedor de su casa se predispone a contar algunos momentos de su vida que tienen que ver con el San Juan que quedó sepultado tras el terremoto de 1944. El ingeniero Hugo Giuliani, a sus 79 años, se ha destacado en todo lo que emprendió.
Como ingeniero es experto en construcciones sismorresistentes, con post grado en Japón e Italia. Además ha presentado trabajos científicos en congresos nacionales e internacionales y publicó cinco libros técnicos y es autor de la Teoría General de la Arquitectura Sismorresistente, la cual todavía sigue dictando en la Facultad de Arquitectura. Fue investigador del CONICET y estuvo a cargo del Concar, entidad que antecedió al INPRES.
También militó en política. Fue diputado y constituyente provincial en la reforma de 1986. Además llegó a presidir el Partido Justicialista y recuerda que militó en el peronismo desde los 14 años. Hizo valiosos aportes que se sumaron a la primera Reconstrucción de San Juan.
- Luego del terremoto del 44, ¿qué cosas ve usted que se hicieron bien y que cosas se hicieron mal?
- En general las cosas se hicieron bien. Se esperó dos años para redactar un código de construcciones antisísmicas. Se lo denomina “el viejo Código de San Juan”. Eso se hizo luego del terremoto de 1944. Se creó de un organismo que se llamaba Consejo de Reconstrucción de San Juan. El código se aplicaba y la policía edilicia controlaba que se cumpliera en todas las construcciones.
- ¿Hubo un trazado urbano tras el terremoto?
- Hubo un proyecto urbanístico que abre las avenidas que están a la vista. Eso mejoró bastante pero no se hizo un plano urbanístico más a largo plazo. Hay una situación que hoy padecemos. Han crecido mucho los alrededores del centro y no es posible levantar el nivel de los barrios, porque se hicieron de una planta y levantar edificios altos sería un problema. La ciudad debió crecer más abierta para dar lugar a construcciones más altas en el centro. Hay demasiados barrios de planta baja cerca de la ciudad.
- ¿El código de construcciones cambió con los años?
- El código ha cambiado dos veces y las nuevas normas son más exigentes. Quiere decir que hay algunos edificios altos que necesitan un refuerzo porque se construyeron con el primer código. Las técnicas constructivas han cambiado.
- Entre el San Juan de los años 50 y este San Juan del 2012, ¿nota muchas diferencias?
- Yo hoy veo una ciudad moderna. Aunque hubo falta de arquitectos en esa época. Entonces se copió de un libro de Moya, que daba ejemplos de viviendas. Se copió mucho de ahí. Las primeras construcciones fueron planta baja y no tenían una buena arquitectura. En las que se hacen ahora hay más o menos una buena arquitectura. Salvando esa observación, San Juan es una ciudad moderna comparada con otras.
- Se están haciendo muchos edificios, ¿hasta qué piso le parece prudente edificar acá?
- El código actual no fija ningún tope. Pero yo creo que en San Juan, en el centro, hay que construir edificios altos. Porque hacer una casa de una planta en un terreno del centro, es un costo muy alto por lo que vale el terreno. Ahora, yo considero recomendable entre siete y diez niveles.
- ¿Se utilizó mal el terreno de gran San Juan?
- El primer diseño urbanístico, luego del terremoto del 44, no incluyó a los departamentos vecinos del Gran San Juan. Se perdió la oportunidad de hacer un diseño más amplio. Se trabajó como se pudo. Reconstruir una ciudad destruida no es fácil.
- ¿Cómo corregiría eso?
- Es difícil corregirlo, pero siempre se está a tiempo de hacer algo. Yo estudiaría mejor dónde colocar los barrios. Por ahora la Dirección de Planeamiento se ve impedida de controlar y diseñar un plano urbanístico.
- ¿Por qué?
- Porque no pueden delimitar la zona y obligar a las empresas a construir en zonas especiales.
- ¿Qué va a pasar cuando seamos más habitantes?
- Ahora hay problemas a la salida del comercio, hay embotellamientos. Eso es fuera de cuatro avenidas. Por eso se debe plantear cuanto antes un nuevo plano urbanístico a partir de lo que se pueda hacer. El que tiene que plantearlo es el Estado.
- ¿Le parece que debería formarse un equipo multidisciplinario con profesionales de la universidad?
- La Dirección de Planeamiento Urbano debe dar participación a la Facultad de Arquitectura. Claro que debe ser un equipo multidisciplinario. Y deben participar ingenieros. Hay gente que está preocupada por eso, y creo que son capaces de aportar. Sobre todo en la Facultad de Arquitectura. Creo que la comunidad tiene que presionar para que se haga. Hay que empezar a proyectar para el futuro, sino el futuro no va a llegar nunca.
Recuerdos del terremoto
- ¿Adónde estaba usted durante el terremoto de 1944?
- Yo estaba en una casa de un tío mío, que vivía a una cuadra de acá. Tenía 11 años e iba saliendo en una bicicleta. Se vinieron abajo dos paredes que aplastaron la bicicleta. Pero mientras me buscaban desesperadamente, porque era el único que faltaba, aparecí detrás de ellos. Se ve que el terremoto me volteó y yo salí corriendo. La bicicleta siguió andando y se le cayeron las dos paredes. Fue un sacudón muy fuerte el del 44, más corto que el del 77. Me salvé de morir con dos paredes encima.
- ¿Perdió algún familiar durante el 44, o tuvo algún pariente herido?
- No tuve ninguna muerte en mi familia. Todos nos salvamos.
- ¿Y su casa cómo quedó?
- Se cayó completa. No resistió, era de adobe.
- ¿Esa experiencia del terremoto influyó en que usted después siguiera la carrera de ingeniería.
- Sí, sí. Me marcó ese tema, yo quería estudiar ingeniería. Desde la secundaria, cuando iba a ser técnico constructor, ya me interesaba. Siempre me interesaron las materias correspondientes al cálculo de estructura.
Pionero en el INPRES
- ¿Usted ocupó un lugar en lo que hoy es el INPRES?
- Fue durante el gobierno de Onganía. Me llama el gobernador de entonces y me ofrece si quiero hacerme cargo del Consejo de Construcciones Antisísmica y Reconstrucción de San Juan. Yo había llegado de Japón en esa época. Fui nombrado interventor de esa entidad. Llegué hasta un cierto punto. Luego asume Aguirre y lo inauguran con el nombre de INPRES, Instituto Nacional de Prevención Sísmica.
- ¿Se quedó conforme con su gestión en el Consejo?
- Durante mi gestión conseguí que se hicieran las obras que no se habían hecho. Con la creación del INPRES se consiguen fondos para construir el Edificio 9 de Julio, escuelas y edificios municipales. Con la plata que quedó se hizo el Centro Cívico, que quedó sin terminar y se ha terminado ahora. Hicimos la municipalidad de Jáchal, el edificio del INPRES y un barrio que queda cerca del centro, no recuerdo cómo se llama.
- ¿Cree usted que el Consejo de Reconstrucción de San Juan ha tenido su merecido reconocimiento?
- Sí, sí, todos merecen ser recordados. Alguna vez se ha exagerado con nombres de interventores. Todos aportaron bien. Sí se puede decir que alguien influyó mucho para reconstruir San Juan ese es el Banco Hipotecario. Dio préstamos para viviendas y salones negocios. Todos se consiguieron después de 1944. Esa reconstrucción se hizo violentamente y era el Banco Hipotecario el que daba los préstamos. A causa de la inflación, las últimas cuotas que se pagaban eran chirolas.
De Santa Lucía al mundo
Nació en 1933 en Santa Lucía, donde todavía vive junto a su esposa, Gladis Fernández. Llevan 50 años de casados. Tienen cuatro hijos: Adriana, Cecilia, Hugo Leonardo y Guillermo. Cuando sucedió el terremoto de 1944 apenas tenía apenas 11 años. Dice que esa primera impresión lo marcó al punto que años después, decidió ser ingeniero. Hizo la primaria en la Escuela Nacional Nº 3. “Yo nací al lado”, explica mientras señala la casa contigua a la suya. “He vivido acá desde siempre”, dice. Luego se pasó a la Escuela Sarmiento y cursó la secundaria en la Escuela Industrial Sarmiento. De allí salió como técnico constructor. Se recibió en la Facultad de Ingeniería de San Juan, por entonces dependiente de la Universidad Nacional de Cuyo. Realizó estudios de post grado en Japón e Italia para especializarse en Ingeniería Antisísmica.
Su paso por la política
- ¿Siempre fue militante justicialista o se afilió de grande?
- Ahí tengo el primer carnet (risas). Desde los 14 años ya actuaba en política.
- ¿Usted fue constituyente en la reforma de 1986?
- Yo fui constituyente, fue en la época de Alfonsín como presidente y en la gobernación estaba Ruiz Aguilar. Primero fui presidente de la Junta Departamental de Santa Lucía. Pertenecí al grupo Godoy, que nos llamábamos la Fracción Celeste. Cuando fallece Godoy, yo asumí el grupo.
- ¿Durante el gobierno de Ruiz Aguilar usted fue diputado?
- Sí, fui diputado provincial y también presidente del Partido Justicialista.
- ¿También tiene libros políticos?
- En lo político me dediqué a estudiar economía. Escribí este libro que se llama: Nuevo orden económico y revolución productiva. Lo escribí cuando fui diputado. Y escribí otro que se llama Plan económico sustentable.
Docente e investigador
- ¿Para que viajó a Japón luego de recibirse?
- Estuve en Japón un año estudiando. Salí con un título de especialista en Ingeniería Antisísmica, y luego desarrollé una tesis, que es un método para calcular diques de tierra. Esa tesis luego fue publicada en España.
- ¿Después se fue a Italia?
- Sí, estuve 18 meses en Italia. Estudié Metrología, después fui profesor de la universidad. También fui por muchos años investigador de la máxima categoría del CONICET.
- ¿Usted tiene libros publicados y ha participado en congresos internacionales?
- Participé en México, en el Congreso de la Comisión Mundial de Ingeniería Antisísmica. Fue en 1996. Estos congresos se hacen cada cuatro años en diferentes países. Ahí presenté uno de mis trabajos.
- ¿De qué trataba?
- Era un trabajo de recuperación que se hizo en la Escuela ENET Nº 3, que se había desplazado luego del terremoto de 1977. Es la que está en avenida Ignacio de la Roza y Catamarca. Esa escuela quedó desplazada 7 centímetros y se habían roto las cabezas de todas las columnas. Se preveía el derrumbe. Entonces el gobierno de San Juan me encargó salvarla. La salvación la logré haciendo tabiques antisísmicos. Hasta el día de hoy está en pie.
- ¿Cómo ve la Universidad Nacional de San Juan hoy?
- Me cuesta hablar de la universidad. La veo en general bien, sin embargo, tengo como crítica el hecho de que está un poco quedada. No veo que los profesores den conferencias como se daban antes. Cuando se inició la UNSJ, los profesores daban conferencias de vez en cuando. Le falta un poco de protagonismo.